Matrimonio de primera romance Capítulo 1634

Delfino entrecerró los ojos, con peligro en su tono:

—¿Qué quieres decir?

—Sólo siento que eres gentil con Noela —Apolo se aclaró la garganta y dijo con tacto.

Delfino dijo:

—¿Eres idiota?

Apolo curvó los labios y dijo:

—Eh, ya estamos otra vez. Déjame decirte algo, últimamente estoy emocionado. No me provoques.

Apolo se sorprendió al ver que Delfino tomaba la iniciativa de pedirle a Noela que se quedara aquí.

No es de extrañar que Apolo se sorprendiera porque Delfino nunca lo haría en el pasado.

Delfino lo miró, indicando «no quiero hablar con un idiota».

Apolo no creía que Delfino tuviera sentimientos afectivos hacia Noela. Sólo le parecía que Delfino era inusual.

Cuando llegaron a la puerta, Delfino dijo de repente:

—No eres tú quien se emociona.

Las palabras de Delfino parecían no llegar a ninguna parte. Apolo no entendía. Preguntó:

—¿Qué?

—¿Noela está callada últimamente? ¿No tiene apetito? —Preguntó Delfino.

—Sí. ¿Cómo lo sabes? —Apolo se puso serio.

Al preguntar esto, Delfino tuvo la sensación de que las cosas no eran sencillas.

—Yadira... —Delfino hizo una pausa como si no quisiera recordar el pasado.

Después de un rato, continuó:

—Estuvo así durante un tiempo.

Apolo lo pensó detenidamente. Finalmente, recordó que había ocurrido. Su expresión cambió inmediatamente.

Durante ese tiempo, las piernas de Yadira se estropearon. No podía moverse y entonces se deprimió.

—Quieres decir que Noela... —La cara de Apolo se puso pálida—. Ella se queda conmigo todos los días. No noto nada raro...

...

Kadarina llamó a Noela para informarle sobre su trabajo.

—Noela, ya he publicado una declaración en internet sobre tu lesión. ¿Lo has visto?

—Sí.

La declaración bien redactada, con pocas palabras, explicaba la cosa con claridad. Al mismo tiempo, no haría que la gente se sintiera desagradable.

—¿Estás bien? Estoy muy ocupado para verte. Vendré a traerte el desayuno mañana por la mañana.

—No pasa nada. No estoy en casa.

—¿Dónde estás?

Kadarina pensaba que era una mala gestora. No tuvo tiempo de ver a Noela después de que se lesionara. Ni siquiera sabía dónde estaba Noela.

—He estado con Yadira durante los últimos días. Si quieres verme, ven a casa de Yadira.

—Bien, ya veo. Cuida de ti mismo. Yo me encargaré de todo lo demás. No te preocupes. Y la renovación del estudio está progresando bien. Debería estar terminada antes de que empieces a rodar...

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