Kadarina luchó, pero al mismo tiempo, también se sintió avergonzada.
¿Por qué Juan mencionó a su prometida? ¿Por qué le dejó ella?
Juan se lo había contado a Kadarina.
¡El jefe de Universal, un joven genio con un futuro brillante, fue abandonado por su prometida!
¡Ella sabía un asunto tan vergonzoso y privado de él!
El aval no se cancelaría, ¿verdad?
Kadarina ya había evaluado a Universal. Si Noela podía hacerlo, sería bueno tanto para su carrera como para el negocio de Universal. Además, era la primera vez que Universal contrataba a una embajadora.
Al pensar en el aval que podría cancelarse, Kadarina se sintió un poco preocupada.
En sólo unas decenas de segundos, Kadarina pensó mucho, y su expresión también cambió. Primero se sorprendió, luego se mostró incrédula, arrepentida y angustiada...
Era divertido observar sus expresiones faciales.
Juan quería reírse, pero temía que Kadarina se asustara aún más.
Juan se cubrió los labios y tosió ligeramente para disimular su risa. Dijo con expresión seria:
—Está bien. La esperaré.
Kadarina dijo:
—¿Qué?
¿Cómo pudo un jefe tan guapo sufrir un amor tan trágico?
—La quiero sin importar lo que haya hecho —Juan llevaba una sonrisa amable en su rostro, pero cuando dijo esto, su tono era diferente al habitual. Había una gentileza indescriptible en su tono.
Sin embargo, cuando dijo esto, miró a Kadarina con sinceridad.
Kadarina se hizo la ilusión de que lo que decía era para ella. Su corazón casi pierde el ritmo, y lo retomó.
Kadarina apartó la mirada y luego dijo:
—Es usted un buen hombre. Ella se lo pierde...
Noela cogió su teléfono, hizo una foto de la cena y se la envió a Apolo.
El banquete bullía de emoción. La comida era deliciosa y el vino sabroso. Era totalmente diferente a la miserable situación de Apolo.
Después de enviar la foto, Noela pensó en la mirada de enfado de Apolo y no pudo evitar reírse.
Rápidamente, Apolo envió otro mensaje. Era un emoji de un gato afligido. Debajo del emoji, pudo ver la línea de «Estoy bien».
Noela no le contestó porque Alvaro se había acercado.
—Noela, aquí estás. Pensé que te habías ido —Alvaro sonrió y se sentó a su lado.
Noela sonrió y dijo:
—No sé si todavía estás aquí. Tengo que ir a buscar a mi agente, si me disculpas.
¿Cómo no podía saber que Alvaro le hablaba a propósito?
Cuando se emitía el programa de televisión «Mi vida en un día», mucha gente cotilleaba sobre ella y Alvaro, y éste se acercaba a ella a propósito. No fue bueno.
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