Luna verdadera romance Capítulo 5

Unos momentos después, estaba de pie a cuatro patas, mi pelaje blanco brillando bajo la luz de la luna. Respiré profundamente y levanté la cabeza con orgullo.

Mis amigos y familiares se voltearon y se quedaron boquiabiertos.

"Ella es blanca", dijo Luna Gloria.

La miré y levanté mi cabeza de lobo. ¿Es eso algo especial?

"Somos lobos blancos puros, Emma. Nadie es un lobo blanco puro", dijo Eliza.

"¿Qué quieres decir?" le pregunté. "Hay lobos blancos. Los he visto antes".

"Sí. Pero ninguno de ellos es blanco puro", dijo orgullosa. "Todos tienen una mancha de otro color, o sus patas son diferentes. Nosotros somos completamente blancos".

"¿Qué significa eso?" preguntó Amy en voz baja.

"No lo sé", dijo mi hermano, sin apartar los ojos de mi lobo. "Pero es hermosa".

"Lo es", dijo Jacob en voz baja.

Lo miré y de inmediato me sentí decepcionada. No hay chispas. No hay conexión. Él no es mi pareja.

"No somos suyos", dijo Eliza. "Pertenecemos a otra persona".

"¿Qué quieres decir, Eliza?" pregunté sorprendida. "¿Sabes quién es nuestra pareja?"

"Sí lo sé", dijo. "Pronto lo sabrás".

"¿Quién es?" pregunté. "¿Cómo lo sabes?"

No es común que un lobo sepa quién es su pareja. Solo lo saben cuando los ven. Pero no antes. ¿Qué está pasando?

"No voy a hablar contigo de eso", dijo Eliza. "Ahora, deja de pensar en eso y concéntrate en tus amigos y familiares. Andrew está tratando de comunicarse contigo mentalmente".

Aparté mi atención de nuestra conversación y me concentré en la voz de mi hermano dentro de mi cabeza. Ahora que me había transformado, podía comunicarme mentalmente con toda la manada.

¿Emma? Me llamó. ¿Emma, me puedes oír?

Sí, respondí. Lo siento, estaba hablando con Eliza.

Eres hermosa, Emma. Dijo orgulloso. ¿Quieres salir a correr?

¡Sí! Dije emocionada.

Mi hermano le dijo al resto del grupo que se transformaran y todos salimos a correr. Eliza conoció a todos los lobos y pude ver que los amaba a todos. Y ellos la amaban a ella. Especialmente Asher. Era atento y cuidadoso con Eliza, al igual que Andrew lo es conmigo.

Cuando ya había tenido suficiente, me comuniqué mentalmente con Andrew para decirle que regresáramos. Toda la emoción y nerviosismo me habían agotado.

Regresamos al claro y tomamos nuestra ropa en nuestras bocas. Todos nos fuimos detrás de un árbol para transformarnos y cambiarnos.

La transformación de regreso también dolía, pero no tanto como la primera vez.

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