LO ÚLTIMO EN MIMOS romance Capítulo 68

Era justo mediodía, Bella envió a los criados a preparar la comida, y luego llevó a Paloma al comedor a comer. Paloma mirando la suntuosa comida que había sobre la mesa, volvió a llorar: —Bella, hacía mucho tiempo que no comía algo tan delicioso.

El ceño de Bella se frunció aún más.

—¿Qué está pasando? Aunque tu prima no te ha dejado dinero, no deberías ser tan pobre como para estar así, ¿no?

—Bella, no lo sabes, que Rosa ha caído ahora bajo la magia de esa Antonio, ha hecho que todos los negocios en los que invertí se derrumben, ahora soy de verdad pobre y desamparada, Bella, llevo tiempo incluso sin comprar ropa nueva.

Esto sonaba muy miserable, Bella suspiró y sacó una tarjeta de su bolso y se la entregó a Paloma.

—Toma esa tarjeta, puedes usarla primero.

Paloma siempre había sido obediente y sumisa, Bella se llevaba muy bien con ella, ahora viéndola en esa trágica situación, a Bella se le seguiría rompiendo el corazón.

—Gracias Bella mi madre tiene razón, siempre dijo que eres la que más me quiere y nunca me dejas sola. —Paloma lloró.

Bella le dio unas palmaditas en la espalda con motivo de reconfortante.

—Está bien, vamos a comer, después de comer, vamos a buscar a tu madre.

—Bien.

***

Cuando Bella vio a Gloria, apenas pudo reconocer quién era, ¿seguía siendo su hermana Gloria, que no siempre se conservaba muy bien? Esta pobre mujer parecía una anciana.

—Pero Gloria.

Los labios de Bella temblaron y por un momento no sabía que decía.

Al ver a su propia hermana, Gloria forzó una sonrisa.

—Tal y como estoy ahora, debería ser terrible, ¿no? Ahora ni siquiera me atrevo a mirarme al espejo, tengo miedo de volverme loco si veo cómo me parezco en el espejo.

—Gloria, ¿cómo puede suceder todo esto? Llevo solo un año sin volver a casa, pero nuestra familia, ¿qué está pasando aquí?

A Bella le dolía el corazón por solo escuchar la voz de su hermana. Bella esbozó una sonrisa forzada.

—Ya, ¿cómo ha llegado a ser así?

—Gloria, dime la verdad ¿estabas intentando hacer daño a Rosa o no?

—Bella, ¿pero no me conoces? Estos años, he tratado a Rosa como a mi propia hija, le prometí a su madre que la cuidaría bien de Rosa, pero Rosa. —Dijo Gloria, con lágrimas fluyendo por su cara, parecía muy agraviada.

Recordó todo lo que sucedió en esa casa a lo largo de los años, era en efecto como dijo Gloria, de verdad trataba bien a Rosa, cuidaba meticulosamente de ella. Cada vez que Rosa volvía del trabajo, la casa era siempre su cálido puerto.

Por el contrario, Rosa trataba a los demás de manera extremadamente indiferente. Bella pensaba que tal vez a veces ni siquiera podía conseguir llevarse bien con Rosa, si Rosa estaba de mal humor, sobre todo. Su personalidad era así, y era cierto que no era nada fácil acercarse a Rosa.

Pero Gloria era diferente, daba igual cómo la trataba Rosa, Gloria era igual de cariñosa con ella y siempre la protegía a ella. ¿Cómo podía creer que una persona como Gloria, que siempre consideraba a Rosa como su propia hija, y luego a hacer daño a Rosa?

El hecho de que Gloria veía que su hermana estaba algo agitada, continuó:

—¿no será un poco derroche de dinero?

—Eres hija de la familia Serrano, qué dices, si llevas ropa vieja todos los días, ¿no te avergonzarás cuando salgas? ¿Y la gente cómo nos ve?, los que no lo sepan, pensarán que la familia de Serrano está a punto de quebrar.

—Bella, pero no sé.

Quería decir algo más, pero Bella le hizo un gesto con la mano.

—Basta, déjalo, yo me encargaré de estas cosas.

Bella giró el volante y condujo directamente al centro comercial.

Por la noche, Bella y Paloma llegaron a casa con un montón de compras, Laura vio las cosas que llevaban en las manos de ellas dos, frunció ligeramente el ceño, pero no dijo nada. A Bella no le importaba lo que pensaba Laura, miró a ella y la dijo lentamente: —Laura, a partir de ahora, Paloma vivirá aquí conmigo, como estaba antes, como sigue aquí ahora.

—Pues, eso...

—¿Perdona? ¿Ya no soy la dueña de esta casa? ¿No tengo derecho a tomar esa decisión?

Bella se puso un poco enfadada y su sonrisa desapareció.

—Vale.

Laura bajó la cabeza, sin decir nada más. Sabía que a Rosa no le quedaban más familiares, y si Bella rompía también con Rosa, se convertiría en una persona solitaria. Era comprensible que Bella acababa de regresar y no tenía mucha idea de lo que habían hecho ellas dos. Laura confiaba en que Rosa era capaz de manejarlo bien.

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