La venganza de mi mujer ciega romance Capítulo 518

El médico ya había preguntado por la identidad de Ariana cuando iba a llevarla a un partido e inmediatamente lo advirtió:

—Sois medio hermanos, las probabilidades de que no coincidan son altas, así que no te hagas ilusiones.

Ariana asintió, pero Gloria mostró una clara paranoia.

—Son hermanos de sangre, ¿cómo no van a coincidir? Tienen que coincidir.

El médico le dirigió una mirada que decía:

—Tanto usted como su marido han tenido compatibilidad renal, y ambos son incompatibles con su hijo a pesar de que son sus padres biológicos.

Gloria dejó de hablar, pero sus ojos seguían llenos de obstinación.

Ariana tampoco quiso prestarle atención y siguió al doctor con Macos. La prueba de compatibilidad renal era complicada y los resultados tardaban de tres a cinco días en llegar para garantizar que todo coincidiera y no hubiera rechazo.

Cuando Ariana salió, Macos fue a ayudarla.

—¿Cómo estás? ¿Te sientes incómoda? ¿Te duele algún sitio?

Ariana sacudió la cabeza y, mirando su rostro ansioso, le dijo con tono tranquilizador:

—Estoy bien, no duele mucho.

A continuación, miró a Gloria.

Gloria ni siquiera prestaba atención a su estado, sino que seguía al doctor, preguntando constantemente por los resultados de la prueba del riñón.

—Ya le he dicho que los resultados no estarán disponibles hasta dentro de tres o cinco días, ¿no ha tenido un partido antes? Debería saberlo bien.

El médico se sintió un poco impotente ante el interrogatorio.

—Yo... Estaba tan nerviosa que lo olvidé —Gloria presentó sus excusas.

El doctor se quedó mudo y señaló a Ariana, que estaba detrás de ella.

—Tienes este tiempo para cuidar de tu hija. No está bien, está muy delgada, y le acaban de sacar mucha sangre, así que deberías darle más tónico.

Gloria miró hacia atrás y dijo con indiferencia:

—Su novio cuidará de ella cuando esté cerca, no me necesita. Por cierto, ¿empeorará el estado de mi hijo en los próximos días? ¿Qué tengo que hacer? Sólo dígalo, doctor, y lo haré.

Ariana apartó los ojos, consternada. Aunque sabía cómo se comportaba su madre, seguía siendo incómodo verla así.

Al momento siguiente, Macos le rodeó las manos y la miró con ojos dulces.

—Ariana, mi madre es especialmente simpática, si supiera que tengo novia se pondría muy contenta y le gustarías mucho.

Su madre no apreciaba que ellos, los Murillo, tuvieran muy pocas chicas.

Si Ariana quería, Macos la llevaría a casa y que más de una persona la mimara y la quisiera.

En cuanto a sus padres, este tipo de afecto, mezclado con malicia, no era de desear.

El humor de Ariana se despejó por un momento y sus mejillas se sonrojaron ligeramente.

—Yo... Aún no he aceptado ser tu novia.

Macos guardó silencio.

Parecía que así era, Ariana no había dicho oficialmente que quería ser su novia, era él quien se presentaba como su novio.

La expresión de Macos no estaba decepcionada, pero sonrió mientras le dirigía una mirada.

—Entonces, ¿puedo perseguirte? Me gustas y quiero que seas mi novia.

Ariana no se atrevió a mirarle a los ojos, eran demasiado amables y no pudo resistirse. Sólo después de un largo rato, murmuró:

—Como quieras.

Pagó mucho. No le gustaba vender sus cuadros, y aunque era popular, sus ahorros eran muy limitados y ya no le quedaba dinero después de comprar la casa.

Se gastó mucho más dinero para trazar una línea con Gloria y vendió sus cuadros favoritos.

Estaba tan apurada de dinero que cuando se alojaba en hoteles para evitar Macos, tenía que gastar un peso por la mitad. No había estado tan apurada de dinero desde que era económicamente independiente.

Macos miró la máscara de dolor de su rostro con una mezcla de buen humor y diversión.

—No voy a obligarte a que me evites, así que ¿por qué deberías tener tanto miedo como para enrollarte y salir corriendo toda la noche?

Ariana guardó silencio.

Había huido por la noche. La única manera que se le ocurrió de escapar en esas circunstancias fue huir.

—¡Macos!

Ariana se detuvo en seco y susurró su nombre.

Macos también se detuvo y la miró extrañado.

—¿Qué pasa?

Ariana apretó los labios, se armó de valor y le miró.

—Me has visto en mi momento más miserable, y conoces mi situación. Tengo un par de padres extremadamente irresponsables. Antes lo pasaba mal, y no creo en el cariño. Soy torpe y no sé querer a la gente. No tomo la iniciativa en las relaciones...

Dijo, con un cosquilleo en la nariz y los ojos casi llenos de lágrimas. Pero tenía que dejarlo claro, que Macos supiera de antemano qué clase de persona era. Era una advertencia y un recordatorio.

—Mi familia de origen me ha convertido en una persona incómoda, sensible, y con baja autoestima. En realidad, no soy tan buena como parezco, y sólo por estar juntos, un día, todos mis defectos quedarán expuestos ante ti. No quiero que empieces a quejarte de mí y a odiarme cuando llegue el momento, y que luego me abandones por no poder tolerarme. Así que ahora te lo cuento todo.

Ariana respiró hondo, con los ojos ligeramente enrojecidos.

—Si te importa, yo... Puedo hacer como si nunca hubiera pasado y seremos amigos normales y todo esto se acabará.

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