—¿Qué pasa? —Yadira pensó que la reacción de Noela era bastante extraña.
Noela echó una rápida mirada a Delfino y preguntó misteriosamente: —¿Sabes lo que puso tu marido en el sobre?
—¿Qué? —Yadira también sentía curiosidad.
Ella realmente no sabía lo que Delfino puso en el sobre rojo.
Como Noela preguntó de tal manera, definitivamente no era algo como dinero.
—¿No lo sabías? —Noela sonrió y dijo lentamente: —Una villa.
Cuando terminó de hablar, quiso ver la cara de sorpresa de Yadira.
La sorpresa pasó por los ojos de Yadira, pero pronto se encogió de hombros y dijo: —Lo sabía. Es un hombre generoso.
Noela preguntó cuidadosamente: —¿No es demasiado generoso?
—Porque eres uno de nosotros. Eres mi amigo y también el suyo—. Yadira le dio una palmadita en el hombro para tranquilizarla.
Noela hizo una pausa y se rio después de reflexionar un momento.
Cuando conoció a Delfino por primera vez, tuvo la sensación de que ese hombre era aún más difícil de llevarse que Apolo. Su instinto le decía que se alejara de él.
Sin embargo, a lo largo de los años, había sido testigo de lo que ocurría entre Yadira y Delfino. Ella sabía qué tipo de persona era.
Parecía indiferente, pero en realidad era un hombre amable, aunque sólo lo era con Yadira. Y su amor hacia sus amigos se entregaba de una manera más directa.
El Grupo Auge valía 10.000 millones de dólares y se lo dio a Apolo sin dudarlo.
Se dijo que le había dado a Xulio acciones del Grupo Dominguez.
Sabía que Delfino sería lo suficientemente generoso como para regalarle una casa no sólo para agradecerle su ayuda en la boda, sino para agradecerle que cuidara de Yadira a lo largo de los años.
***
Al final de la comida, los hombres empezaron a hablar de negocios.
Noela se sentía aburrida, así que fue al baño a respirar un poco de aire fresco.
Al volver, vio que Delfino estaba hablando por teléfono en la zona de descanso del pasillo.
—¿Cómo era entonces?
—¿Quieres escuchar la verdadera historia?
—Sí.
Noela recordó: —Antes de conocerla, se decía que era chiflada, fea y estúpida...
Al ver que la expresión de Delfino se volvía más fría, Noela se apresuró a cambiar de tema: —¡Pero ella era realmente valiente e inteligente en aquel entonces!
Delfino se sintió satisfecho al escuchar lo que ella dijo: —Bien.
—Entro primero—. Era demasiado peligroso charlar con este hombre.
Delfino asintió y Noela se dio la vuelta y se fue.
Después de que Noela se alejara, Delfino dio dos pasos hacia delante, mirando a Apolo, que estaba tumbado perezosamente en el sofá, y preguntó: —¿Has oído lo que ha dicho?
—Sí—. Apolo también sonaba perezoso.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera
Quiero seguir leyendo...