Al oír esto, Kadarina se animó de repente:
—Creo en ti, Noela.
Noela no dijo más.
Al cabo de un rato, ordenaron y salieron.
Tras subir al coche, Noela se sentó en el asiento trasero mientras Kadarina conducía el coche. Noela miró al frente y fingió preguntar sin querer:
—Kadarina, ¿me conocías de antes?
—Sí, lo sabía... —Kadarina pareció darse cuenta de repente de que Noela le estaba preguntando. Hizo una pausa antes de continuar:
—Lo sabía. Eres un gran éxito. Siendo tu agente, seguro que ganaré mucho dinero.
—Puedo ser un éxito, pero también puedo ser una ex-novia, ¿verdad? —Noela se apoyó tranquilamente en el respaldo del asiento.
Kadarina arrancó el coche y dijo:
—¡No digas eso! Siempre serás popular.
—Tienes más confianza en mí que yo mismo.
Kadarina se rió:
—Claro.
La razón por la que se dirigían hoy a Grupo Auge era principalmente porque Noela había cambiado de agente, así que tenían que hacer un nuevo plan. Esto requería una reunión para discutir en detalle.
—Noela, voy a aparcar el coche. Ahora mismo voy —Kadarina se volvió para mirar a Noela.
Noela asintió:
—OK.
Después de bajar del coche, Noela caminó lentamente hacia el interior mientras esperaba que Kadarina se acercara.
Su antiguo chófer y su asistente fueron contratados por Dania. Cuando Dania renunció, se fueron con ella. Fue difícil encontrar un conductor adecuado por el momento, así que Kadarina condujo para Noela temporalmente.
—¿Noela? Lo siento, mi conductor se ha precipitado. No te ha asustado, ¿verdad?
—Será mejor que despida a una conductora tan imprudente, señorita Susana. Hoy casi me atropella. Quizá mañana conduzca directamente por el paso elevado. Es un asunto trivial si muere, pero será su culpa por meter a los transeúntes en problemas.
Noela no mostró ningún enfado en su rostro. Dijo con calma como si estuviera recordando a Susana con buenas intenciones
Susana pidió al conductor que condujera directamente hacia Noela a propósito. Quería bajarle los humos a Noela, pero ésta se quedó quieta en medio de la carretera como una lunática.
No sólo eso, Noela también se burló de ella.
Las cosas habían cambiado. Ahora era la novia de Apolo de nombre, pero Noela seguía mirándola con desprecio.
¿En qué se basó Noela para despreciarla?
Susana echó un vistazo y vio que se acercaban unos cuantos famosos de la misma empresa. A Susana se le ocurrió un plan.
Se mordió los labios y dijo con expresión dolida:
—Señorita Noela, ayer le ayudé a rodar el anuncio porque tenía fiebre y estaba en el hospital. Sé que estás cabreada, pero no puedes maldecirme así. Eres mi ídolo...
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