Lo Mejor de Tu Vida romance Capítulo 198

Marc la abrazó.

—¿Ya lo has decidido?

—Sí. Dos meses después, ¡la haremos pública! No quiero seguir viviendo así. Quiero lucir ante todos que eres mi esposo, el amor de mi vida.

Marc no dijo nada, solo la abrazó con más fuerza, agachó la cabeza y besó suavemente su cuello y sus labios.

Una vez que la hicieran pública, les quedarían muchas cosas por hacer...

Los dos se quedaron junto un rato más antes de que Marc soltara su mano.

—¿Quieres decirme algo más?

Noelia parpadeó, como si todo en lo que pensará fuera leído por sus ojos.

—He estado pensando en el asunto entre Eva y Xavier recientemente. Xavier es tu asistente, por lo que lo conoces mejor, ¿crees que le guste Eva?

—Me temo que tengo que preguntarle a él mismo sobre esto.

Noelia pensó por un momento y llego a la conclusión de que Marc tenía razón. No se podía hacer conjeturas de los sentimientos de otros. Es necesario que él mismo diga lo que siente en su corazón. Sin embargo, el coeficiente emocional de Xavier era preocupante.

—Pero Xavier pidió descansar hoy diciendo que no se sentía bien.

—Entonces, tengo que decírselo a Eva. —Tal vez fuera una buena oportunidad para que ella viera a Xavier.

Marc, naturalmente pasó el teléfono a Noelia y luego se fue al estudio para revisar algunos documentos.

Noelia respondió con una sonrisa. Pero cuando vio a Marc a punto de entrar al estudio, le dijo:

—Le pregunté a Rick, y me dijo que mi representante está en Francia. ¿Me podrías decir a quién has elegido?

—Como está en Francia, lo conocerás cuando vayas allá.

Noelia no tuvo más remedio que dejar el asunto y prosiguió a marcar el número de Eva.

Le decía a Eva que Xavier estaba enfermo y pidió descanso de manera exagerada.

Eva no pudo quedarse tranquila cuando escuchó que Xavier estaba enfermo y se había tomado un tiempo libre. Inmediatamente ella condujo apresurada al apartamento de Xavier y llegó a la puerta en diez minutos, cubierta de sudor.

Después de llamar a la puerta varias veces, Xavier abrió débilmente y preguntó sorprendido:

—¿Por qué estás aquí?

—¿Has tomado medicina? ¿Qué te dijo el médico? ¡Quieres que te lleve de nuevo al hospital!

Xavier estaba un poco confundido por la fiebre y quería seguir durmiendo un rato, de modo que no podía escuchr lo que decía ella con mucha claridad.

Eva lo miró con preocupación ignorando cualquier otra cosa. Encontró el termómetro de la caja de medicinas... ¡Estaba en casi 40 grados!

—¡Te llevaré al hospital! ¡Estás quemando!

—Nuo quiero ir...

—¡He dicho que iremos!

—Essstá... bien. Pero no quiero... ir en coche porque tengo miedo de vomitar. Ayúdame a ir caminan...

Eva suspiró:

—Bueno, está bien, como quieras.

Encontró el abrigo más abrigador de la casa, envolvió a Xavier con una bufanda y una máscara, luego le colocó un gorro. Todo esto para evitar que le afectara el viento..

Ella convenció a Xavier y dijo:

—Bajemos y caminemos unos pasos. Luego, tomemos el auto, así es más rápido. Si te sientes mal, podemos bajarnos en cualquier momento, ¿de acuerdo?

LO decía como si estuviera persuadiendo a un niño.

Xavier estaba confuso y agarró obedientemente el brazo de Eva.

—Esssstá bien...

Eva ayudó a Xavier, que estaba muy perdido. Mientras bajaban paso a paso por las escaleras, Eva lo miraba con angustia.

Afortunadamente, había un hospital no lejos de la casa de Xavier. Al ver a Xavier ser enviado a la sala de emergencias, Eva finalmente se alivió un poco.

No se atrevió a alejarse y esperó durante cinco horas.