Matrimonio de primera romance Capítulo 1547

Noela estaba mejorando. Fue dada de alta del hospital después de dos días.

Kadarina también fue a recogerla ese día.

Sin embargo, Kadarina estaba acompañada por Juan.

Los ojos de Noela recorrieron a Kadarina, sonriendo:

—Hola, Sr. Juan.

—Me he enterado de que estás herido y hospitalizado. Como amigo, quiero venir a verte —dijo Juan. También compró flores y se las entregó a Noela.

Antes de que Noela extendiera la mano, Apolo le quitó las flores a Juan.

Noela retiró la mano con decepción y miró a Apolo con insatisfacción. Apolo fingió no ver su mirada y sonrió a Juan con displicencia.

—Gracias, Sr. Juan, por las flores.

Noela miró a Apolo con desprecio:

—Son para mí.

—Es lo mismo —Apolo la abrazó por los hombros y le dijo con una sonrisa.

Noela levantó las cejas:

—¿Dónde?

—En todas partes —Apolo metió las flores en la mano de Kadarina y dijo:

—Tómalo.

Kadarina tomó la flor confundida. '¿Por qué estaban las flores en mis manos? Son para Noela.

Noela se quitó de encima a Apolo y avanzó para agarrar el brazo de Kadarina. Luego susurró al oído de Kadarina:

—¿Qué pasó entre tú y el señor Juan?

—Nada. Se enteró de que venía a buscarte al hospital y me siguió para verte. No puedo negarme... —Kadarina tartamudeó. Obviamente, se sentía culpable.

Noela sonri:

—Bueno, ¿es así?

Se notaba que algo pasó entre ellos durante esos dos días en que ella estuvo en el hospital.

—Noela, deja de hacerme bromas... —Kadarina sintió que Noela la estaba divirtiendo.

Noela extendió sus manos inocentemente, —No estoy bromeando...

—Los hombres son tan odiosos.

Si no fuera porque Kadarina estaba interesada en él, lo habría destrozado.

Juan era un hombre de negocios demasiado astuto y excelente.

—¿Amaría de verdad a alguien un hombre que estuviera maquinando?

Sin embargo, el primo de Apolo era realmente un poco estúpido.

Las palabras de Juan estaban llenas de agujeros, pero Kadarina no dudó de él.

—Oye Kadarina —Noela persiguió a Kadarina, que iba delante—, buena chica, espérame.

Kadarina dijo con impotencia:

—Noela...

Al ver a Noela correr tan rápido, el corazón de Apolo se le subió a la garganta:

—¡Noela, más despacio!

Noela ignoró totalmente a Apolo. Su pequeña herida estaba casi curada y creía que no era gran cosa correr.

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