Yadira Jimenez se enfadó por las palabras.
Cuando ella se enteró de que él se había hecho daño en la mano, decidió ir a consolarlo, ¡y qué había dicho él!
-Delfino, ¿qué dices? Dime otra vez.- Ella se acercó al escritorio de Delfino Dominguez y se apoyó con la mano sobre los papeles extendidos frente a él.
Delfino Dominguez masajeaba la frente, -Todavía tengo muchos trabajos para hacer.-
Ella pensaba, “Vale, su actitud es mucho mejor que antes. Pues le dejo pasar.”
Pero Yadira todavía estaba preocupada, -¿No se te hirió tu mano?-
-No.- Delfino se puso un poco raro al mencionarlo.
Yadira salió con dudas.
Se encontró con Sandra Alvares cuando bajaba.
-Señora Yadira, ¿está bien la mano de Señor Delfino?- Sandra preguntó en serio.
-No pasa nada malo en su mano.-
Yadira pensó un rato y preguntó, -Sandra, ¿por qué piensas que él está herido? Cuando volvimos de la vieja casa antes, él estaba bien.-
-Antes, quería servirte el postre, pero acabo de chocar accidentalmente contra Señor Delfino en el pasillo. Él estaba muy atento y se protegía la mano. Por eso supuse que debía estar herido...-
Sandra se murmuró a sí misma, -Aunque no haya herida superficial, hará heridas internas...-
Yadira preguntó desconcertada, -¿En el pasillo? ¿Él acaba de salir de su cuarto y ir allí?-
-Sí.- Sandra se encapotó preocupada.
Yadira estaba ausente por algunos minutos, y miró a Sandra diciendo, -Probablemente ya sé la razón... no te preocupes, él está bien y su mano también.-
-¿De veras? Pues está bien.- Sandra se apartó tranquilamente al oír a Yadira decir eso.
Después de irse Sandra, mirando hacia arriba, Yadira se tocó la cara roja ligeramente y se sentó en el sofá.
“No podía estar tan alerto como si estuviera herido porque ella le había besado la mano, ¿no?” Yadira pensó.
Era realmente...
*
Esa noche, durante la cena, Delfino sintió que Yadira lo estaba observando.
Finalmente, cuando Yadira cayó accidentalmente la comida en la mesa otea vez, Delfino dijo, -Yadira Jimenez, ¿qué te pasa?-
-Ah...- Yadira bajó la cabeza, descubrió lo que ella había hecho, y luego retiró los palillos de prisa, -¿Por qué se ha vuelto a caer la comida en la mesa?-
Delfino la miraba con frialdad. Su mirada significaba claramente que él sabía que ella estaba fingiendo.
Yadira estaba un poco avergonzada.
Ella no quería estar distraída todo el tiempo, pero ella no podía entender cómo Delfino, que normalmente parecía tan distante, podía hacer algo tan frívolo.
En el momento en que le dirigió esa extraña mirada, ella pensó que Delfino ya la estaría tomando en serio si podía mirarla sin asco.
Ella temía miedo pensar que a él le importara tanto esa mano solo porque ella la había besado...
“Ni siquiera se lavará las manos después de comer, ¿no?”
El pensamiento apareció en la mente de Yadira.
Después de la cena, ella miró a Delfino fijamente, -Vamos a lavar las manos juntos.-
Delfino le echó la misma extraña mirada otra vez, -Debes ver películas con Fidelio.-
Y luego, Delfino se alzó y se fue del comedor.
-¡Oye!- Fidelio Dominguez alargó la mano y la puso delante de Yadira.
Yadira se volvió y se puso a hablar cuando vio que Fidelio movía la cabeza con humor, -Cuando acabas de mirar a Delfino, estabas demasiado absorta.-
-¿De verdad?- Yadira acudió con la mano al rostro. Ella no podía imaginarse mirando a Delfino durante toda la cena.
-Delfino estará muy alegre.- Fidelio movió su silla junto a Yadira con una mirada como si lo supiera todo, -No puedes estar demasiado encaprichada con un hombre, especialmente ante él...-
“¿Dónde aprendió este chico tales cosas?” Ella pensaba.
Yadira interrumpió: "No, no estoy actuando obsesionada con él, ¿no piensas que él está más obsesionado conmigo?".
Como lo que le besó la mano...
“Es una buena muestra de lo obsesionado que estaba Delfino conmigo.” Pensó.
Fidelio sonrió, -Tienes realmente un extraño delirio.-
-Solo le pedí que se lavara las manos conmigo y se negó. Te lo digo, antes de...- Yadira meditó sobre decirle a Fidelio sobre el beso en la mano.
Al fin y al cabo, Fidelio aún era joven. “¿Le tendría un mal efecto lo que dijera?” Estaba confundida.
Fidelio se mostró comprensivo, -Es más normal que pidas a Delfino que te acompañe al baño.-
Yadira no sabía qué decir.
Claro que sí, todo era demasiado para que ella pensara.
*
Los abusos de Jaime Lobo contra los cachorros estaban llamando la atención en Internet.
Algunos amantes de los perros denunciaban a Jaime en Internet e hicieron que este asunto llegara a las tendencias.
Luego aparecieron unas publicaciones sobre Jaime y una actriz casada que fueron a un hotel a tener sexo.
En resumen, un escándalo tras otro sobre Jaime comenzó a publicarse con su maltrato a los cachorros.
Yadira tenía miedo de que Fidelio viera esto y lo arrastraba a ver películas con ella todos los días, o bien le pedía que fuera al patio a desherbar.
Por supuesto, Fidelio se encargó de desbrozar y ella solo estaba aquí mirando y sosteniendo una bolsa de agua caliente, envuelta en un abrigo de plumón.
Delfino estaba tan ocupado que no volvió a la oficina hasta el día anterior a la Nochebuena.
A primera hora de la mañana, una llamada de la vieja casa les dijo que volvieran a la casa y se prepararan para la Nochebuena.
La actitud de Delfino siguió siendo la misma, -No.-
Yadira sabía que Delfino se negaría a hacerlo simplemente por ella.
Pero ella sabía que Delfino había regresado al Grupo Dominguez, y por muy gélida que fuera su relación con Horacio Dominguez, era el momento de intentar reconciliarse.
-Volvemos.- Yadira le aconsejó, -Es solo para una semana como máximo.-
Delfino arrugó el ceño y abrió la boca para decir algo cuando Yadira le interrumpió y ella dijo muy solemnemente, -¿Qué puede pasar contigo?-
Delfino se congeló ante esas palabras.
Con eso, sostenía la cabeza de Yadira y la besó.
Una vez terminado el beso, él levantó la mano y le acarició a Yadira el pelo, bajando la voz y diciendo una sola palabra, -Vale.-
Fidelio bajó las escaleras con su bolsa y se tapó exageradamente los ojos y gritó, -¡No puedo mirar, no puedo mirar!-
Yadira dio un codazo a Delfino, mientras él no la soltó, cogió una almohada y se la lanzó a Fidelio.
Fidelio se apoyó en la barandilla de la escalera y saltó hacia el otro lado, esquivando fácilmente la almohada.
Pero antes de que él pudiera dejarse llevar, levantó la vista cuando le lanzaron una otra, golpeando su carita.
Fidelio recogió la almohada y no se atrevió a lanzarla, así que solo pudo gritarle a Yadira, -¡Yadira! ¡Tu marido me está intimidando!-
Sonriendo, Yadira estaba a punto de hablar cuando sonó el teléfono de su bolsillo.
Sacó su teléfono y apartó a Delfino, -Tengo que recibir una llamada.-
Delfino la soltó, y ella se levantó y mantuvo un poco de distancia con Delfino antes de coger el móvil, -¿Quién es?-
-Yadira Jimenez, supongo que este año no estarás en casa para la Nochebuena. Solo te deseo una buena Nochebuena por adelantado.-
Yadira se puso seria y dijo tranquilamente su nombre, -¡Perla!-
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