Aunque la escena de Yadira y Delfino parecía muy superficial y hablaban poco en ella, desprendía una sensación excepcionalmente cálida.
Entre las tres parejas, sólo la relación de Yadira y Delfino parecía real.
Los rostros de ambos eran excepcionales. Yadira había experimentado muchas cosas a lo largo de los años. Lo que el tiempo y las tribulaciones habían dejado tras de sí no eran las vicisitudes, sino un aura suave pero indispensable y contagiosa.
No era brillante, pero la gente no podía evitar sentirse atraída por ella.
Delfino se crió en la familia Dominguez desde muy joven. Antes de que su madre falleciera, había sido educado muy bien. Aunque la familia Dominguez no era tan limpia, era una familia rica después de todo. La gente común nunca sería capaz de aprender esa aura de nobleza, pase lo que pase.
Aunque contenía su agudeza, no parecía ser una persona de buen humor. Estaba lleno de una sensación de distancia, pero cuando se sentaba junto a Yadira y sonreía suavemente, parecían tan compatibles.
No había movimientos íntimos ni palabras dulces, pero cualquiera que los viera sentía que eran una pareja amorosa.
Después de ver la escena de Yadira y Delfino, el estudio se quedó de repente en silencio.
Noela los había visto pasar todos estos años, pero al ver sus vidas desde el vídeo, no pudo evitar suspirar de emoción.
No fue fácil.
Noela levantó la cabeza y miró a Yadira. Yadira parpadeó y dijo la palabra «comer» con el lenguaje de los labios.
Noela comprendió que Yadira le pedía que comieran juntas después del programa, así que asintió.
En ese momento, Ema dijo de repente:
—Hace mucho calor.
Después, los demás reaccionaron de repente y empezaron a aplaudir.
Ema añadió:
—Es una pena que el vídeo sea demasiado corto. No he visto lo suficiente.
Sin embargo, cuando Ema terminó de hablar, nadie respondió inmediatamente.
Aunque Alvaro y Pablo eran populares, ambos eran nuevos en la industria del entretenimiento. Los demás en el escenario eran todos más famosos que ellos. Se miraron y no se atrevieron a hablar.
No era fácil para Ema animar el ambiente y parecía bastante agradable. Noela no quería avergonzarla, así que sonrió y dijo:
—Estoy de acuerdo. Tengo un anuncio por la noche.
Ema no esperaba que Noela tomara la iniciativa de responder. Un hilo de gratitud pasó por sus ojos:
—¿Qué quieres comer?
Susana no tenía intención de prestar atención a Ema. Al oír las palabras de Noela, resopló con desdén y se volvió hacia Apolo para decirle:
—Apolo, vamos.
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