Matrimonio de primera romance Capítulo 1480

Apolo colocó la copa de vino con fuerza sobre la mesa y su rostro cambió.

Sin embargo, la multitud que le rodeaba estaba ocupada riendo. Incluyendo a Noela, nadie se fijó en la expresión de Apolo.

Noela miraba a Pascual con asombro. No se fijó en absoluto en la expresión de Apolo.

—¡Sr. Pascual, lo estoy apoyando!

—Si quieres perseguir a la Srta. Noela, tienes que obtener primero el consentimiento del Sr. Apolo.

En medio de las ruidosas voces, Noela les oyó mencionar el nombre de Apolo. Se volvió para mirar a Apolo.

Apolo también se volvió para mirar a Noela. Se quedó sin expresión.

—¿Por qué me miras a mí? No tengo ni idea de que Pascual haga esto —Noela también estaba confundida.

Pascual era un amigo de la infancia de Apolo y de ella. Eran mejores amigos desde que eran jóvenes.

No esperaba que Pascual anunciara de repente en público que quería perseguirla.

Hoy ha venido a la fiesta porque quería reunirse con sus amigos.

Justo en ese momento, un gomero le dijo a Noela:

—Señorita Noela, ¿qué piensa de las palabras del señor Pascual?

Noela declaró inequívocamente:

—No me gusta Pascual.

Pascual se acercó. Al ser rechazado, no estaba enfadado.

Cuando se acercó a Noela, le dijo con una sonrisa:

—No me rechaces con prisas. Dame una oportunidad —dijo Pascual mientras se acercaba a Noela.

Apolo le dio una fuerte patada y le dijo:

—¡Vete! ¿No has oído a Noela decir que no le gustas?

Pascual no estaba enfadado. Puso la mano en el hombro de Apolo y señaló a Sofía, que estaba sentada no muy lejos:

—El afecto puede desarrollarse gradualmente en la vida cotidiana. De todos modos, estás soltero. Puedes perseguir a Sofía.

Sonrió y miró a Apolo, diciendo:

—Apolo, puedes perseguirme. Todavía estoy soltera.

El comentario fue hecho medio en broma. El tono de Sofía era relajado.

Pero Noela sabía que Sofía amaba a Apolo, así que no era feliz.

Noela levantó las cejas y miró a Sofía:

—Sofía, ¿por qué no dejas que Pascual te persiga? ¿No crees que Pascual te merece?

Noela estaba sonriendo. Su tono no era suave. Todos sintieron la provocación en su tono.

Sin embargo, Noela siempre había sido directa. Además, todo el mundo sabía que Noela y Sofía no se gustaban.

Sofía dijo con calma:

—Pero a Pascual le gustas. Como amiga, sólo puedo daros a ti y a Pascual mis mejores deseos.

Sofía se hizo ver como una persona magnánima.

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