Justo cuando Yadira estaba a punto de hojear ests noticia, Delfino le quitó el teléfono de la mano. —No pases mucho tiempo en tu teléfono.
Al ver su teléfono guardado por Delfino, Yadira le preguntó con curiosidad: —¿Lo has hecho tú en materia de Franco?
Delfino dijo: —Adivina.
Yadira se quedó sin palabras.
Yadira miró fijamente a Delfino. Ignorándolo, se volvió para hablar con Noela.
Delfino y Apolo entraron en el estudio.
Yadira finalmente tuvo la oportunidad de preguntarle a Noela: —¿Apolo y tú habéis estado así últimamente? ¿Peleáis cada vez que os encontráis?
—No quiero discutir con él. Es él quien me provoca de vez en cuando—. Hablando de Apolo, Noela parecía enfadada.
Yadira reflexionó un momento y luego le preguntó a Noela con suavidad: —Noela, ¿qué pasa entre vosotros dos?
Si fuera en el pasado, Yadira no le preguntaría por esto a Noela. Ella solía considerarlo como un asunto privado entre Noela y Apolo.
Noela y Apolo se conocían desde la infancia. Por crecer juntos, se tenían un afecto extremadamente profundo, aunque no se prestara atención al amor entre los dos.
Sin embargo, después de todo lo que había pasado, Yadira sentía que la vida era demasiado corta y frágil. Las personas no debían perder el tiempo cuando podían estar juntas.
Sólo después de tener unas experiencias, sabía lo precioso que era estar juntos.
—De verdad, ¿se puede quedar todo claro? —Noela negó con la cabeza: —Cuanto más tiempo pasamos juntos, más difícil me resulta decirlo.
—¿O puedes simplemente hablar conmigo? —Cogiendo la mano de Noela, Yadira tenía una expresión suave pero decidida.
Noela se mordió los labios y bajó la cabeza, —Eso sucedió antes de conocerte....
Yadira podía sentir el nervio y la inquietud de Noela. Aunque Noela estaba hablando, había un rastro de resistencia en su expresión.
Yadira tomó la mano de Noela. —Noela, si no estás preparada, entonces no lo digas.
Nunca había visto a Noela tan frágil e inquieta.
Tenía miedo de que en el momento en que hablara, maldijera a Apolo.
«Después de todo, es un buen amigo de Delfino. Olvídalo.»
Apolo estaba confuso y se volvió para mirar a Delfino.
Delfino volvió a mirar a Yadira y dijo a Apolo: —Vuelve y descansa.
—De acuerdo—. Apolo no preguntó más y se dio la vuelta para marchar.
Después de que Apolo se fuera, Delfino se sentó al lado de Yadira y le dijo: —¿Qué te ha dicho Noela?
Yadira se quedó pensando un rato y le preguntó: —Si te lo digo, ¿guardarás el secreto y no lo dirás a Apolo?
Delfino respondió: —No lo sé.
Yadira resopló: —Entonces no te lo diré.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera
Quiero seguir leyendo...