Matrimonio de primera romance Capítulo 1226

Si Mariano fuera Delfino, probablemente no le habría dejado vivir.

Delfino no era tan amable, pero cedía por Yadira.

Delfino lanzó una mirada a Mariano y fijó la vista en un extremo de su cama.

Había una colcha al final de la cama, pero parecía faltar algo. No había nada debajo del edredón.

Mariano dijo con indiferencia: —Ya habían sido cortadas.

Delfino le lanzó una mirada gélida. —Si quieres morir, vete a lugar lejano.

Era imposible que Delfino fuera amable con él.

Después de que Mariano se lo dejara todo, dejó de ser susceptible cuando se enfrentaba a Delfino. Sin celos ni resentimiento, se tranquilizó aún más.

Una sonrisa tocó su boca mientras respondía: —Qué pena que Yadira sea tan amable. Insistió en salvarme—. Sonaba algo molesto, pero lo que decía era la verdad.

Yadira era amable. No se molestaba por lo sucedido. Hacía lo que creía que era correcto.

Delfino se burló: —Como has perdido las piernas, será mejor que pases más tiempo en casa en el futuro. No salgas si no tienes otra cosa que hacer para que no te corten las manos también.

La expresión de Mariano se volvió más fría mientras miraba fijamente a Delfino con seriedad.

Momentos después, sugirió solemnemente a Delfino: —Yo en tu lugar, me habría matado sin avisárselo a Yadira para ahorrarme cualquier problema futuro.

—No me interesa torturar a los discapacitados—. Delfino lo miró hacia abajo con desdén en sus ojos.

Mariano mantuvo la calma, pero se sintió incómodo al ver la mirada despectiva de Delfino. Su rostro se ensombreció.

—Has salvado la vida de Yadira. Y ella y yo le devolveremos el favor juntos. Me encargaré de que el hombre que la salvó sepa de nosotros cuando Yadira y yo tengamos de nuevo nuestra ceremonia de boda.

Delfino levantó ligeramente la barbilla y miró a Mariano, con una voz gélida.

Mariano ya no podía sonreír.

Eligió a Franco entre tantos adoptantes, porque Franco parecía ser el más rico.

Los niños eran sensibles. Intuitivamente, a Mariano no le gustaba Franco. Pero tenía la sensación de que Franco debía ser el más adecuado.

Resultó que desde entonces supo sopesar los pros y los contras.

Mariano había sido ambicioso desde que era un niño.

De él mismo dependía lo que iba a ser en el futuro.

Por supuesto, entendía una cosa tan simple. Sólo que no quería admitirlo.

En consecuencia, buscó razones en otras personas y se obstinó en creer que Delfino llevaba una vida más magnánima que él porque había conocido a Yadira.

Quizás la persona que había arruinado su vida no era Franco.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera