Esas palabras recordaron al instante a Violeta.
Inmediatamente se incorporó:
—Sí, y los niños están ahí.
—Por eso os pedí que os detuvierais, en caso de que dos niños vieran eso, lo vergonzoso que es para vosotros —dijo Sophie con un movimiento de cabeza.
Violeta miró a Serafín:
—¡Todo es culpa tuya!
Serafín enarcó una ceja y luego soltó una carcajada:
—Vale, todo es culpa mía.
—¡Olvídalo! —Violeta giró la cabeza hacia atrás y lo ignoró, luego miró a Sophie— Sophie, gracias.
«Si Sophie no hubiera aparecido de la nada y despertado a nosotros, tal vez habríamos hecho algo.»
«Después de todo, es realmente difícil pensar en otra cosa cuando uno está en ese estado.»
—No te preocupes. Está bien. Iré a la cocina. Si queréis seguir intimando, volved a vuestra habitación, no en el salón —tras decir esto, Sophie hizo un gesto con la mano y se dirigió hacia la cocina.
Después de que ella se fuera, Serafín apoyó la cabeza y miró a Violeta tranquilamente:
—¿Has oído lo que ha dicho? Volvamos a la habitación.
—¡Volver a qué! —Violeta le dirigió una mirada inexpresiva— No quieres continuar.
—¿Por qué? —le preguntó Serafín.
Violeta se levantó:
—No estoy de humor. Bueno, voy a hacer una llamada con Juana.
Con esas palabras, sacó su teléfono y se dirigió al balcón.
Serafín observó la espalda de ella y se encogió de hombros con ligero pesar.
«Parece que lo que acaba de ocurrir no va a ir más allá.»
En el balcón, Violeta marcó el número de Juana.
En ese momento acababa de amanecer en el lado de Juana, por lo que la llamada de Violeta fue respondida por Juana no mucho después de su llamada.
—Buenos días, Violeta —la voz de Juana llegó con una sonrisa.
Violeta miró al exterior, al cielo que ya se oscurecía poco a poco, y se rió:
—Aquí no es de día para mí. Ya casi es de noche.
Al oír esto, Juana entonces recordó algo y se dio una palmada en la frente:
—Vale, me olvidé de nuestra diferencia horaria.
—Bueno, Juana, te llamo porque tengo una pregunta seria que hacerte —la expresión de Violeta era seria.
La cara de Juana también se puso seria al escuchar ese tono tan serio de Violeta:
—¿Qué quieres preguntar?
—¿Has estado en contacto con alguien en el País M? Recuerdo que tienes muchos compañeros de instituto en el País M —Violeta abrió la boca y preguntó.
Juana parecía desconcertada:
—¿País M?
Y en el momento en que esas imágenes se sucedieron, una gran tristeza y dolor brotaron en su corazón.
Se podía ver cuánto le dolían esas imágenes.
También era evidente lo mucho que amaba a ese hombre.
«No debo volver a pasar por ese tipo de dolor.»
«¡Así que, efectivamente, no puedo encontrarme con ese Gonzalo!»
—Lo siento, Violeta. Es mi culpa por no pensarlo bien —Juana se frotó la frente y dijo con cierta vergüenza.
Violeta también reapareció con una sonrisa:
—Bueno, no te culpo. Sólo me preocupa que aunque la actual te hayas olvidado de Gonzalo, sabes que lo amaste antes, por lo que tendrás curiosidad por Gonzalo. Deberías saber que después de que una mujer siente curiosidad por un hombre, no puede evitar prestarle atención, entenderlo y finalmente enamorarse de él de nuevo, así que Juana, espero que no sientas curiosidad por Gonzalo, ¿entiendes?
—No te preocupes, Violeta. Lo entiendo —Juana asintió con la cabeza.
Violeta asintió:
—Bien, por cierto, hay una cosa más.
—Adelante —Juana asintió con la cabeza.
Violeta se frotó el entrecejo:
—Cuando te fuiste de Ciudad J antes, ¿no te pedí que pro- dujeras un candidato adecuado para ocupar tu puesto? Ha pasado tanto tiempo y aún no me has dado una lista.
—Oh, este asunto —Juana le dio una palmadita en la cabeza—. Lo siento, Violeta, aún no lo he contabilizado. Hay varios candidatos en la empresa que son buenos, pero para decidirme por uno, primero voy a consolidar sus perfiles y elegir el mejor. Sn embargo, este asunto no es tan fácil, así que hasta ahora, no he acertado.
—De acuerdo —Violeta asintió en señal de comprensión—. Ya veo, entonces vete arreglando. Avísame cuando te hayas decidido. Haré que Serafín vaya a arreglarlo entonces.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: LATIDO POR TI OTRA VEZ