LO ÚLTIMO EN MIMOS romance Capítulo 61

Cuando Antonio escuchó este nombre, ya no quiso escuchar los detalles las informaciones de Ramiro Álvarez. Porque, mientras supiera que era él, podría encontrar todas las demás pruebas, y ni siquiera necesitaba que los dos se las proporcionaran.

Y en la lista de asesinos, a partir de hoy, había dos personas menos.

Se decía que la gente de la lista de asesinos valoraba más su reputación que su vida. Fue precisamente por eso por lo que Ramiro pagó el desorbitado precio de contratarlos. Porque, no le preocupaba en absoluto que las cosas le implicaran, sólo tenía que esperar a que Rosa Serrano muriera y que el Grupo Serrano en manos de Paloma Diaz, después de eso, todo lo que tenía que hacer era engatusar a Paloma Diaz, entonces el enorme Grupo Serrano equivaldría a caer en sus manos.

Desgraciadamente, esto fue sólo una ensoñación que tuvo, porque al momento siguiente, la policía apareció frente a él, con las esposas frías, esposadas en las manos, la policía ni siquiera le dio una palabra de defensa.

—Policía, ¿os habéis equivocado? Ramiro miró las frías esposas de sus manos y exclamó.

El oficial a cargo lo miró:

—Sr. Álvarez, no finja, si no tuviéramos suficientes pruebas, no habríamos venido a arrestarlo.

—¿Pruebas? ¿Qué pruebas tenéis?

—Esas cosas se presentarán en el tribunal.

La madre de Ramiro salió corriendo de la habitación y vio la escena de Ramiro esposado. Preguntó asustada:

—Policía, ¿qué delito ha cometido mi hijo? ¿Por qué lo arrestan?

—Es sospechoso de contratar a un asesino, las pruebas son abrumadoras y queremos detenerlo.

—¿Contratando a un asesinato para matar a alguien? —La madre de Ramiro estaba tan sorprendida que su cuerpo se balanceó y casi perdió el equilibrio— Vosotros ... debéis haber cometido un error, mi hijo no haría tal cosa, vosotros ...

—Las pruebas son abrumadoras, espero que esta señora no interfiera en nuestra gestión del caso. El policía terminó y se llevó a Ramiro.

—Ramiro, ¿qué está pasando? Debe ser un error por su parte, ¿no? La madre de Ramiro miró a Ramiro, el pánico en sus ojos era evidente.

—Mamá ...

Ramiro quería decir algo, pero al final no pudo decir nada.

La madre de Ramiro vio cómo se llevaban a su hijo. Estaba tan asustada que finalmente marcó el número de teléfono que no había marcado en años ...

***

Rosa llevaba tres días en coma y no sabía nada del mundo exterior, no sabía que Antonio la había ayudado a vengarse matando a los dos asesinos.

Es más, no sabía que Ramiro había sido arrestada, y que Antonio la había ayudado a estabilizar el Grupo Serrano en los últimos dos días.

Al principio, todos no estaban convencidos, pero cuando sacó su certificado de matrimonio con Rosa, todos dejaron de decir nada.

Aunque Antonio tenía fama de ser caprichoso, no había que subestimar la familia Jiménez en la Ciudad A. Como Rosa estaba casada con Antonio, entonces Antonio era la persona más cercana a ella, e incluso si Antonio no era capaz, ¿no tenía a Octavio Jiménez y a Carmen García detrás de él? Por lo tanto, en el momento en que Antonio sacó su certificado de matrimonio, la gente del grupo, por fin, se tranquilizó.

Antonio se tomó dos días para hacer todo lo que había que hacer y se fue al hospital para quedarse con Rosa.

Habían pasado muchos días y Rosa no había despertado, Antonio estaba cada vez más asustado, pero no se rindió, siguiendo las órdenes del médico, se acercaba todos los días a hablar con Rosa, con la esperanza de despertarla.

—Niña, no te duermas, sé que has estado cansada todos estos años, pero es bueno descansar de vez en cuando, no hay que dormir tantos días seguidos, ¿no?

—Niña, ahora te ves delicada, pero me sigue gustando tu frialdad.

Alargó la mano, queriendo tocarle la cara, pero temiendo despertarle, la retiró involuntariamente.

Ella se quedó mirándolo tan tranquilamente. Quizás su vista era demasiado ardiente, las pestañas de Antonio se movieron y abrió los ojos.

Cuando abrió los ojos, vio los ojos brillantes de Rosa, se congeló por un momento, y después de un momento, reveló una expresión de éxtasis.

Rosa vio toda su expresión y se sintió muy feliz en su corazón, afectada por su alegría.

—Niña, por fin has despertado. Antonio habló con voz ronca.

—Estos últimos días han sido duros para ti. Rosa finalmente extendió la mano y acarició su rostro.

Antonio le bajó la mano y la sostuvo en su palma, riendo:

—Niña, lo sabía, no debes ser capaz de soltarme.

Rosa se rio de sus palabras:

—Así es, no puedo soltarte, mucho.

«¿Cómo puedo dejarlo ir? Con una segunda vida, puedo ser su mujer. Si puedo vivir, por supuesto que no querré morir. Por eso hice todo lo posible para sobrevivir en ese momento, sabiendo que era peligroso saltar del coche, aun así salté. Si no saltaba del coche, moriría, o paraba el coche y me mataba el asesino, o me estrellaba hasta morir, solo saltando del coche, aun había posibilidad de sobrevivir. Se ve, había apostado bien.»

Cuando Antonio escuchó esto, se alegró, y al momento siguiente, le cogió la nuca, la atrajo hacia sí y la besó.

***

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