En el comedor.
Yadira se sentó a comer, Delfino simplemente estaba en frente a ella mirándola con los brazos rodeados.
Su rostro tenía una expresión indiferente como siempre, pero sus ojos estaban excepcionalmente enfocados, como si no la hubiera visto en años.
Yadira pensó que Delfino era demasiado viscoso así y ella se sentía muy incómoda con él.
Entonces le preguntó a Delfino en voz alta,
-Celeste ... ¿qué es lo que le pasa?-
Obviamente, creía en Delfino, pero aún tenía que averiguar qué estaba pasando.
¿Cómo encontró Celeste la villa de Delfino, qué pasó con las noticias?
Delfino no respondió a la pregunta.
-¿Has visto la noticia?-
-Sí, lo he visto.-
Yadira se metió otra cucharada de sopa en la boca y entrecerró los ojos ligeramente con cierta satisfacción.
Sandra realmente cocinaba muy bien.
Aunque también sabía cocinar, era mucho peor que Sandra.
Delfino observó atentamente su expresión y descubrió que, aparte de un rostro satisfecho, no había rastro alguno de ira.
Levantó las cejas y preguntó, -¿No estás enojada?-
-Si no es verdad, ¿por qué me tengo que enojar?-
Sólo sentía incomoda un poco.
El nombre de Delfino estaba ligado al de otras mujeres y se sentía incómoda.
Pensando en esto, tomó la cuchara y la clavó dos veces en el cuenco, ahora si que estaba realmente enojada.
Delfino la miró fijamente, sin soltar de sus ojos ningún expresión y movimiento, -¿Tanto me crees?-
-¿Por qué no te creo? Para publicar a alguien como Celeste, Perla es mejor.-
Yadira estaba hablando puramente de una metáfora, pero la tez de Delfino de repente se hundió.
Yadira lo miró atentamente y descubrió que su cutis era feo y estaba un poco perpleja. ¿Qué dijo para provocarlo?
-Yadira, escúchame con claridad.-
-¿Qué?- ¿Le regañaría?
-No digas nada más de buscar a otra mujer.-
-¿Qué?-
Yadira ya estaba pensando en su corazón que si Delfino la regañara, cómo le devolvería, pero Delfino dijo esto.
Estaba un poco indefensa, sentía que este hombre a veces era más terco que ella.
-Sólo estoy haciendo una analogía.-
-Ni hacer una analogía -
-Vale...- La arrogancia de Yadira se debilitó de repente.
Delfino ahora la miraba fijamente y habló con Yadira sobre negocios.
Arqueó levemente las cejas y dijo, -Puede que Celeste ya está sospechanda de mi identidad.-
Yadira casi había terminado de comer, dejó la cuchara y le miró.
-¿Qué hacemos? -
Delfino reflexionó un momento y dijo, -Déjala ir.-
-¿Cómo?-
Yadira no podía seguir el ritmo de Delfino.
¿Dejarla ir significa que Delfino comenzará a aparecer al público?
Entonces, el rumor de que el joven señor de la familia Domínguez estaba desfigurada se romperá.
Y vendría enseguida…. Innumerables mujeres delante de Delfino.
Yadira se sintió un poco sutil en su corazón.
Era como que había escondido un tesoro, que solo ella podía verlo durante este tiempo, y solo ella sabía lo bueno que era este tesoro. Pero un día, este tesoro apareció a la vista del público y sería codiciado por mucha gente.
Este sentimiento... no era muy agradable.
-¿Estas llena?-
Delfino hizo esta pregunta con frialdad, y Yadira asintió, -Sí.-
Yadira estaba casi sin aliento, luchó dos veces, extendió la mano y lo empujó, -¡Tengo hambre!-
La respiración de Delfino estaba un poco perturbada, -¿Bajar a comer o que te sirvan -
-¡Baja a comer!-
Si le sirvieran, ¡Sandra se enterará de todo lo que habían estado haciendo esta tarde en la habitación!
Delfino comprendió sus pensamientos y sonrió profundamente, con una risa agradable y engreída.
Yadira sintió que se le merecía una paliza así, se extendió la mano y lo golpeó dos veces en el pecho.
...
Al día siguiente.
Yadira fue despertada por el teléfono.
Extendió la mano para buscar el teléfono, pero Delfino, que estaba al lado, encontró su teléfono antes que ella y la ayudó a colgar el teléfono.
La volvió a coger en sus brazos.
-Todavía es temprano, duerme un rato más.-
Cuando estaba a punto de volver a dormirse, el móvil volvió a sonar.
Yadira ya había sido despertada y ahora la despertó por completo. Delfino vio que la había despertado, tomó el teléfono y lo apagó con una expresión no muy buena.
-No lo apagues, dámelo.-
Yadira cogió el teléfono de Delfino para encenderlo.
La voz de Noela llegó desde el otro lado del teléfono, luciendo emoción y enfado.
-¿Todavía estás durmiendo? Levántate rápido, ¡vamos al hotel para atraparlos!-
-¿Qué? ¿Atrapar a quién?-
Yadira se sintió confundida, ¿a quién atrapar a la primera hora de la mañana?
El tono de Noela se puso aún más ansioso.
-¡Claro que es a tu marido, Delfino!-
Yadira miró a Delfino que estaba a punto de besarla.
-...-
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