Al escuchar lo que dijo, Yadira le apartó inmediatamente, -No, tengo que ir.-
Sabía que Delfino no quería que volviera a hacer un viaje de negocios.
Delfino no habló, solo la miró con una mirada profunda. No había otra emoción en sus ojos, pero Yadira sintió que su mirada parecía ser un poco triste.
-Volveré en una semana...-
Yadira frunció los labios, pensó en que podría haber malentendido el significado de sus ojos.
Delfino no podría ser alguien tan cursi, solo era un viaje de negocios de una semana.
-Vale.- Respondió Delfino, y le cogió de la mano. -Vámonos a comer.-
...
Tan pronto como habían regresado a la habitación por la noche, Delfino tiró a Yadira sobre la cama.
-Te dejo derecho a elegir, ¿quieres terminar la ración de la próxima semana ahora, o compensarme cuando regreses?-
Yadira, -…-
Ella no quería elegir ninguna.
Yadira resopló, luego se levantó con los brazos aguantados para ir al baño.
Era imposible para ella estar de acuerdo, con él, por algo tan injusto e irrazonable.
Al final, lo hicieron una vez en el baño bajo la presión de Delfino y, otra vez en la cama antes de dejarla ir.
Delfino la despertó a la mañana siguiente.
-Es hora de despertar.-
Abrió los ojos y vio a Delfino bien vestido, había diferencia con el hombre malvado en el baño de anoche.
Yadira tenía mucho sueño, ya estaba despierta, pero su voz aún estaba ronca ya que acababa de despertar.
-¿Qué hora es? -
-Son las seis en punto.-
Delfino ya había terminado de lavarse, y su voz era la de siempre.
A las seis. Comer y lavar en media hora, y más o menos una hora para ir al aeropuerto.
Delfino calculó justo la hora.
Yadira cerró los ojos, planeaba el tiempo somnoliento, y quiso volver a dormir.
Delfino usó una voz profunda y agradable, y le dijo al oído, -Sigues durmiendo si no quieres levantarte.-
Cuando dijo esto, Yadira se despertó inmediatamente.
Delfino la torturó anoche, y la despertó tan temprano, obviamente era porque no quería que se fuera de viaje de negocios.
¡Siniestro!
Yadira apretó los dientes y se sentó, murmurando, -¡Siniestro!-
Los ojos de Delfino brillaron levemente y no dijo nada más.
...
Delfino llevó personalmente a Yadira al aeropuerto.
Los dos reunieron allí con Evelio.
Esta era la segunda vez que Evelio veía a Delfino después de volver.
Evelio fue el primero en hablar.
-Con que venga el chofer era suficiente, no hacía falta traer personalmente a Yadira al aeropuerto. No había que complicarse tanto.-
Delfino escuchó las palabras y miró a Yadira.
-No tenía nada que hacer.-
Yadira se veía tranquila pero no pudo evitar quejarse de Delfino en su corazón.
Dijo esto como si nada, pero si siempre estaba muy ocupado.
Evelio asintió levemente, parece que no quería hablar más.
Delfino volvió a hablar en este momento.
-Al llegar a la Ciudad C, pido de que se cuide de mi mujer Sr. Evelio.-
Delante de los otros, parecía que siempre tuvo esa expresión fría, que era tan indiferente como si no hubiera emoción, pero no podía esconder el elemento amenazante en su tono.
Incluso Yadira lo notó, y mucho menos Evelio.
Cuando llegaron al hotel, Yadira se dio una ducha, se tiró en la cama y durmió profundamente.
Ya era de tarde cuando se despertó.
Marcó el número del servicio del hotel antes de ir a ver su móvil.
Solo había un mensaje de texto sin leer de Delfino: “Envíame la dirección del hotel”.
Yadira se imaginó a Delfino sentada en la oficina, frunciendo el ceño y editando mensajes de texto con su móvil, y no pudo evitar reír.
Ahora se sentía como una hija que salió a trabajar, y Delfino era como un padre anciano que no dejaba de preocuparse por su hija y, encima, le pidió que le enviara la dirección del hotel.
Aunque esta analogía era un poco divertida, Yadira le envió la dirección del hotel igualmente.
...
Por la noche, Yadira acompañó a Evelio a la cena.
Los que acudieron a la cena eran unos ancianos, y se notaba que tenían una buena relación con Evelio.
Después de unos días, Yadira se dio cuenta de que Evelio no vino para un viaje de negocios, sino que vino para reestablecer contactos.
La razón por la que trajo a Yadira en vez de Perla era porque sabía que Perla era demasiado arrogante y presuntuosa, y que era fácil causar problemas si venía, por eso no la trajo.
Cuando Evelio se presentó, dijo, -Esta es mi nieta.-
Entonces alguien bromeó, -¡Tengo un nieto en mi casa, podemos ser cuñados!-
Evelio negó con la cabeza, -No se puede, mi nieta ya está casada.-
-¿Quién tiene tanta suerte de casarse con una nieta tan educada como la suya?-
-La familia Domínguez.-
De esta forma, todos sabrán que Yadira era la joven señora de la Familia Domínguez.
Yadira se sintió un poco incómoda.
Evelio no solo vino para reestablecer sus contactos, sino que también usó el estatus de Yadira para ganar orgullo.
Después de todo, había estado en el extranjero durante muchos años y su relación con estos viejos amigos se habían desvanecido.
Pero si tiene una nieta que estaba casada con la Familia Domínguez, no importaba lo débil que era la relación entre ellos, le darían respeto.
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