Matrimonio de primera romance Capítulo 217

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Delfino no le preguntó hasta que Yadira colgó el teléfono, -¿Todavía quieres ir al Club Dorado?-

El hombre no manifestó su humor, pero pacería que estaba descontento.

¿No debería estar a gusto por su embarazo? ¿Por qué se vio infeliz?

-Claro que sí.- Yadira inclinó atrás la cabeza y se apoyó contra la silla, mostrando una expresión perezosa.

Había acordado con Noela que se encontrarían en el Club Dorado. Ya que decidió dirigirse al club, no estaba dar una vista a ella.

...

A la puerta del Club Dorado.

Yadira salió del coche y vio el de Noela.

Sacó su móvil y llamó a Noela, -Bájate y entra. Te he visto.-

Al momento siguiente, Noela abrió la puerta del coche y bajó, quien llevaba las gafas de sol y la mascarilla, como si se pusiera bien armada.

Yadira entró en el Club Dorado siguiendo a Delfino.

Tan pronto como Noela entró en el Club Dorado, se quitó la mascarilla y las gafas de sol. Cuando miró hacia atrás y vio a Yadira, sus ojos se iluminaron y corrió hacia ella.

-Yadira, tú...- antes de terminar las palabras ella notó que Delfino caminaba detrás de Yadira.

Dejó de hablar con Yadira y saldó a Delfino con voz baja, -Señor Delfino.-

-Buenas.- respondió Delfino con indiferencia, sin que manifestara una actitud notable.

Volvió la cabeza para mirar a Yadira, -Podéis ir a la caja primero.-

Antes de que Yadira le respondiera, se dio la vuelta y se fue.

Tan pronto como Delfino se fue, Noela dejó un suspiró aliviada y le preguntó a Yadira, -¿Qué pasa? Delfino te forzó a embarazarse antes, ¿no? ¿Por qué está descontento cuando te embarazas de verdad?-

-No lo sé. Es un hombre más difícil de entender que mujeres.- Yadira extendió las manos, -No sé lo que está pensando en absoluto.-

Noela se quedó aturdida al escucharlo. Observó el estado de Yadira con atención. Al ver su

Yadira hizo una retórica, -¿Si tenemos algún problema?-

De hecho, existió problema con la relación entre ella y Delfino. Originalmente, solo estaba relacionado con Jaime. No era un gran problema que no pudiera resolverse. Sin embargo, parecía que este problema fue más complicado.

Noela negó con la cabeza y dijo, -No puedo describirlo. Me parece que ambos vosotros estáis raros.-

Yadira frunció los labios y bajó la vista para ocultar las emociones en los mismos.

...

Después de que se separó de Yadira, Delfino caminó directamente a la habitación que reservaba en el Club Dorado.

Los guardias de seguridad que vigilaban a la puerta de la habitación se designaron por Xulio.

Cuando los guardias vieron a Delfino, se inclinaron y le saludaron respetuosamente al unísono, -Señor Delfino.-

El que estaba al lado de la puerta se le abrió.

Delfino entró en la habitación.

Al ver a Delfino entrar, Xulio bajó la cabeza respetuosamente en seguida.

-¿Dónde está la mujer?- Delfino miró a su alrededor, pero no vio a nadie más.

Xulio dio dos pasos hacia la esquina de la pared y sacó a la mujer que se había escondido debajo de la mesa y la arrojó frente a Delfino.

Les había ordenado que llevaran al causador en secreto y Delfino lo manejaría.

Ese coche no atropelló a Yadira y Delfino, sino la barandilla del estacionamiento. La parte delantera del coche estaba deformada, en el que las personas estaban heridas gravemente.

El rostro de la mujer estaba lleno de sangre, también en su cabello. En ese momento la sangre estaba seca y solidificada en los pelos, que se pegaron como una cuerda de cáñamo.

Aun así, Delfino reconoció a la mujer frente a él de un vistazo.

Delfino dio un paso adelante, cuya mirada cruel se cayó en ella. Le dijo con una voz feroz como si Satán saliera del infierno, -Perla, mucho tiempo sin verte.-

Perla estaban temblando como si estuvieran tamizando las pajas. No podía decir una frase completa, -Lo… lo siento. Yo… tú... Perla…-

Ella hablaba mientras miró a Delfino temblando, cuyos ojos estaban llenos de miedo. Trató desesperadamente de pedirle piedad, no obstante, como estaba tan asustada que no podía decir una palabra claramente.

Era raro que Delfino fuera tan paciente con alguien que no fuera Yadira. Solo miró a Perla temblando y tartamudeando sin decir nada.

Se vio frío e indiferente.

Después de un rato, Delfino pareció sentirse aburrido y pidió al guardia, -Dame un cuchillo.-

Tan pronto como Perla escuchó lo que dijo, todo su cuerpo tembló mucho, pero milagrosamente dijo las palabras con claridad.

-Lo siento, no lo habrá otra vez. Nunca jamás me opondré contra Yadira... Perdóname. Te ruego, por favor...-

Como había perdido demasiada sangre, Perla se había mareado. Pero en este momento, estaba completamente despierta.

-No tengas tanto miedo.- Delfino se puso en cuclillas. Los ojos del hombre estaban oscuros y le dijo en voz baja, -Quieres atropellar a Yadira, pero no soy tan cruel como tú. No te mataré.-

-¡No!- gritó Perla de miedo.

Era cierto que Delfino no la mataría, pero lo que le hizo a ella fue más cruel que matarla.

-Esto no es la primera vez, entonces tienes que acostumbrarte.- tan pronto como Delfino se puso de pie, el guardia de seguridad tomó una silla y la colocó detrás de él.

Delfino se sentó.

Perla llevaba las medias y falda como de costumbre. El guardaespaldas tomó un cuchillo y cortó sus medias levemente.

Perla abrió los ojos y se crispó por todo el cuerpo, -¡No! ¡No me tratas así! ¡Ah!-

El guardaespaldas tomó el cuchillo y comenzó a afeitar la carne capa por capa de la pantorrilla de Perla.

Perla era tiránica desde que era una niña, y había sido mimada por la familia Jimenez, por eso no podía soportar ningún sufrimiento, ni mucho menos este tipo de tortura.

La última vez que aclaró la noticia falsa sobre el certificado de matrimonio frente a los medios de comunicación, Delfino también usó este método para forzarle a obedecer.

Perla era una persona estúpida a la que era demasiado fácil de entrampar.

Perla siguió gritando y Delfino dijo ligeramente, -Eres tan molesta.-

Luego le hizo callar a Perla y la misma solo pudo hacer un gemido vago.

Xulio estuvo de pie a un lado. Al ver esta escena, sus músculos del rostro se contraían, y finalmente apretó los labios y miró hacia otro lado.

Justo cuando Perla estaba a punto de desmayarse por el dolor, la puerta de la habitación se abrió de repente.

Xulio se asustó en secreto, “¿Quién es tan rudo que se atreve a empujar la puerta en este momento?”

-¡Delfino!-

Cuando Xulio escuchó este sonido, dio un mal grito en secreto.

Además de Yadira, ¿quién más llamaría así el nombre de Delfino en tal ocasión?

Tan pronto como Yadira se apresuró a entrar, corrió en dirección a Delfino.

Frente a Delfino estaba Perla, que estaba a punto de desmayarse. Yadira, naturalmente, vio cómo estaba Perla en ese momento.

Perla acababa de tener un pequeño accidente de tráfico, y luego fue asustada por Delfino como si el alma saliera del cuerpo. En este momento, sufrió tanto por la tortura.

Yadira también se sorprendió por la apariencia de Perla, y tardó unos segundos en dar una reacción y le preguntó al guardia a su lado, -Ella, ¿todavía está... viva?-

El guardia asintió sin expresión, -Sí.-

Después de decirlo, el guardia levantó la cabeza y miró cuidadosamente a Delfino.

Delfino no dijo ni una palabra después de que entrara Yadira.

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