Más que un trato romance Capítulo 15

Lo ignoró al ponerse de pie y llevo los platos al fregadero y apenas los dejo cuándo me da la vuelta, inmovilizando mis manos mi respiración se agita por el susuto, parece divertirle y pega su cuerpo al mío uniendo sus labios a los míos por una fracción de segundo correspondo pero me detengo al cruzarme el pedazo de una canción.

《Sus ojos son realmente una trampa mortal y al fuego nos condenaran》la voces de esas mujeres se quedan en mi mente, William recreaba a la perfección la canción gloria del anime kuroshitsui

Sus dientes toman mi labio inferior jalandolo en cuanto no termine de corresponder el beso, toda mi piel se estremece al sentir su respiración en mi cuello, da un beso en mi cuello y luego pasa la punta de la lengua en el mismo lugar, sus labios no se movían y esto me lleva a pensar que lo hace sólo para preparar mi piel y dejar una marca- no por favor -digo con pánico.

- Isabela no te voy a violar - dice sin apartarse.

- No me dejes una marca por favor, no volveré a hacerlo pero no me dejes un chupete -despega su rostro de mi cuello y me mira sonriendo divertido, esto le causaba gracia al muy desgraciado.

- Buena niña -me da un beso y se aparta.

- Idiota -digo volteandome, y empiezo a lavar necesitaba distraerme y quizá se iría, volteó y lo miro porque no se a ido, ni hace el intento por irse y solo me miraba- ¿no tienes trabajo?

- Sí, pero John aún no regresa por mi.

- ¿Siempre te acompaña John a todos lados? -pregunto con curiosidad.

- No, de echo era raro que pidiera su servicio.

- ¿porque ahora parece tú sombra?

- Es mi sombra, cuida que no te sea infiel -casi se me resbala un plato al escucharlo y el solo ríe- mi abuelo me lo impuso.

- Conoce lo mujeriego que eres y no confía en ti -digo mientras sacó unas copas para helado.

- Digamos que si no tuviera abstinencia sería más fácil ser fiel -lo escucho decir mientras saco el helado.

- Eso pasará sólo en tus sueños -colocó helado en la copas.

- Sí hasta que nos casemos.

- ¿Qué quiere decir eso?

- Nada olvidalo.

- Quiero saber a que te refieres.

- A que quizá te enamores de mi.

Entre cierro los ojos- digamos que te crei lo que dices, eso no cambia el hecho que no me enamórare de ti, me gusta tu primo -le doy la Copa de helado- Esperemos a que llegue Diana en la sala.

En la cocina es más fácil atraparme al estar cerca, nos sentamos en la sala cada uno en un sofá, él mira a su alrededor y se queda mirando las fotos mías y de mi tía de cuando niña.

- Eran muy parecidas tu tía y tú.

- En casa dicen que es como si volviera a nacer a excepción del color de ojos.

- ya veo, ¿cuantos hermanos tienes?

-dos Jorge y Ricardo -señaló la foto donde estamos los 3.

- ¿y los otros niños de las fotos?

- Son mis primos, Diana es las más chica de sus hermanos igual que yo.

- Son por parte de tu papá.

- Sí.

- ¿de él no hay fotos aquí?

- No, mi tía lo desconocio como hermano antes de que yo naciera.

- ¿porque? Digo si se puede saber

- El hombre que me engendró engañó a mi madre por años y cuando supo que estaba embarazada de al estarse divorciando me nego como hija.

- Lo siento no quería..

- No importa, no es como si me hiciera daño tuve un padrastro excelente por 10 años de mi vida que lo sustituyó bastante bien.

-y ¿cómo es que tienes el apellido de tu padre?

- Mi tía lo obligó, destrozó su casa, sus carros.

- Es de armas tomar tu tía.

- Sí que lo es, pero a ese hombre le tenía sin cuidado ya que solo tenia 13 años mi tia, hasta que llegaron a un acuerdo de que no pagaría manutención sólo que me diera el apellido, así que técnicamente soy hija de mi tía y mi mamá -digo riendo nerviosa- así hubiera sido posible en esos tiempos, y si hubiera sido mayor de edad mi tia sin importar qué se hubiera casas o con mi madre sólo por darme el apellido de su familia, y mi familia la adora por ese gesto que tuvo con mi madre y conmigo.

- Entonces ese hombre ¿aún cree que no eres su hija?

- Él sabe que soy su hija -señaló mis ojos- esta es la prueba más irrefutable son igual a los suyos y sólo en su familia ha habido este color de ojos.

- Entonces por eso no te gusta que se te queden mirando directo a los ojos -afirma.

- No, realmente fue por las habladurías de los adultos que no saben guardarse sus opiniones para cuando no esté el menor, cada festival o cumpleaños no dejaban de murmurar sobre lo idiota que fue mi padre si tenía sus vivos ojos y se quedaban mirándome escudriñando si había más parecido entre los dos... ya es suficiente de mi ahora Cuéntame de ti ¿te compraban lo que querías cuando querías?

- No, sólo en cumpleaños, Navidad y Reyes, lo demás tenía que ganarlo buenas calificaciones ayudar en casa y si lo quebraba no había repuesto -es interesante realmente pensaba que desde niño tenía lo que queria.

- Ósea que no eras un niño mimado que era llevado a la escuela con chofer y todo.

- No, chofer fue mi madre hasta que me pude ir en el autobús y bueno ella ni pudo hacerlo.

La puerta se abre entra Diana, mi linda tía entra con una sonrisa como si no hubiera hecho nada y William se le queda mirando como si Diana no fuera lo que esperaba, Diana es delgada y no aparenta su edad hasta parece una veintiañera.

- ¿William estas aquí?

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Más que un trato