Matrimonio de primera romance Capítulo 1030

A Fidelio le hizo gracia su expresión seria:

—Lo sé. Te llamaré. No te preocupes.

Raquel curvó los labios y asintió.

Fidelio le tocó suavemente la cabeza con la suya:

—Eres tan linda. Incluso yo quiero tener una hija.

—¿Tienes una esposa? Sólo se puede tener una hija con una esposa —Raquel seguía triste, pero lo que dijo hizo que Fidelio pusiera una cara irónica.

Raquel continuó:

—No tienes esposa, ¿verdad? Sólo tienes chicos en tu escuela. ¡Qué miserable!

—Bueno, ¿por qué sabes tanto?

Raquel levantó la barbilla y se sintió orgullosa. Fidelio alargó la mano para hurgar en su cabeza:

—De acuerdo, te llamaré y volveré a verte cuando esté libre.

añadió Raquel con seriedad:

—Y búscate una esposa.

Fidelio no sabía qué decir. Raquel se limpió las lágrimas de la cara.

—Esto es muy importante.

Fidelio trató de no reírse y dijo:

—Muy bien, muy bien, ya veo.

Fidelio se volvió entonces para mirar a Yadira y a Delfino. Yadira seguía sentada en su silla de ruedas y Delfino estaba de pie detrás de ella.

—Delfino, Yadira —Fidelio los miró y dijo:

—Me iré ahora.

Yadira observó a Fidelio salir en el coche mientras pensaba en algo. Detrás de ella llegó la voz de Delfino:

—Volvamos.

Yadira asintió. Raquel se mostró hosca durante el trayecto. Yadira la miró y le dijo a Delfino:

—La escuela de Raquel debe comenzar ahora, ¿no?

Yadira había sido un desastre durante estos días, y no había prestado atención al calendario. Vagamente pensó que el colegio de Raquel ya debería haber empezado.

No había pensado en ello antes. Ahora que Fidelio se había ido a la escuela, Yadira por fin se dio cuenta de que todo el mundo estaba a su alrededor durante este periodo de tiempo.

Fidelio pidió permiso para verla; Delfino también dejó su trabajo, y Raquel también se quedó en casa.

Ella no quería eso. Si un día se moría de verdad, tendrían que seguir viviendo sus propias vidas.

Delfino comprendió rápidamente por qué lo mencionaba Yadira. Bajó la cabeza y dijo con voz grave:

—No tienes que preocuparte por nada ahora. Sólo cuídate bien. Deja que yo me ocupe de esas cosas.

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