Matrimonio de primera romance Capítulo 1578

Las cejas de Juan se juntaron cuando llegó. Obviamente, le importaban mucho las manchas de sopa en su ropa.

Kadarina había pasado bastante tiempo con Juan, y le parecía que tenía un pequeño problema con los gérmenes. No era tan grave, pero lo notaba por su comportamiento habitual.

—Vamos a comer primero —Juan la miró mientras relajaba un poco la frente.

Kadarina cogió sus palillos y dijo:

—Vale.

Dio dos mordiscos y echó una mirada a Juan.

Juan estaba concentrado. A diferencia de la mayoría de la gente, nunca miraba su teléfono mientras comía. Pero Kadarina solía hacer lo contrario.

Pero Juan ni siquiera cogió su teléfono, así que a ella le dio vergüenza coger el suyo.

Juan permaneció en silencio, y Kadarina no sabía qué decir, así que siguió comiendo con la cabeza gacha.

De repente, Kadarina recordó algo y miró a Juan.

Al sentir su mirada, Juan preguntó:

—¿Qué pasa?

—¿No habíamos quedado en que yo te invitaría a cenar? —Fue Juan quien fue a comprar la comida y a pagar la cuenta.

Juan pensó que era algo grande, así que al oír eso, pareció aliviado y dijo suavemente:

—La próxima vez.

—Vale —asintió Kadarina.

A ella le pareció bien.

Significa que Juan no estaba tan enfadado.

No parecía comer rápido, pero aun así terminó su comida antes que Kadarina.

Además, había limpiado su plato.

Sin embargo, Kadarina sintió que no podía terminarlo todo. Al ver que se lo comía todo, le dio vergüenza que le sobrara, así que comió despacio.

Pensó que no lo dejaba ver, pero Juan aún lo percibía.

La voz de Juan llegó desde arriba de su cabeza.

—No comas si no puedes.

—Puedo comer un poco más....

Después de tomar un poco más, Kadarina dejó los palillos.

Al notar que Juan la miraba fijamente, se sintió un poco incómoda.

—Estoy llena.

Juan recogió su plato sin decir nada.

Dejó los palillos y levantó la cabeza. Kadarina se apresuró a mirar hacia otro lado.

Juan era observador. Podía saber lo que Kadarina estaba pensando sólo por su expresión.

—Es que no quiero desperdiciar comida. Afortunadamente, no te quedaba mucha —explicó Juan con calma.

Kadarina se dio la vuelta y dijo lentamente:

—Ese no es el punto....

Juan preguntó:

—Entonces, ¿qué sentido tiene?

La cuestión era que se comía sus sobras.

Pero no se atrevió a decir esto.

Juan no parecía entenderla en absoluto. Se levantó y dijo:

—Vamos. ¿Adónde vas ahora? Te enviaré allí.

—¿No tenías una reunión?

—Todavía es pronto.

¿No dijo que estaba presionado por el tiempo?

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