En cuanto se quitó la chaqueta, Noela tembló de frío. Se le puso la piel de gallina en los brazos.
Kadarina sintió tanta pena por ella que se apresuró a entregarle el café:
—Bebe más para calentarte antes de salir al escenario.
Noela sólo pudo tomar otro sorbo. Cuando iba a salir al escenario, no olvidó decirle a Kadarina:
—Quédate quieta y no digas tonterías.
—Lo sé... —Kadarina estaba un poco avergonzada.
Ella era su agente, así que debería ser la que cuidara de Noela, pero ¿por qué parecía que Noela la estaba cuidando a ella?
—Saber no es suficiente. Haz lo que debes hacer —Noela la miró y se volvió hacia el escenario.
Era una pequeña agente con una fuerte personalidad y coraje, e incluso se atrevió a disentir de Apolo en persona.
En cuanto Noela subió al escenario, sonaron gritos desde abajo.
Noela siempre había mantenido una buena figura. Aunque sólo llevara un vestido de tirantes con una temperatura cercana a cero, su comportamiento era perfecto. En el momento en que subió al escenario, llamó la atención de todos.
Kadarina gritó entre sus fans y sacó su teléfono para hacer fotos a Noela.
Nunca podría tomar suficientes fotos de un rostro tan hermoso.
Noela llevaba sólo tres minutos de pie en el escenario y casi estaba perdiendo el conocimiento a causa del frío. Sin embargo, su expresión y su voz seguían siendo naturales y tranquilas.
A mitad del evento, hubo una sesión interactiva y un tiempo de descanso.
Kadarina se apresuró a los bastidores y preparó café caliente y calentadores de manos para Noela.
Noela tomó un sorbo de café y dejó escapar un largo suspiro de alivio. Sólo entonces sintió que había vuelto a la vida.
Kadarina puso el plumón sobre los hombros de Noela y murmuró:
—¿Lo hicieron a propósito? No mencionaron que es al aire libre. Si lo hubiera sabido, no te habría traído aquí.
—Deja de quejarte —Noela resopló y dijo en voz baja.
Aunque estuviera maquillada, era fácil ver que su nariz y sus mejillas estaban enrojecidas.
No es que no pudiera llamar a Apolo por su nombre de pila, pero normalmente los empleados no llaman a su jefe por su nombre de pila en este país.
El jefe era un elemento natural de disuasión para los empleados.
—Bueno... Yo... —Kadarina tartamudeó—. Sólo un lapsus. Vaya, no puedo creer que el señor Apolo esté aquí. Qué coincidencia. La gabardina que lleva el señor Apolo es muy bonita. ¿Quieres acercarte a saludar?
Kadarina cambió de tema y Noela se limitó a mirarla profundamente a los ojos.
—Noela, ¿hay algo en mi cara? —Un toque de culpabilidad apareció en la cara de Kadarina mientras miraba a Noela con preocupación
Noela curvó ligeramente los labios y esbozó una leve sonrisa:
—Nada. Acabo de darme cuenta de que tu apellido también es Tapia. Qué coincidencia.
Cuando Noela terminó de hablar, esperó la reacción de Kadarina.
Al oír lo que decía, Kadarina sonrió:
—Hay bastantes personas apellidadas Tapia en nuestra empresa.
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