—Entonces... —Marc tomó la mano de Noelia y le preguntó.
—No quiero que aparezca en familia Santos, es el momento.
Arturo se preocupó por el bebé no nacido de Melisa. Noelia no le daría otra oportunidad. No merecía ser familia Santos ni madre.
—Te apoyo en todas tus decisiones. ¿Qué puedo hacer por ti? —Marc era su sólido refugio.
—Marc...
Cuando ella pronunció su nombre con un sonido suave, Marc le sujetó las manos con fuerza.
Se enfrentarían juntos a cualquier cosa increíble del mundo.
Y conocerían a su bebé juntos en el futuro.
...
—La conferencia de nuevos productos del Grupo Santos se ha celebrado sin problemas...
—Esa noche se firmaron 20 contratos. Ha atraído la atención de las celebridades del círculo de la moda. El Grupo Santos entrará en una nueva era en el futuro.
Los reporteros contaron la situación de la conferencia sobre el nuevo producto, incluyendo que Melisa estropeó las cosas al principio.
—¿Quién será la heredera del Grupo Santos? ¿Será Melisa de la familia Santos o Noelia la actriz que sale del círculo del espectáculo?
Sentado en el autocar, Arturo apagó el televisor con el mando a distancia. La imagen que Melisa lloraba en el escenario estaba viva en su mente.
Y en ese momento, Melisa entró en el salón con los ojos rojos y rompió a llorar en cuanto vio a Arturo.
—Abuelo, hoy Noelia me ha tratado mal. No esperaba que me hiciera esto. ¿Por qué le entregaste la empresa a ella?
—Cállate.
Arturo tiró todas las frutas de la mesa de té, mirando fijamente a Melisa con enfado.
El sonido de la grieta del cristal resonó en el salón, lo que sorprendió a Melisa. Pensó que Arturo la querría como antes, pero antes de que hablara, el maestro Santos se puso furioso.
¡Por Noelia!
—Abuelo...
—No me llames abuelo. ¿Sabes lo importante que es la conferencia sobre el nuevo producto para la empresa? Puedo perdonar lo que has hecho, pero ahora haces las cosas en problemas abiertamente en una ocasión tan importante.
Dijo Arturo con fiereza:
—Te había entrenado con el corazón, pero lo has estropeado todo aunque estés embarazada.
—No lo hice, abuelo. No tenía la intención, yo... oyendo a la gente hablar de quién se hará cargo de la empresa, estoy enfadado ya que estás sano y no necesitas una persona que te sustituya. Lo hice por la familia, abuelo.
Sería mejor que Melisa no dijera eso. Al oír esto, Arturo se sintió decepcionado, arrepentido y enfadado. No esperaba que Melisa fuera insidiosa después de sus años de entrenamiento.
En el pasado, confió en ella y no hizo muchas cosas para perjudicar a Noelia y a su madre.
En ese momento, se sintió mal por el llanto de Melisa.
El resto piedad al niño en su vientre desapareció.
—Has elegido ir contra nosotros. La empresa no tendrá nada que ver contigo. Puedes quedarte en la familia, pero si vuelves a cometer un error, no te perdonaré.
—Hora de dormir.
Aunque el niño crecía día a día, con los cuidados de Marc, Noelia no tuvo demasiadas reacciones adversas.
—Me has dado pereza —Se levantó con una sonrisa. Volvieron al dormitorio:
—¿Tienes que trabajar esta noche?
—Sí, hay algunos documentos que hay que tratar. Duerme tú primero, y yo lo terminaré pronto —Marc le besó la frente y le dijo.
Noelia asintió y cerró los ojos después de que Marc la arropase con el edredón.
Cuando Noelia se ocupaba de los asuntos del Grupo Santos, Marc no la interrumpía, pero Xavier había estado vigilando a los directores del Grupo Santos. Como el director Rubén se mantenía cerca de Melisa, se había convertido en un objeto clave a observar.
—Presidente, tenemos el registro de llamadas y el historial de fichajes del director Rubén. Filtró la lista de nombres de clientes VIP a los medios de comunicación y ayudó a Melisa a relacionarse con los directores.
—Debería tener su plan sobre esta nueva conferencia de productos, pero no ha hecho ningún movimiento porque Melisa ha estropeado las cosas.
Xavier le contó a Marc los resultados recientes por teléfono.
—Además, me he enterado de que ha reservado el vuelo internacional en la próxima semana. Y después de la conferencia sobre nuevos productos, volvió al Grupo Santos y se quedó allí tres horas.
Marc golpeó la mesa con su delgado dedo, pensando en lo que podría hacer en tres horas.
—Vigílalo y recoge pruebas y datos de los directores enganchados por Melisa —Marc dio una orden con calma.
No permitió que alguien hiriera a Noelia por la espalda.
No tomaba la iniciativa pero no se quedaba de brazos cruzados.
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