Lo Mejor de Tu Vida romance Capítulo 67

—No les hagas caso. Tengo derecho a asistir a la ceremonia mientras que el organizador me haya invitado. Lo que están haciendo solo les hará quedar mal delante de la gente —Noelia no le dio importancia al tema, en cambio, estaba pensando en ese documental.

—Eva, ¿has oído hablar del director Omar Tormo?

—Me suena, ¿es ese que se dedica a los documentales? ¿Quieres trabajar con él? —Eva se sorprendió un poco, pensando que optaría por los dramas de época.

—Me gustaría participar en el documental «Las Sombras» —Noelia sonrió con ternura—. Me lo ha recomendado Marc.

—Me parece bien. Se puede confiar en sus recomendaciones —Eva estaba más tranquila sabiendo que Marc daba a consejos a Noelia.

«¡La payasa de Nin no sabe con quién se está enfrentando!»

No obstante, filmar o no el documental no dependían de ellas. Ahora que Natalia tenía la oportunidad de conseguir el premio de la mejor actriz, los altos directores de la empresa no le darían total libertad a Noelia.

—Buscaré un momento oportuno para mencionarlo —dijo Noelia después de reflexionar un rato.

—Será mejor que hablemos de ello después de que la ceremonia de premiación termine.

—¿Le digo a alguien que siga a Natalia? ¿A ver si encuentra algunas pruebas de sus trucos sucios? —Eva tenía un presentimiento de que había alguna trampa detrás de eso.

—No por el momento. Si de verdad ha hecho algo, es mejor que Felipe lo descubra en persona —Noelia no quería entrometerse, tampoco le interesaba saber la trampa que le había tendido Natalia.

Estaba destinada a salir perdiendo si quería ganar el premio de la mejor actriz con trucos sucios. Después de todo, Noelia tenía la carta más importante.

—Hemos terminado por hoy. ¿A dónde te llevo? —preguntó Eva—. ¿El señor Marc aún no ha salido del trabajo?

Noelia dijo sonriendo:

—Llévame a su empresa. Está trabajando horas extras.

Se puso ropa casual y una gorra en el coche y preguntó:

—¿Cómo me ves? ¿Parezco una mujer común?

—¡Olvídalo! A menos que tengas el superpoder de ser invisible, si no, te descubrirán en el momento en que entres a Halo Entretenimiento —bromeó Eva.

—¿Qué puedo hacer? —Noelia estaba un poco triste, solo quería darle una sorpresa a Marc, pero fue incapaz porque su relación con Marc no había sido publicada.

Justo en este momento, brilló la pantalla de su móvil, que era una llamada de Marc.

—El coche de tu asistenta lleva un buen rato allí, ¿ocurre algo? —preguntó.

—Nada, pensaba ir a buscarte, pero me da miedo que la gente pueda reconocerme, no quiero meterte en problemas —respondió en voz baja, pensando que eso de darle una sorpresa no iba a ser posible.

El hombre que estaba sentado en la espaciosa oficina se puso contento y cerró el portátil:

—Puedes venir a verme cuando quieras, le diré a alguien que baje a por ti.

—¿Seguro que puedo? Hay mucha gente en tu empresa —inquirió con duda.

—Espera un minuto, cariño.

Marc le hizo una señal a su asistente antes de ir a la despensa para servir un vaso de zumo a su esposa. Cuando el hombre guapo regresó a la oficina, Noelia había llegado con la guía del asistente.

—¡Qué ascensor más escondido tenéis! —Noelia observó a Marc, luego a los alrededores:

El gerente de departamento se pellizcó con fuerza, preguntándose si estaba soñando.

—¿El informe está completado? —Marc volvió a ser el hombre frío de siempre.

—¡Sí, señor! —el gerente del departamento informó su trabajo con nervios.

Salió de la oficina de Marc aturdido, se preguntaba quién era esa hermosura que le sonaba tanto. El señor Marc nunca había tenido a ninguna amiga tan cercana, pero bueno, ¡tenía que hacer la vista gorda!

Ya era de noche cuando Marc terminó con su trabajo. Se acercó a la cama y levantó a Noelia con gentileza:

—Cariño, es hora de volver a casa.

Noelia abrió los ojos con sueño, entonces vio que estaba en sus brazos y preguntó:

—¿Eh, has terminado con tu trabajo?

No pensaba bajarse. El abrazo de Marc le daba una sensación de seguridad.

—Sí —su voz suave era solo para Noelia—. ¿Qué te apetece cenar?

—Mmm, algo que me prepares —respondió felizmente apoyada en su pecho.

—Vale —contestó el hombre con mimo. La llevó hasta el coche y se fueron.

Después de que se fueron, se estalló un alboroto en el aparcamiento.

—¿Ere el coche del señor Marc? ¿Ha subido al coche con una mujer en brazos? —comentó el personal de Halo Entretenimiento que acabó de terminar las horas extras.

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