La venganza de mi mujer ciega romance Capítulo 170

Cuando el líder estaba pidiendo a Ramon la responsabilidad, Sra. Espina ya había llegado a la empresa de Albina. Esta vez cuando llegó, había poca gente a la puerta, así que ella entró en el edificio en secreto sin que el guardia le prestara atención.

Cuando Yolanda les pidió que molestaran a Albina, le contó el piso donde estaba la empresa de Albina.

La anciana avanzó sin obstáculos con mucha ira y entró en la empresa de Albina directamente.

La recepcionista se quedó asustada por ver la apariencia de Sra. Espina y la impidió enseguida:

—Señora, ¿a quién está buscando? No puede entrar.

Sra. Espina estaba preocupada de no poder encontrar a Albina, pero cuando vio que la recepcionista hablaba con ella, se acercó corriendo directamente, la agarró del brazo con las uñas secas pellizcándose sobre su piel y dijo con una mirada feroz:

—¿Dónde está Albina? ¿Dónde está esa zorra?

La muchacha gritó por el dolor, arrojó su mano enseguida y frunció el ceño:

—¿Quién es usted? ¿Para qué viene a buscarla?

—Soy su abuela —Sra. Espina la miró fijamente con enojo—. Llévame a ella. Tengo algo muy importante.

La muchacha la creyó, por lo que inmediatamente la llevó al departamento de diseño.

Al final, Albina no estaba en la empresa y fue al lugar de Claire.

Después de que la recepcionista se explicó, Sra. Espina no la creía y pensó que Albina se escondió deliberadamente después de causar problemas a Ramon y sus colegas la ayudaron.

Como no podía encontrar a Albina, ella se quedó en la oficina e hizo un escándalo:

—Que Albina aparezca. Sé que está trabajando aquí.

No importaba cómo la explicaron los colegas en el departamento de diseño, ella simplemente no los creía, y ellos no podían seguir el trabajo.

Un colega vio que no había otra forma de terminar con el asunto, se apresuró a buscar a Macos y le contó todo lo que pasó.

Macos recordó a esa anciana irrazonable del otro día, y su expresión se volvió seria:

—Voy a ella. Llama a los guardias.

Macos fue al departamento de diseño. Todavía no entró en la puerta de la oficina, pero oyó un lamento agudo.

—Si hoy no me dejen ver a Albina, ¡no me iré! Como os digo, no me engañen ni me mientan.

Macos frunció el ceño fuertemente. La apariencia irrazonable de la anciana era muy repugnante.

—¡Silencio! —él parecía impaciente, entró en la oficina con ira y rugió.

En general Macos no se enojaba, pero su expresión furiosa era de hecho un poco aterradora y cubrió la voz de la vieja en un instante.

La abuela hizo una pausa por un rato y siguió la voz para mirar de quién era. Inmediatamente reconoció a Macos y se arrojó hacia él:

—Te conozco. Antes te vi estar con Albina. Eres su jefe, entonces debes saber dónde está ella.

Macos vio que ella corrió hacia él, su cuerpo se volvió ligeramente hacia un lado y la evitó.

La abuela saltó en el aire, agarró el escritorio y apenas se paró. Movió la cabeza y lo miró a Macos con enojo:

—¿Cómo puedes escapar? ¿Sabes que casi me he caído? Si me caigo, ¿eres capaz de pagar la compensa?

Macos se enderezó el cuello y la miró casualmente:

No podían quedarse quietos y a esa hora consiguieron la oportunidad, así que la miraron codiciosamente uno por uno.

La abuela estaba atónita por su postura, sentada en el suelo, solo sintió que el piso era frío y no podía pronunciar ni una palabra.

¿Por qué Macos no hizo lo que esperaba? Además, ¿qué estaba pasando con los empleados? ¿Por qué estaban protegiendo a Albina? ¿Por qué la zorra era tan popular?

No sabía que Albina había hecho muchos asuntos importantes después de venir a trabajar en la empresa. Especialmente había dado una lección a la directora del departamento de mercado que causaba desgracia a las muchachas. También ganó el campeonato en la competencia de diseño como recién llegada, así que le dio suficiente respeto a la empresa y había conseguido temprano una multitud de fans jóvenes con sus habilidades y méritos.

Macos vio que ella miró fijamente a las personas que la rodeaban, se burló:

—¿Dónde está su orgullo de hace poco? ¿ES porque no somos suficientes y quiere más gente? ¿O te falta la música? Díganos cualquiera que sea su demanda. Garantizamos cumplir con sus requisitos.

—Estáis atormentando a una mayor.

—¿Cómo? —Macos la miró con desaprobación— ¿Qué más quiere?

La abuela se levantó y lo señaló sin poder decir ni una palabra. Se sintió un poco arrepentida ahora y creía que no debía meterse con este hombre, pero estaba muy insatisfecha por no encontrar a Albina.

Su propio hijo estaba esperándola, por lo que ella no podía dejarles que se salgaran con la suya.

—¿Ayudas tanto a Albina porque tienes una relación especial con ella? ¿Es tu amante? —de repente se la ocurrió una idea.

Al principio Macos estaba bebiendo agua, pero se quedó tan sorprendido que escupió el agua de la boca.

¿Albina? ¿Cómo se atrevía?

Los empleados se quedaron callados al escuchar las palabras. Parecía ser un tema bastante ambiguo lo de entre el jefe y la empleada.

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