Justo cuando se celebraba la fiesta, Natalia tomó un vuelo y llegó a un hotel de cinco estrellas en otra ciudad.
Llevando un vestido rojo largo, una chaqueta blanca y roja y gafas de sol, abrió la puerta.
Nada más entrar en la habitación, fue abrazada por ese subdirector, Kevin Pastor, que frotaba impacientemente su cara contra la de Natalia y recorría su cuerpo con las manos.
—Mi amor, te he estado esperando durante mucho tiempo.
—Espera un momento, voy a tomar una ducha primero, no tengas prisa —Natalia lo apartó, se dirigió al baño y se puso bien el pijama. Después de todo, aún tenía al bebé de Felipe, no estaba dispuesta a renunciar por completo a la identidad de prometida de Felipe, entonces no podía perder esta carta.
El silbido de hombre sonó fuera del baño y esta se miró en el espejo, donde aparecía bella y bien arreglada.
—¡Natalia, tienes que aguantar! ¡Tienes que ser mejor que Noelia! ¡No puedes dejar que esa zorra te gane!
Salió del baño, fue descalza hacia el hombre y a la vez a un abismo profundo.
Tres horas después, Natalia se puso a vestirse.
El hombre pareció no estar satisfecho y la detuvo.
—¡Ya es muy tarde, volveremos juntos a primera hora de la mañana! Quédate para charlar un poco más conmigo...
«Es tan insaciable.»
Natalia contuvo el disgusto y apartó lentamente su mano.
—Si nos presentamos juntos en el aeropuerto, levantaremos sospechas, ¿no estás satisfecho con lo de hace un momento? —las yemas de sus dedos trazaron círculos en el pecho del hombre.
—Mientras puedas ayudarme conseguir la mejor actriz del Premio Alabarda Dorada, ¿crees que te vas a quedar sin más oportunidades?
Su tono y su rostro seductores hicieron que Kevin asintiera con entusiasmo.
—¡Vale! Te ayudaré, pero, no puedes olvidarte de mí...
Pellizcó el culo de Natalia y la soltó.
Natalia salió de la habitación con el cuerpo agotado sin saber por qué había llegado a este punto.
«¡Todo por culpa de Noelia!»
Sus ojos ardían rabia y odio. Subió al coche de su asistenta tras salir del hotel a toda velocidad.
—Vamos, es demasiado tarde para volver, Felipe me sospechará —ya conocía perfectamente la rutina de Felipe y estaba segura de que no se enteraría de que no estaba en el piso.
—Estás muy pálida, ¿deberíamos ir al hospital primero? —la asistenta preguntó indirectamente.
—No —Natalia hizo un gesto con la mano como rechazo y puso una expresión de indiferencia—. Definitivamente ganaré.
«Quiero ganar la mejor actriz del premio Alabarda Dorada y también quedar a Felipe a mi lado.»
«Siempre que pueda manejar las normas de esta industria, nadie podrá superarme, ¡incluida Noelia!»
Con el festival de Alabarda Dorada a la vuelta de la esquina, Noelia estaba teniendo un tiempo muy relajado porque no sólo había resuelto el asunto de Gema, sino que también había conseguido un agente especial.
Estaba sentada en el sofá leyendo una revista, de vez en cuando miraba al hombre que estaba trabajando para ella.
Los papeles extendidos delante de Marc eran todas las ofertas para Noelia de marcas y producciones. Marc las revisó todas, sin importar cómo fueran, considerando las ventajas y desventajas de cada oferta y organizándolas.
—Me alivia tenerte a mi lado, pero ya es muy tarde, los dejas para mañana, ¿vale? —Noelia, se acercó y le apretó el hombro.
—Por muy atractivo que parezcas trabajando, no quiero que te quedes despierto hasta tan tarde por mí.
—No pasa nada, quiero estar ocupado —Marc le dirigió una mirada tranquilizadora y, con un suave tirón de la mano, cogió a Noelia en brazos.
Marc la levantó en brazos y le abrazó el cuello, con un brillo cariñoso en sus ojos.
—¿Sabes que tus palabras me convertirán en una bestia?
Parecía un hada del cielo, cada uno de sus movimientos era tan atractivo para el hombre.
—Gracias al señor Marc por el cumplido, pero no tengo agente por el momento, y si de repente propongo a la empresa rodar este documental, Felipe y los demás se opondrán sin duda.
Y sabiendo el carácter de Nin, seguro que le impediría e incluso hablaría mal de Noelia al director.
—Yo también he pensado en eso, así que negociaré por tu parte primero e informarás a la empresa cuando esté oficialmente decidido —Marc asintió con aprobación
—¿Negociarás por mi parte? —los hermosos ojos de Noelia se abrieron de par en par, no se había imaginado que un día Marc negociara un contrato por ella.
—¿No confías en mis habilidades? —Marc frunció deliberadamente el ceño.
Noelia negó inmediatamente con la cabeza.
—¡No! No, solo que estoy muy contenta, si me ayudas a negociar, seguro que va a salir bien, pero tampoco quiero que hagas tanto por mí.
«Mi intención inicial nunca cambió.»
«Si hubiera utilizado los recursos de Marc, nada de eso me pertenecería de verdad.»
«Quiero merecer ser la mejor actriz, no como Natalia, que solo tiene una buena apariencia sin ninguna actuación.»
—Entiendo lo que quieres decir, no te preocupes, nunca revelaré mi identidad, pues déjame trabajar para ti por una vez como tu agente especial, ¿vale?
Su sinceridad conmovió a Noelia y le abrazó con fuerza.
—¡Soy tan afortunada de ser tu mujer!
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