Yadira se dio la vuelta y preguntó a Delfino: —¿Tu amigo?
Después de salir ella, el joven no habló con Delfino. Pero antes estuvieron hablando de algo.
De todos modos, el ambiente entre Delfino y el hombre era amistoso.
Delfino caminó detrás de Yadira y la hizo girar con la silla de ruedas, diciendo: —Andrés López, el tercer hijo de la familia López.
—¿La familia López que mencionaste antes? —Antes de venir a la Ciudad J, Delfino le había hablado de la familia López, que era la más rica y famosa de la Ciudad J.
—Sí—. Parecía que Delfino recordaba algo y dijo: —Si lo vuelves a ver, aléjate de él.
Yadira parecía sorprendida: —¿Por qué?
Delfino parecía no tener miedo de Andrés. ¿Por qué le dijo que se alejara?
—Su esposa lo dejó. Por esto, él provoca gran sensación en toda la ciudad y en los López—. Dijo Delfino con tono tranquilo, pero si se le escuchaba con atención, se regodeaba.
—Suena como una persona fuerte—. Entonces, dijo: —Su mujer le dejó. ¿Por qué estás tan feliz?
Delfino no dijo nada hasta que estuvieron cerca del restaurante: —Nunca tiene buenas palabras de su boca. Es el karma.
Yadira movió la comisura de la boca: —¿Y de tu boca?
—¿Yo? —Delfino se inclinó y miró de reojo a Yadira: —En mi boca, siempre hay dulces palabras. Pruébala si no me lo crees.
Yadira se sintió un poco avergonzada, así que le dio una palmadita en la cabeza: —Está serio.
Luego, Delfino besó la cara de ella antes de llevarla al restaurante.
***
Después del desayuno, Yadira pensó que Delfino iba a salir.
Pero al volver a la habitación, Delfino encontró una película y dijo entusiasmado: —¿Quieres ver una película?
Xulio tampoco acudió a Delfino. Era por eso que Yadira supo que esto era el plan de Delfino.
Al despertar por la tarde, Yadira fue al baño a lavarse la cara. Antes de terminar, sintió que alguien la miraba fijamente.
Al darse la vuelta, descubrió que Delfino estaba apoyado en la puerta y la observaba.
Delfino se le acercó y le tocó el pelo mojado: —Ven conmigo a un sitio esta noche.
Los ojos de Yadira brillaron: —Claro, ¿a dónde vamos?
Por fin iba a hacer algo importante.
Al ver su cara llena de alegría, Delfino sonrió: —Al Palacio Esmeralda. Hay un banquete esta noche.
Yadira frunció el ceño: —No he traído ropaje.
—No te preocupes. Lo he arreglado todo—. Delfino le dio un golpecito en la frente.
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