Tras despedir a los fans de los coches, Noela bostezó sin preocuparse por su imagen:
—¡Tengo mucho sueño!
Al darse la vuelta, vio la expresión de duda de Kadarina.
—Sólo dilo —dijo Noela mientras salía.
—Noela, no necesitas confiar en tu influencia, pero tener influencia no es algo malo, y que los fans te elijan tampoco es algo malo.
—Sé que, como has dicho, no me baso en la influencia, y sé que los fans son importantes para mí. Hay muchos famosos en la industria del entretenimiento que han metido la pata por culpa de sus fans. Ya que es difícil encontrar una manera perfecta de llevarse bien con los fans, ¿por qué no exponer mi posición y mi actitud desde el principio? Puede que pierda a algunos fans, pero no tengo reparos.
Noela había pasado por demasiadas cosas desde su debut.
La forma en que los famosos se relacionan con sus fans viene determinada por su personalidad.
Si no querían meter la pata, debían ser sinceros.
Kadarina se sintió conmovida por las palabras de Noela y respondió:
—Así es. Es más importante mostrar tu verdadero yo que conseguir el favor de los fans.
—Pero sigo queriendo a mis fans. Hay muchos de ellos que se han preocupado por mí desde mi debut, y lo siguen haciendo «Esto fue algo muy cálido para Noela».
Mucha gente la había dejado en su vida, pero todavía había algunas personas a su lado sin importar lo que había cambiado.
Los que se quedaron nunca pudieron ser reemplazados.
Mientras hablaba, la expresión de Noela cambió de repente. Al ver esto, Kadarina susurró:
—¿Qué pasa?
—Parece que hay una cámara grabando— Noela observó los alrededores, pero no encontró la cámara.
A Noela no le gustaba la sensación de ser fotografiada en secreto. Kadarina miró a su alrededor y dijo:
—Vamos más rápido.
Los dos llegaron pronto a la entrada del aparcamiento. El coche del equipo de «Mi vida en un día» aparcó cerca de la entrada y llamó la atención.
—Noela.
La tripulación saludó a Noela desde lejos.
—Gracias por recogernos —Noela se quitó la máscara y asintió ligeramente.
Había cámaras en el coche. Noela decidió dar más material al equipo. Guiñó un ojo al director y su tono fue suave:
—Dame una pista.
El director era un fan de Noela. Se tapó la boca y sonrió. Su postura no era nada firme.
—Los conoces.
Noela aprovechó para preguntar:
—¿Los conozco bien?
El director asintió.
Había hablado demasiado, y el cámara no pudo evitar recordarle:
—Salomé, tú eres la directora.
La directora llamada Salomé sonrió avergonzada y agitó la mano:
—No puedo hablar de ello.
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