Matrimonio de primera romance Capítulo 1542

Noela cortó la cuerda con mucho cuidado. Susana no se dio cuenta.

Susana miró a Aquino, que dormía en el suelo, y luego miró a Noela. La sangre rezumaba bajo el cuerpo de Noela. Puede que se haya sentado sobre los escombros.

Sin embargo, a Susana no le importaba la herida de Noela.

Se agachó frente a Noela y su mirada se posó en el cuello de ésta.

Era verano. Noela llevaba una camisa de seda y una falda hasta los tobillos.

Noela notó la mirada de Susana. Se puso rígida y se encogió, cortando la cuerda más rápido.

Susana desabrochó la camisa de Noela.

Aun así, Noela seguía tranquila. Miró con frialdad a Susana que se desabrochaba la ropa y siguió cortando la cuerda.

Los fragmentos del jarrón eran demasiado afilados, y las manos de Noela se habían cortado en diferentes profundidades, pero ya no podía sentir el dolor.

Después de que Susana desabrochara la camisa de Noela, arrastró a Aquino.

Aquino estaba muy borracho. Susana tiró a Aquino encima de Noela y le hizo fotos. Cambió el ángulo y curvó los labios, sonriendo extrañamente.

Noela olió el vino y sintió asco. Sólo pudo darse la vuelta para evitar a Aquino, porque apartar a Aquino de una patada era difícil.

A Susana ya no le importaba lo que hacía Noela. De todos modos, todo el mundo creería que Noela y Aquino se habían enrollado cuando vieran las fotos.

Estas fotos eran una prueba sólida.

Mientras estas fotos se difundan, ella perderá su reputación. Nadie creería en su inocencia.

Noela había sido muy estimada, y ahora estaba en el punto de mira. La sensación de caer de las nubes era suficiente para que una persona se derrumbara.

Susana no pudo apartar a Aquino y se limitó a darle una bofetada:

—¿No has querido siempre a Noela? Ella está justo ahí. ¡Vete!

Aquino se puso sobrio. Se tambaleó y vio a Noela con la ropa desaliñada.

Noela era una belleza natural. Había nacido hermosa y a su edad actual, su temperamento era aún más sobresaliente. Aunque estuviera hecha un lío, seguía siendo extremadamente bella y atractiva.

Los ojos de Aquino se iluminaron inmediatamente al mirar a Noela.

—Susana, te subestimé. No esperaba que pudieras traer a esta mujer por mí. Te lo pagaré más tarde.

Susana no dijo nada. Justo ahora, cuando Aquino se abalanzó sobre ella, se le cayó el teléfono. Lo cogió y encendió el modo cámara.

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