La Señora Winters Peleando Por Sus Hijos romance Capítulo 2

La respiración de Adina se volvió entrecortada debido al dolor.

Bajó la mirada y levantó su vestido empapado de sangre. Entonces, vio a dos bebés.

Estaban cubiertos de sangre y apretaban los puños mientras lloraban.

Eran sus bebés, gemelos.

Antes de que Adina pudiera alegrarse, ellos dejaron de llorar de repente.

Sus rostros se tornaron morados.

“No tengan miedo. Mami está aquí...”.

Su corazón se apretó mientras se arrastraba hacia ellos. Extendió la mano hacia sus bebés para tomarlos en brazos, pero Dew le pisó el dorso de la mano.

“Eres increíble, Adina. No puedo creer que hayas dado a luz a gemelos”.

Dew fulminó con la mirada a los bebés. “Pero desafortunadamente, tus bebés b*stardos no llegaron a vivir mucho tiempo. Solo sobrevivieron por unos cuantos segundos”.

“¡Cállate! ¡Mis bebés no están muertos!”.

A Adina le dolía el corazón al presenciar lo que tenía frente a ella. Extendió la mano una vez más para abrazar a sus bebés, tocar sus caras y darles palmaditas en el trasero. Pero antes de que pudiera tocar sus suaves cuerpos, una sirvienta se acercó y tomó a los dos bebés del suelo con una expresión distante en su rostro.

“Señorita Dew, ¿qué debo hacer con los bebés muertos?”.

A Dew no le importaba la supervivencia de los dos bebés. Si morían, conseguiría ver la cara de Adina llena de dolor, lo que le daría mucha alegría. Pero incluso si los dos bebés sobrevivían, sería igual de bueno. Adina no podría volver a ascender al poder si tenía que ocuparse de dos bebés b*stardos.

La mirada de Dew se posó en los dos bebés y se quedó perpleja.

Los gemelos se veían exactamente iguales. Como su madre había sufrido de desnutrición, sus rostros eran delgados y sus cuerpos esqueléticos, pero las líneas de sus caras eran claras.

Sus caritas le recordaban a Duke Winters, el demonio que podía hacer lo que quisiera en Ciudad del Mar.

Entonces, recordó algo. El día después de que ella le tendiera una trampa a Adina, la familia Winters había empezado a buscar a una mujer por toda la ciudad.

¿Podría ser que Adina tuviera una aventura de una noche con Duke Winters?

Dios mío…

Los ojos de Dew se abrieron de golpe por la sorpresa, haciendo que no pudiera emitir ni una sola palabra durante un rato.

“Dew, somos hermanas. Por favor, llévalos al hospital. Todavía no están muertos. Están vivos… ¡El doctor definitivamente los salvará!”, le rogó Adina mientras se agarraba al dobladillo del vestido de Dew. “Haré lo que quieras. Mientras salves a mis bebés, te daré las acciones y no pelearé contigo por el estatus de heredera de la familia Daugherty...”.

Dew salió de sus pensamientos, levantó la pierna y apartó a Adina de una patada.

“Tus bebés b*stardos están muertos. Ningún hospital puede revivir a los muertos”, dijo ella con frialdad. “Sácalos y entiérralos en algún sitio”.

“¡No!”.

El pánico inundó la mente de Adina y se arrastró hacia la sirvienta.

‘No quería matarte, Adina, pero tuviste que acostarte con el hombre más poderoso de Ciudad del Mar...’.

‘Tengo que matarte ahora’.

Dew tomó el candado y cerró la puerta de metal.

Justo cuando empezó a alejarse, la sirvienta regresó. “Señorita Dew, los dos b*stardos no están muertos todavía. ¡Están llorando de nuevo! ¿Aún deberíamos enterrarlos?”.

Dew se congeló.

‘Sus bebés b*stardos sí que son tenaces. Me sorprende que sigan vivos...’.

‘Pero si son hijos de Duke Winters, entonces son los únicos nietos de la familia Winters...’.

‘Y como su madre, Adina es la mujer más importante de Ciudad del Mar...’.

‘¡No, no puedo dejar que Adina viva! ¡Debo hacer algo!’.

Dew tomó a los dos gemelos moribundos y dijo con frialdad: “No le cuentes a nadie lo que ha pasado esta noche”.

La sirvienta asintió con la cabeza.

Mientras tanto, el olor a sangre en el almacén se volvía cada vez más fuerte…