La relación entre Delfino y Raquel era cada vez mejor. Últimamente, Raquel había aprendido a hablar con el bebé en la barriga de Yadira como lo hacía Yadira.
Al escuchar que llamaban al bebé, Delfino también empezó a llamarlo.
Al principio, Yadira se escandalizó por esto. Pero después de acostumbrarse, le pareció bastante adorable cuando oyó que Delfino le llamaba bebé con cara seria.
Sin embargo, esto no impidió que Yadira diera una conferencia a Delfino.
—Dime, ¿cuánto tiempo ha pasado desde que fuiste a la empresa? ¿Está realmente bien tu empresa? —Desde que Delfino se enteró de que Yadira estaba embarazada, apenas había ido a la empresa.
Normalmente, apenas se le veía ocuparse de los asuntos de su empresa en casa. Cada día, cuando Raquel volvía a casa, se divertía con ella.
Yadira incluso empezó a preocuparse de que el Grupo Dominguez quebrara.
Cuanto mayor era Delfino, más le gustaba divertirse. Se comportaba cada vez más como un niño.
—Está bien, Xulio está ahí —Delfino dijo con indiferencia.
—¿No necesita ir a casa a descansar? —Yadira realmente no esperaba que Delfino dejara todo el trabajo a Xulio.
Delfino pensó un momento y dijo:
—Le di acciones de la empresa. Está muy contento y activo en el trabajo.
Yadira no sabía si era imprudente o sensato.
Con la envergadura actual del Grupo Dominguez, un pequeño activo podría salvar a muchas empresas que estaban al borde de la quiebra, por no hablar de sus acciones.
No importa cuántas acciones le diera Delfino a Xulio, el beneficio que éste podría obtener sería varias veces superior a su salario.
En efecto, Xulio había seguido a Delfino a través del fuego y del agua y había puesto mucho empeño en estos años.
—Se lo merece. Mira cuánta energía ha puesto en ti y en la empresa durante estos años —Hablando de esto, Yadira se sintió un poco culpable.
Porque de repente sintió que no podía compararse con Xulio.
No pasó tanto tiempo con Delfino como Xulio.
Ella había hecho menos por Delfino que Xulio.
—Sí —Delfino estuvo de acuerdo.
Apolo y Noela se quedaron cerca y vieron películas en el sofá.
Cuando estaban viendo la trama más emotiva, el teléfono de Apolo vibró.
Apolo cogió el teléfono y vio que era un mensaje de Delfino.
A Delfino le gustaba usar cada vez más el teléfono. Recientemente, había estado publicando los artilugios que hizo para Raquel en los Momentos.
Las palabras de Delfino fueron siempre concisas:
—¿Qué pasó con Tomás?
Con un pensamiento, Apolo supo por qué Delfino preguntó de repente a Tomás.
Apolo dijo:
—Está bien, ya sabes.
—No lo sé —Delfino envió con una expresión.
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