«¿Y por qué escucha a los demás y a tratar con Violeta cuando ha avanzado hasta el final con sus propias fuerzas?»
Pareciendo entender lo que pasaba por la mente de Sophie, James se rascó la cabeza calva:
—Bueno... No estoy seguro.
—¿No tienes confianza? —Sophie le miró con extrañeza.
James respondió:
—Por el color de nuestra piel, somos aún menos populares que vosotros los orientales, y sufrimos más acoso que vosotros. A mí me han acosado durante años, y con el tiempo he perdido mucha confianza y siempre he sentido que mi trabajo no era bueno.
—Así que es así... Los diseñadores occidentales siguen siendo muy matones —Sophie suspiró.
Violeta se frotó la frente y dijo:
—Todos los años hay muchos diseñadores que abandonan el círculo a causa del acoso, dependiendo de si podían soportarlo o no.
—Entonces ha sido capaz de llegar hasta aquí a través de años de intimidación y sólo le falta algo de confianza, así que se puede ver que tiene un carácter fuerte —Sophie se frotó la barbilla mientras observaba a James.
—Vale. Sea cual sea tu razón, lo que hiciste está mal. Después de la competición, no te haré nada. Cuando termine la competencia, apelaré a la asociación de submarinos de tu país para que te castigue. Vamos, Sophie —Violeta terminó de hablar, se dio la vuelta y caminó hacia el frente.
Sophie se apresuró a seguirla.
En el coche, miró a Violeta:
—Violeta, sigues siendo blanda de corazón y dejaste que James se librara.
—¿Cómo es eso? —Violeta hojeó la revista de moda.
Sophie la miró con la mejilla:
—Porque no te presentaste a la Asociación General, sino a la subasociación del país de James. ¿No es eso dejar a James libre de culpa? Sabes que la Asociación General está aquí mismo, ¿no es lo más conveniente informar a la Asociación General? Pero no lo has hecho, así que esa es la única respuesta, porque el castigo de la subasociación no será más severo que el de la Asociación General, además la subasociación será indulgente con James por ser éste un diseñador de su país.
Violeta sonrió:
—Tienes razón. Dejé a James fuera de juego a propósito. Tiene un gran talento para el diseño y no ha sido ninguna otra cosa insignificante aparte de aquella vez. Si dejo que la Asociación General se deshaya de él, acabará con una prohibición y luego se vería forzado a salir del concurso. Es un diseñador tan capaz que no puedo soportar ver ese final.
—Sí, pero qué pasa si James hizo algo así antes —dijo Sophie.
Violeta hojeó tranquilamente la revista:
—Por eso dije que lo denunciáramos después de la competición, mientras tanto, puedo hacer que alguien investigue a James. Si realmente James sólo se equivocó en el trato conmigo y estuvo limpio el resto del tiempo, naturalmente sigo con el plan original. Si James es lo que dices que es, no es demasiado tarde para que lo denuncie a la Asociación General.
—Violeta, bien por ti —Sophie dio su pulgar hacia arriba.
Violeta sonrió:
—Esperemos que pueda leer mi mente.
—Si no puede y, en cambio, te guarda rencor por tener que denunciarlo a la asociación de submarinos, sólo puedo decir que no merece ninguna simpatía —Sophie retomó la conversación.
Violeta asintió:
—Tienes razón.
El viaje de vuelta a la villa fue tranquilo.
Después de que se separaran, Violeta subió directamente y fue a ver a los dos niños primero.
Ángela estaba durmiendo y Carlos estaba aprendiendo una lección de un profesor.
Sin molestarse, Violeta cerró suavemente la puerta de la habitación del niño y volvió a su cuarto, dispuesta a esperar a que oscureciera y entonces pudiera contactar con Serafín.
Después de esperar casi dos horas, por fin oscureció, y en casa se hizo de día.
Violeta se apresuró a marcar el número de Serafín.
Serafín parecía saber que ella llamaría, y había contestado al teléfono justo cuando sonó:
Violeta asintió:
—Creo que sí. Serafín, deberías tener más cuidado.
—Lo haré, por cierto, ¿cómo están los niños? —Serafín cambió de tema. Su ceño y su voz se suavizaron al preguntar por los niños.
Violeta sonrió:
—Ángela sólo acompañó a Carlos a la clase y luego se quedó dormida mientras Carlos seguía en clase.
—Ángela no necesita aprender eso, sólo necesita ser feliz por el resto de su vida —dijo Serafín.
Violeta se apoyó en la cama:
—El cerebro de Ángela no es tan bueno como el de Carlos, naturalmente no aprenderá tanto como él, pero aun así quiero que aprenda algunas habilidades. Nosotros, como padres, no podemos quedarnos con ella el resto de su vida, ni podemos cobijarla siempre, como tampoco puede hacerlo Carlos. El camino del futuro aún necesita que ande sola, así que cuando crezca, tenemos que arreglarlo.
—Bien —Serafín respondió.
Después de eso, los dos hablaron un poco más sobre la educación de sus hijos, y sólo cuando la criada subió a llamar a Violeta para la cena, terminaron la llamada.
En la mesa, Lilian le entregó a Violeta un sobre muy grande y grueso.
En el momento en que vio el sobre, Violeta se puso nerviosa. El sobre le hizo recordar todas las chorradas que Luna había hecho antes. Ahora tenía sombras mentales y reflejos condicionados cuando veía cartas exprés y similares.
Lilian pareció ver la alarma de Violeta y no pudo evitar sonreír:
—Violeta, esto no es una broma, es de la revista de música y me pidieron que te lo diera.
—¿De la revista? —Cuando Violeta escuchó esto, se sintió relajada— ¿Qué es?
—La ropa que diseñaste antes ya está hecha y los cantantes la han llevado para las fotos de la revista. Aquí están las fotos de los cantantes, así como la versión avanzada de la revista que aún no ha salido. Quieren que veas si hay algún problema. Si crees que hay problemas, puedes plantearlos. Ellos los modificarán por su parte según convenga, y es tu derecho como diseñador. Además, hay unas cuantas entradas para el concierto.
—Lo entiendo, pero ¿qué significan las entradas del concierto? —Violeta abrió el sobre y sacó unas entradas, fijándose en ellas, que eran entradas VIP.
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