Le dijo Apolo a Yadira desde el fondo de su corazón. Aunque siempre actuaba como un hombre despreocupado y casual, era muy claro en los asuntos serios.
Apolo no cambió de tema hasta que Noela volvió del baño.
—Recientemente, un grupo de actores llegó a la compañía. Todos ellos tienen unas habilidades interpretativas terribles, pero son altivos. No tenían ninguna conciencia de sí mismos. Pensando en aquel entonces... —Se quejó con Yadira, e incluso negó con la cabeza mientras hablaba.
Noela se acercó y miró a Apolo. Luego dijo con rabia:
—No le digas esas cosas molestas. Di algo interesante.
Apolo no quiso escucharla. Levantó la cabeza y discutió con Noela:
—A Yadira le gusta. No me interrumpió y escuchó con atención.
—Estás... —Justo cuando Noela habló, Delfino empujó la puerta y entró.
Noela se tragó lo que iba a decir. Delfino tenía un aura dominante. Y casi todo el mundo se comportaba inconscientemente bien delante de él.
Acababa de salir a recoger el teléfono de Xulio y se ocupaba de un trabajo, así que Noela y Apolo eran los únicos que estaban aquí.
Yadira le había mirado fijamente desde que entró. Aunque Yadira se había esforzado por mantener la calma, Delfino no tardó en descubrir la extraña mirada de sus ojos, ya que la conocía muy bien.
Apolo siempre había sido bueno para hacer una evaluación correcta de la situación. Había hablado mucho con Yadira hace un momento, y supuso que Yadira debía tener algo que decirle a Delfino cuando lo viera.
Apolo se levantó y dijo:
—Noela, no has estado aquí antes, ¿verdad? Vamos a echar un vistazo fuera.
Noela se enfadó ante la mirada reticente de Apolo.
—No quiero —dijo ella.
¿Pero qué pasa con ella? Ella había estado jugando con él todo este tiempo. Aunque no pudiera controlarlo, no era culpa de Delfino. Cuanto más pensaba Yadira en ello, más triste se sentía, las lágrimas corrían por su rostro.
Delfino se preocupó:
—¿Qué pasó exactamente?
Yadira se atragantó y no pudo hablar. Delfino adivinó:
—¿Apolo dijo algo desagradable y te hizo infeliz?
—Me ocuparé de él más tarde. No le dejaré venir más aquí.
Delfino sabía que Noela y Yadira eran buenas amigas, y que Noela era de buen corazón. Definitivamente no era Noela.
Debe ser Apolo quien ha puesto triste a Yadira.
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