Matrimonio de primera romance Capítulo 1160

Preguntó Raquel:

—¿Está muerta la abuela?

Yadira hizo una pausa. Estaba pensando en cómo explicárselo a Raquel, pero no esperaba que ésta dijera algo así antes.

—En la serie de televisión, cuando decimos que vamos a despedir a alguien por última vez, significa que la persona ha fallecido.

Raquel estaba un poco decepcionada:

—Papá también dijo que me llevaría a ver a la abuela mañana. He pensado que podría verla de verdad.

Raquel sabía lo que significaba la muerte. La muerte significaba que la persona ya no estaba y que sería enterrada en la tierra.

Despedir a alguien por última vez era una forma eufemística de referirse a la muerte, pero Raquel no entendía las emociones cuando un ser querido moría.

En cuanto a esos asuntos abstrusos, no había necesidad de apresurarse a decírselo a Raquel ahora mismo. Ella lo entendería naturalmente cuando creciera.

Yadira le dio una palmadita en la cabeza a Raquel:

—En realidad, la abuela murió cuando papá era pequeño. Aunque ya no está aquí, también le gustará mucho.

—¿Papá no tuvo a su madre cuando era niño? —Raquel tenía los ojos muy abiertos y preguntó con curiosidad.

—Sí —Yadira asintió:

—Así que tienes que ser mejor con papá. Papá realmente lo pasa mal.

Raquel ladeó la cabeza y pensó un momento, pero nadie supo lo que estaba pensando. Después de un rato, respondió:

—Sí.

Justo cuando Yadira iba a hablar, Raquel volvió a preguntar:

—Mamá, ¿me dejarás? ¿Te irás algún día?

Yadira guardó silencio un momento antes de asentir solemnemente:

—Sí.

Raquel hizo un mohín:

—No.

—Aunque tenga que irme un día, te sigo queriendo, Raquel —Yadira bajó la cabeza y miró a Raquel a los ojos.

Para Yadira, la muerte era algo inevitable, así que no había necesidad de evitarla.

Raquel volvió a fruncir el ceño y dijo apenada:

Cuando Yadira salió, Delfino estaba tumbado en la cama, con la colcha cubriendo su cuerpo. Estaba tumbado en la cama y miraba fijamente al techo, como si estuviera pensando en algo.

Cuando Yadira se tumbó a su lado, Delfino alargó la mano y la atrajo hacia sus brazos.

Yadira se calentó con el calor que emanaba del cuerpo de Delfino. Se relajó y su tono se volvió un poco perezoso:

—¿No tienes sueño?

Dijo Delfino en voz baja:

—Esperando por ti.

—Ya podemos dormir —Yadira bostezó y le ordenó:

—Apaga la luz.

Delfino extendió sus largos brazos y apagó la luz. La habitación quedó a oscuras.

Yadira cerró los ojos.

Cuando tuvo sueño, pensó de repente que Delfino podría perder el sueño esta noche. Así que se obligó a mantenerse sobria:

—No puedo dormir. Vamos a hablar.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera