—Gracias por su comprensión. La Srta. Noelia quiere que diga la verdad que aceptó la invitación de nuestro nuevo presidente, por lo que llegamos a un acuerdo de cooperación —Dijo Mía amablemente.
—¿Asistirá la señorita Noelia a la reunión?
—No.
Román asintió después de pensar un rato:
—Vale, te ayudaré.
Como creían a Noelia, estaban dispuestos a asistir a la reunión del director después de comunicarse con su personal.
Arturo había llegado a la empresa pero no se lo dijo a los demás y envió al Asistente Abasto a participar en su nombre.
El Asistente Abasto solía ayudar a Arturo a pasar decisiones y documentos, por lo que los directores no tenían ninguna objeción. Pero cuando Melisa entró en la sala de reuniones, preguntó con curiosidad:
—¿Dónde está el abuelo?
El Asistente Abasto no le contestó después de echarle un vistazo, cogió su teléfono y puso un vídeo.
En el vídeo, Arturo tosió y dijo:
—No puedo asistir a la reunión de hoy porque estoy enfermo. Así que encomiendo al Asistente Abasto que asista por mí. Cada palabra que ha dicho es de mi parte. Gracias por su colaboración.
Los directores estaban de acuerdo con eso, porque sólo querían saber que sería la persona a cargo del Grupo Santos.
—Bien, empecemos —Le instó un director.
—Espera —Melisa se levantó de repente y dijo solemnemente:
—He contactado con el Grupo DK y he llegado a un acuerdo con ellos. Y ahora Román, el director del Grupo DK, está en el salón.
—¿De verdad?
—Te has ocupado de esta emergencia.
—Genial. Ahora no afectará a la acción de la empresa.
—Esto es lo que debería hacer el heredero, mientras alguien se limita a hablar.
Los directores se alegraron de esta noticia. Mucha gente se puso a su lado. Melisa no lo negó, pero se atribuyó el mérito.
Observando la situación, el Asistente Abasto se burló:
—¿Hiciste que el Grupo DK cambiara de opinión?
—Sí —Melisa dijo que, en tal situación, tenía que tomar este crédito para recuperar el puesto de presidente.
—No sé si realmente hay gente como tú.
—¿Qué quieres decir?
—Nada —El Asistente Abasto giró la cabeza y no quiso ver la cara de Melisa.
Los directores interrumpieron la discusión. Melisa miró al Asistente Abasto y dijo:
—Eres el asistente del abuelo, así que te respeto. Pero por favor, respétame a mí también. Si no crees lo que he dicho, puedo pedirle a Román que esté aquí.
—Bien, que pase —El asistente Abasto esbozó una sonrisa irónica—. Ya que es nuestro compañero, podemos conocerlo.
—De acuerdo, yo misma le pediré que esté aquí —Melisa resopló y salió de la sala de reuniones.
Pronto volvió a la sala de reuniones con una sonrisa, junto con Román y su gente.
Toda la gente del Grupo Santos vio su estilo de trabajo. Después de diez años de trabajo, había creado muchos milagros comerciales, ganando buena reputación en el círculo de la secretaria.
Tenía una actitud pacífica, asentía cortésmente a todos los directores en la sala de reuniones.
—¿Quién es el presidente ejecutivo? Es una sorpresa que Arturo deje que Mía sea su secretaria.
—La señorita Melisa ha triunfado en la propuesta de DK, pero ¿por qué Arturo no la deja ser presidenta ejecutiva? No lo entiendo.
—La señorita Melisa ha demostrado su capacidad. Creo que debería ser la presidenta ejecutiva.
Al escuchar la discusión de los directores, Melisa se mostró confiada y dijo con frialdad:
—Asistente Abasto, puedes decirlo directamente. No creo que el abuelo ignore mi contribución a la empresa.
—¿De verdad? —El sonido del Asistente Abasto resonó en la sala de reuniones:
—Señorita Melisa, ¿cree que el director del Grupo DK vendrá aquí lejos de su país con el contrato ya que usted no hizo nada? ¿Existe tal milagro?
—Fui yo quien los conoció en la empresa. No puedes negar eso —Dijo Melisa.
El asistente Abasto no discutió con ella, sino que asintió a Román.
Román se levantó y explicó:
—Fui invitado por el nuevo presidente del Grupo Santos. He venido a conocerla por su sinceridad y para discutir los detalles de la cooperación. Y esta propuesta modificada fue enviada por ella a través del correo electrónico.
—En cuanto a esta señorita. No estuve de acuerdo en firmar el contrato por ella. Ella lo entendió mal.
—Sólo es personal del Grupo Santos.
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