Matrimonio de primera romance Capítulo 1313

Apolo preguntó incrédulo:

—Noela, ¿tienes mucho libre? ¿Estás loca?

—¡Estás loco! —Noela le puso los ojos en blanco con enfado y empujó el carrito de la compra hacia la caja.

—Ha sido culpa mía. Volveré hoy y organizaré algunas actividades y recursos para ti. Te daré más recursos, mejor que antes, ¿de acuerdo?

Apolo miró a Noela con una expresión compleja, como si le preocupara que estuviera loca.

Noela frunció los labios, sintiéndose a la vez enfadada y divertida.

—¿Cómo ha conseguido Grupo Auge llegar a donde está hoy? Compro verduras para cocinar una comida. ¿Crees que me la llevé para un programa?

—¿Cocinero? —Apolo se sorprendió aún más y alargó una mano para tocarle la frente.

Tocó la frente de Noela, murmurando para sí mismo:

—No tienes fiebre.

Noela se burló:

—Estoy bien.

—Quieres ir a casa y cocinar. ¿Cómo puedes estar bien?

Nadie sabía más de ella como cocinero que Apolo. Ella quemaba la cocina cuando cocinaba.

—A medida que me hago mayor, tengo que aprender cosas nuevas —Noela empujó el carro hacia delante y dijo:

—No lo entiendes.

—¿Por qué no lo entiendo? Soy mayor que tú. Yo también necesito aprender —Cuando Apolo terminó de hablar seriamente, se dio la vuelta y se fue.

Noela miró hacia atrás y descubrió que Apolo se dirigía en dirección al carrito de la compra.

Diez minutos más tarde, Apolo empujaba el carro de la compra con las mismas verduras que había elegido Noela. Incluso levantó la voz y llamó a Noela, que caminaba delante de él:

—Noela, ve más despacio. Espérame. Vamos en la misma dirección. Te llevaré a casa.

Noela se dio la vuelta y miró las cosas de su carrito. Frunció los labios y se alejó.

Ella y Apolo no vivían en la misma dirección. La casa de Apolo y la de ella estaban en dos direcciones opuestas.

Apolo pensó seriamente:

—No lo recuerdo. La decoración interior acababa de terminar. Tengo a Tomás en ello.

¡Compró un apartamento en su barrio!

—¿Estás viviendo allí? ¿Te has acostumbrado?

—Está bien. Aunque es un poco pequeño, está bastante cerca de Grupo Auge.

Parecía que podía aceptar vivir en el mismo barrio que ella.

Estaba en su derecho de comprar un apartamento.

Y en el supermercado, Apolo aclaró que había dejado de lado su obsesión por Noela. Podían ser amigos, y sólo amigos, aunque vivieran en el mismo barrio. No era asunto de Noela.

—Bueno, que tengan una estancia agradable —Noela dijo.

Noela aceleró el paso y se adelantó con la tienda de comestibles en ambas manos.

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