La venganza de mi mujer ciega romance Capítulo 124

Yolanda tenía curiosidad por saber por qué Albina no se había visto afectada en absoluto cuando era obvio que ya sabía lo que había pasado en Internet. Si estaba en su estado normal, entonces no tenía sentido causarle la molestia. Si ganaba el concurso por casualidad, esto podría darle más fama.

El rostro de Yolanda se volvió cada vez más sombrío.

—Ignoremos a esta loca, vamos.

Albina miró a las tres y caminó hacia el recinto, seguida por Macos.

Umberto se paró en su sitio y miró a Yolanda, dijo fríamente:

—Yolanda, debido a que has hecho tantas cosas, te lo pagaré por Albina, y espero que estés de muy buen humor cuando llegue el momento.

Yolanda se puso pálida y se quedó mirando la espalda de Umberto. Para hacer trampa a Albina, su imagen frente a Umberto se había quedado completamente arruinada. Ya era imposible conseguir que Umberto se casara con ella.

Después de este partido, tendría que buscar otra manera.

El público de la final era varias veces mayor que antes, debido a la atención del último partido, e incluso había algunas personas con pancartas de Albina, lo que hacía que la escena pareciera un poco exagerada.

—No te asustes, no te dejes molestar por ellos. Por cierto, Claire Favre también está presente en la final de hoy, así que compórtate bien ante ella —Macos seguía animando a Albina antes de que ella salió al escenario.

—¿Tiene sed? ¿Un poco de agua? —Albina sonrió y le entregó un vaso de agua.

—¿Cómo puedo beber agua a estas horas, yo... —Macos parecía confundido.

Antes de que pudiera decir más, Umberto cogió el vaso y se lo puso en la mano,

—Déjate de tonterías, eres un poco ruidoso.

Sólo entonces Macos se dio cuenta de que estaba presionando a Albina. Dejó de hablar y se quedó en silencio bebiendo. Era cierto que había estado ansioso. El partido, dos contra uno, era una gran desventaja para Albina, pero también significaba mucho para la empresa.

Cuando Umberto vio que Macos se había calmado, se adelantó, tocó la mejilla de Albina y la besó en los labios,

—Te deseo una buena victoria.

Albina se sintió instantáneamente en paz, y las voces del público parecieron desaparecer.

—¡No te preocupes, estoy bien!

Albina se abalanzó sobre Umberto y le rodeó el cuello con los brazos, mordiéndole con fuerza en los labios.

—Espérame, cuando vuelva, serás mi novio.

Con eso, se fue alegremente, como una niña.

Macos se quedó boquiabierto, y el agua que tenía en la boca salió.

Antes de que Liliana y Linda salieron al escenario, Yolanda tenía un rostro serio y no dejaba de enfatizar:

—Tenéis que ganar. No debéis perder nunca. Si perdéis ante una novata, tus reputación en la industria quedará arruinada.

Tanto el humor de Liliana como el de Linda se empeoraron un poco y se pusieron más nerviosas. No había vuelta atrás; si Albina ganaba, no sólo no conseguirían el dinero que el Grupo Carballal les había prometido, sino que también su reputación quedaría manchada, como había dicho Yolanda.

Al fin y al cabo, era bastante irónico que una diseñadora famosa perdiera ante una recién llegado.

En medio de las amenazas de Yolanda, Liliana y Linda también subieron al escenario y, por primera vez, una sensación malicia apareció en los ojos de las dos hermanas al ver a Albina. Parecía que había un cambio en el corazón de estos dos.

Pero no era asunto de Albina, sólo tenía que dar lo mejor de sí misma.

Claire Favre era una mujer muy seria, con el pelo corto y rizado y un aspecto muy inteligente y capaz. Cuando miró a las tres, había una suavidad en sus ojos,

—Bienvenidas a la final, he visto vuestros partidos anteriores, fueron realmente muy emocionantes, y espero que hoy podáis jugar con vuestras fuerzas y dar lo mejor.

En ese momento, los ojos azules de Claire se encontraron de repente con los de Albina y se iluminaron.

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