Lo Mejor de Tu Vida romance Capítulo 343

Clara se molestó al ver que Noelia estaba triste.

—Noelia, no te preocupes por eso. La empresa se ha ocupado de ello, pronto debería...

Noelia negó con la cabeza mostrando una sonrisa:

—No importa, están diciendo la verdad.

Cuanto más decía esto, más se preocupaba Clara, especialmente porque ya se acercaba el día de hacer público su matrimonio.

—¿Afectará tal noticia a la opinión de la familia Navarro sobre ti?

—¿No hay un itinerario esta mañana? Prepara el coche. Voy a ir donde la familia Santos. —Noelia no puede dejar que Melisa la intimide, ni que trate de destruir su vida así. Si fuera antes, ella podría pasarlo por alto, pero ahora era diferente, ella no estaba sola. Ella no daría a nadie la oportunidad de criticar a Marc.

—¿Debo decírselo al jefe?

—Sí, pero yo iré de una vez, ya que no puedo esperar ni un minuto más.

Clara llamó al conductor para que llevara a Noelia hasta allí. Luego ella se quedó en el hotel para atender a los periodistas. Al ver que Noelia se subió al coche, su estado de ánimo era indescriptiblemente complejo. En comparación con la familia Santos, la familia Cortes también era compleja, todos se aliaban unos contra otros, con el fin de obtener sus propios intereses.

«¿Hay algún afecto en una familia así?». La codicia por el poder y dinero hacencosas crueles en las familias.

Noelia se sentó en el coche, con la mente en blanco, no pensaba en nada.

Noelia sabía bien por qué Melisa lo hizo, porque el abuelo Arturo vino a verla a ella, por lo que Melisa no pudo aceptarlo.

Melisa no dudó en sacar a la luz el escándalo de la familia Santos para evitar que Noelia volviera a la ésta.

A mitad de camino, el conductor recibió una llamada de Clara, e inmediatamente redujo la velocidad y se hizo a un lado de la carretera.

—¿Qué pasa? —preguntó Noelia.

—El Sr. Marc está en camino, y él mismo te llevará allí.

Pronto, el coche de Marc estaba aparcado frente al suyo. Abrió la puerta y se bajó.

—Vayamos juntos y anunciemos nuestro matrimonio. —le dijo a Noelia.

La ocasión era perfecta.

***

Para la familia Santos, este día sería el momento para cambiar todo.

En la espaciosa y luminosa sala de estar, se llamó a toda la familia Santos. El abuelo Arturo estaba sentado en el sofá, mirando a los hijos de la familia de pie frente a él.

El que exponga al público los trapos sucios de nuestra familia no requiere de un minucioso escrutinio. Es obvio quién lo hizo.

Melisa fue obligada a arrodillarse en el suelo, y los hermanos Santos se pusieron al lado.

El padre y la madre de Noelia estaban sentados junto al abuelo Arturo con un rostro sombrío, pero no se atrevían a hablar.

Entre los hijos de la familia Santos, Melisa era la mayor, seguida de Renato, Noelia y Aurelio. Desde que Noelia se fue, Melisa se hizo con el control de la familia y fue reconocida como la primera opción para ser heredero.

—Les reúno aquí para tratar una cosa. A partir de hoy, la familia Santos volverá a tener menos miembros, ¡quiero a Melisa fuera de la casa!

El padre de Noelia se apresuró a gritar:

—Pero, padre...

—¡Silencio! ¡No tienes derecho a tratar de detenerme! Todo es por el error que tú mismo cometiste.

—Abuelo, ¿por qué me haces esto? ¿Qué he hecho mal? —Melisa levantó la cabeza sin estar convencida—. ¿Por el bien de Noelia? La has mimado tanto. ¿Y ahora me vas a echar?

—Es bueno tenerte de vuelta. —El padre de Noelia miró a Noelia y suspiró de emoción.

Noelia no respondió, sino que dijo al abuelo Arturo:

—Estoy aquí para tratar la enemistad entre Melisa y yo. No tiene nada que ver con los demás, abuelo, así que espero que no intervengas.

—¡Noelia, ustedes son hermanas! —Dijo el padre de Noelia.

—Bien, prometo que no interferiré. —El abuelo Arturo levantó directamente la mano para impedir que el padre de Noelia siguiera hablando. Él quería ver el progreso que Noelia logró en el exterior después de tantos años. Así que optó por esperar y ver lo que iba a pasar.

Noelia se dio la vuelta, levantó la mano y abofeteó a Melisa en la cara antes de que todos pudieran reaccionar.

El sonido fue tan fuerte y estremecedor que se escuchó en toda la sala.

Melisa la miró con rabia:

—¡¡¡¿Estás loca?!!!

—Esto no es nada, comparado con todas las humillaciones que me has hecho pasar a lo largo de los años.

—Tú... —Melisa la miró fijamente—. Esta ya no es tu casa, ¿cómo te atreves a volver aquí?

—Lo sé, esta ya no es mi casa, ¿y qué? ¿Te has preguntado alguna vez por qué desde la infancia hasta la edad adulta, el abuelo solo me valoraba a mí? Eres la hija mayor, pero no eres mejor que yo en nada. Los mayores me prefieren a mí, los amigos prefieren estar cerca de mí, ¿y tú que has logrado? Después de todos estos años, nunca tendrás lo que yo tengo.

—Melisa, no importa dónde esté, siempre tendré una vida mejor que tú. Soy como una espina en tu corazón.

—El día que dejé a la familia Santos, nunca pensé en volver. Pero como eres tan estúpida, ¡¿tenías que darme un empujón?!

—Si vuelves a molestarme, puede que realmente vuelva a la familia Santos y te quite todo lo que anhelas. Y ahora he venido aquí para dejarlo en claro.

—Vive tu vida y déjame en paz, de lo contrario, no tendrás nada como cuando me echaron de la familia.