Delfino era una figura legendaria.
La gente común ni siquiera se atrevería a pensar en charlar con Delfino.
Como jefe del Grupo Auge, Apolo era activo en Twitter y asistía a varias actividades. Mucha gente podía verle desde lejos, por lo que no parecía distante.
Pero cuando Delfino se quedaba parado, la gente sentía que era inaccesible y no se atrevía a acercarse a él.
A diferencia de Delfino, que estaba lleno de aura dominante, Yadira parecía amable, hermosa y accesible.
—Hola, Sra. Yadira. Mi nombre es Ema Moreno —Ema era una persona inteligente. Todo el mundo llamaba a Yadira «la Sra. Yadira», así que ella siguió su ejemplo.
Yadira miró amablemente a Ema:
—He visto tu espectáculo. Las cámaras no te hacen justicia.
—¡Es un honor! —Ema tomó la mano de Yadira y se inclinó:
—He visto «Ciudad Abandonada». Me gusta mucho. No he aceptado la muerte de Abano...
Susana miró a su alrededor y comprobó que todos estaban charlando y riendo. Noela se quedó a un lado, observando cómo Yadira hablaba con Ema. Se quedó sola, así que Susana se acercó a Noela.
—La popularidad de tu buen amigo es mucho mayor que la tuya.
—Sí, es hermosa y talentosa. A todo el mundo le gusta.
Noela estaba de buen humor. Aunque se daba cuenta de que Susana intentaba ponerla en contra de Yadira, no se metió con Susana.
Susana subestimó la amistad entre ella y Yadira.
Ella y Yadira se conocían desde hacía más de diez años. Se alegraba de que Yadira fuera feliz. ¿Cómo podía estar celosa de Yadira?
El tono de Susana llevaba celos. —Sólo tiene buena suerte.
Noela se burló:
—No todo el mundo tiene suerte.
...
Cuando todos terminaron de presentarse, se sentaron.
Yadira estaba sentada frente a Noela. Intercambiaron miradas de lejos y apartaron tácitamente sus miradas.
Sonó la voz de Ema:
—Apolo, quiero comer pastel.
—Apolo, quiero comer frutas.
—Apolo, quiero salir a dar un paseo.
Apolo hizo de novio cariñoso. No importaba lo que Susana pidiera, él accedía con una expresión amable.
Tras el final del vídeo, la sala quedó en completo silencio.
Ema rompió entonces el silencio:
—Estoy muy celosa. Qué dulce es el señor Apolo.
Alonzo cogió un vaso de agua y se lo dio a Ema:
—Querida, toma un poco de agua.
Ema fingió estar enfadada y resopló. Ignoró a Alonzo y sonrió a Noela.
—Noela, después de ver el vídeo del señor Apolo y Susana, ¿les tienes envidia? ¿Quieres encontrar un novio?
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