Antes de reconoció el dueño de la voz, Yadira Jiménez se sorprendió por un rato, era "Fidelio".
- ¿Por qué no te has ido? -
Pero la respuesta era solo el sonido ocupado del teléfono colgado.
Ella se fijó el teléfono colgado y después se acuclilló sosteniéndola la cabeza ansiosa.
¿Por qué venían todos a avergonzarme?
Salía Costa con Hérnico Jiménez la dio a luz, pero nunca la dieron el amor.
Se vio obligada a casarse en la familia Domínguez, y Delfino Domínguez la odiaba tanto que no quería verla hasta ahora.
Ella no quería causar problemas, pero "Fidelio" siemore la hostigaba.
Sin embargo, si no lo contactaba y lo descuidaba, cómo ella se podría hacer si él susurró a Delfino que era ella que lo seducía.
Pensó en esta posibilidad, Yadira respiró profundamente de nuevo y se puso de pie.
Aunque había amenazado a Salía Costa y Perla Jiménez de esta menara, si "Fidelio" se mentirase a otros, la familia Domínguez no concedía qué era la realidad de esto cosa, era seguro que la sacrificaría para completar la reputación de Domínguez.
...
Yadira no fue a embalar los platos que necesitaba "Fidelio", sino que regresar a casa después de comprar ingredientes en mercado.
Abrió la puerta y entró, y vio al hombre fuerte, "Fidelio" acurrucado en su pequeño sofá.
El guapo se ladeó la cabeza en el respaldo del sofá, con sus largas piernas cruzadas, tratando de mantener una postura libre y cómoda. Si no fue el rostro pálido, desde su vista tranquila, no podría descubrir que había padecido una herida bala.
Aun así, todavía no le quedaba bien con su pequeña habitación estrecha.
A pesar de todo, era un señorito que crecía alrededor de amor en una familia rica de clase alta, su carácter poco molesto tampoco cubrió su temperamento elegante y noble.
Dejó al lado las compras que tenía en la mano y se inclinó para cambiarse de zapatos.
El aliento frío se acercó de repente.
Ella levantó la cabeza bruscamente y vio al hombre que había estado apoyado en el sofá antes, no sabía desde cuándo se había acercado a ella y estaba mirando los ingredientes que ella traía.
Delfino Domínguez los vio, arqueó las cejas y la miró - ¿Esta es la comida que te he pedido comprar? -
Yadira ya se cambió de zapatos, se dio la vuelta para tomar las verduras y dijo en tono ligero -Los platos del restaurante son muy caras, no tengo tanto dinero-.
Delfino Domínguez dejó sus palillos con una expresión sombría, se levantó y salió afuera.
Sus pasos eran bastante estables, tal como no fuese débil.
Yadira se detuvo de recoger el arroz un poco, pero aún no lo siguió.
Afuera.
Delfino Domínguez trató de tomar un cigarrillo en su bolsillo con irritación, y tardó un rato en recordar que no llevó cigarrillo.
El sabor familiar le recordó a su madre.
Aunque la madre dulce y elegante nació de clase noble, era amable y virtuosa, y le gustaba cocinar.
Pero al final...
Pensó en el sótano húmedo y sucio, apretó el puño y lo golpeó con fuerza contra la pared con un fuerte golpe.
Incluso Yadira, que estaba sentada en la casa cenando, escuchó la voz.
Yadira vaciló un rato, todavía no podía dejarlo al lado, dejó las palillas y abrió la puerta y salió - ¿Qué pasó? -
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