LOS HIJOS DEL CEO romance Capítulo 6

Marco estaba hirviendo del enojo, dio un fuerte golpe en la mesa, apretando los dientes con rabia.

—¿Cómo se las arreglaron toda esa gente para contratar al mismo demonio y que este saliera perfectamente en todo? —interrogó con una expresión férrea.

—No te quejes mucho, porque aunque quieras disimularlo, ese mismísimo demonio te gusta —señaló Paul con burla.

—¿A mí? ¡Estás loco! Nada más alejado de la realidad, ¿Cómo me va a gustar una mujer altanera? ¿Qué no sé cohíbe para hablar todo lo que se le ocurre en esa mente suya? Con esos ojos color del popó de los pajaritos y…¡Mierda@! —sus amigos se carcajearon al ver la expresión de Marco.

—¿Te diste cuenta de que estás jodido? ¿Te gusta esa mujer? —lo interrogó Liam.

—No hablen tonterías, solo me molesta su actitud, pero jamás me enamoraría de una mujer como ella —vio las cejas alzadas de sus amigos, quienes lo miraban con burla—. No me miren así, ya le dije ¡Ella no me gusta! — exclamó, aunque sus amigos igual, no le creyeron.

—¿Entonces por qué te altera tanto? Si no te importa deberías tratarla con indiferencia —indicó Paul mirándolo con suspicacia.

—Porque ella me retó con su actitud y no soporto que alguien quiera minimizarme, la haré tragar sus palabras y la haré enamorarse de mí, para luego usarla como quiera y al final despreciarla —se sonrió con satisfacción, al imaginarse que eso sucediera, cerró los ojos y las escenas se desarrollaron frente a él.

"—Mi amo, ¿desea algo? —pronunció Lia, inclinándose ante él, mientras la miraba desde lo alto.

—Si deseo, ¡Quítame los zapatos y besa mis pies! —exclamó con firmeza.

Lía lo miró con adoración, se arrodilló frente a él, le quitó el calzado y comenzó a regarlo de besos, su cuerpo se estremeció ante su contacto.

»¡Levántate y quítate la ropa! —ordenó, enseguida ella se levantó, lo miró con los ojos llenos de excitación y habló en tono meloso.

—¡Cómo ordene mi amo! —se fue quitando las prendas una a una, mientras su excitación crecía al verla desprovista de ropa.

—¡Ven aquí! —ella caminó hasta llegar a su lado, Marco la hizo inclinarse y tomó su pezón entre sus labios, haciéndola gemir, sin embargo, una fuerte sacudida lo sacó de esa ensoñación.”

—¡Marco! ¡Marco! Diablo hombre ¿En qué estás pensando? ¿Por qué no escuchas? —era la voz de Liam quien lo sacó de sus placenteros pensamientos, no pudo evitar enojarse por su inconveniente interrupción.

—En lo que voy a hacer para someter a esa mujer. No asistiré a la reunión, porque ubicaré a la señorita Ontiveros —agregó con formalidad, y para que nadie le cuestionara, salió antes del salón, caminó al ascensor y bajó para buscar el auto con el chofer y Lía.

—Ernesto, he decido ir con ustedes —cuando entró y no vio a Lía, se preocupó de inmediato y preguntó por ella —¿Dónde está la chica?

—No lo sé señor, creí que vendría con usted, cuando llegué aquí ella no había llegado —se justificó el hombre.

Marco apretó las manos con una evidente expresión de molestia, empezó a contar mentalmente para ver si con eso evitaba perder el control y explotar con ira, cuando se sintió más calmado, llamó a Paul y sin dar ninguna explicación le habló con exigencia.

Capítulo 6. Burlándose de los Estebans 1

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