Yadira resopló:
—He vuelto para coger algo. Dormiré en la habitación de Noela esta noche.
La sonrisa en la cara de Delfino se congeló. —No, no puedes.
Yadira lo ignoró y fue a buscar sus artículos de aseo.
—¡Yadira, eres mi esposa!— Delfino bloqueó su camino con descontento.
—Pero no soy sólo tu esposa. Tengo muchas otras identidades, como madre y amiga —Yadira le tocó la cara y le dijo:
—Pórtate bien.
—No puedo dormir solo —La expresión de Delfino no cambió, pero su tono se suavizó un poco. Era como un niño mimado.
—Sólo trabaja si no puedes dormir. ¿No traes mucho trabajo aquí? —Yadira besó la comisura de su boca y dijo:
—Buenas noches.
Delfino observó a Yadira marcharse con el rostro frío.
Consideró que fue una decisión acertada no dejar que Yadira viniera al principio.
Al día siguiente.
Yadira escuchó aturdida el sonido del agua en el baño.
Su corazón dio un vuelco al ver que Noela no estaba en la cama. Se despertó, se levantó rápidamente de la cama y se dirigió a la puerta del baño.
—¿Noela? —Yadira se paró en la puerta y escuchó el ruido del interior.
Al momento siguiente, la puerta del baño se abrió.
—¿Te he despertado? —Noela llevaba un albornoz con una máscara en la cara. Aunque Yadira no podía ver su cara con claridad, su voz sonaba muy enérgica.
Yadira miró a Noela y negó con la cabeza.
—No.
—¿Por qué me miras así? —Noela se apretó la máscara en la cara y dijo:
—Ya que te has levantado, date prisa en vestirte. Iremos juntos al plató.
Mientras Noela hablaba, se acercó a la ventana y empezó a estirar los brazos.
Delfino no la rechazó y respondió con voz fría:
—De acuerdo.
A continuación, el trío se dirigió al plató juntos.
Cuando el director vio a Yadira y a Noela, sonrió de oreja a oreja.
—Srta. Yadira, me alegro de verla aquí.
Kadarina le dijo al director que Noela quería tomarse una licencia. El director pensó que el rodaje se retrasaría, pero anoche, Kadarina dijo que Noela vendría a rodar como siempre.
El rodaje no se retrasó. Además, Yadira, que dijo que quería tener una reunión en línea, también vino. ¡Esto fue genial!
Sin embargo, al ver a Delfino detrás de ellos, el director dejó de sonreír.
—¿Sr. Dominguez?
«Ciudad Abandonada» fue escrita por Yadira. Delfino ni siquiera leyó la propuesta e invirtió directamente una gran suma de dinero, y se convirtió en el mayor inversor de «Ciudad Abandonada».
Junto con la reputación de Delfino, el director se asustó.
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