-Vale, ya lo tengo.-
Yadira lo dijo, pero ella misma sabía que aunque pasara algo, no molestaría a Noela y a Apolo Tapia.
*
Como había dicho Noela, Licia Dominguez acudió a ella poco después.
A la mañana siguiente, Yadira estaba desayunando cuando escuchó sonido del exterior.
Sin esperar a que ella se levantara y saliera, oyó un ruido de tacones acercándose.
No tardó en aparecer una mujer en la puerta del restaurante.
La mujer estaba vestida con un traje profesional y parecía muy capaz. La cara se parecía un poco a la de Delfino, incluso su temperamento, que era igual a la frialdad de Delfino.
Yadira había sabido que la mujer fue Licia Dominguez.
Licia se acercó mirando atenta a ella directamente, con sus ojos linces.
Un rato, ella dijo, -¿Eres Yadira Jimenez?-
No solo su temperamento se parecía a lo de Delfino, sino que también tenía la misma arrogancia que solo se encontraba en una familia de clase alta, y cuando hablaba, parecía tener una fuerte presencia.
Yadira ya estaba acostumbrada a la aura poderosa de Delfino, así que naturalmente no tenía timidez frente a ella.
Yadira la miró y dijo con un tono tranquilo, -Soy Yadira Jimenez.-
La mujer se sorprendió un poco, pero luego lo ocultó.
-Debes saber quién soy yo.- Ella todavía miró fijamente a Yadira, -Soy la hermana de Delfino, Licia Dominguez.-
Solo entonces se levantó Yadira, -Hola.-
Entonces ordenó a la criada como una anfitriona, -Sirve el café.-
-No es necesario.- Licia se limitó a levantar la mano para detener a la sirvienta y miró a Yadira con los brazos cruzados, -¿Sabes por qué vine aquí? Había oído antes de volver que fuiste tú quien empujó a mi abuelo por las escaleras.-
Yadira refutó directamente, -No lo empujé. Y este asunto sigue siendo objeto de investigación.-
-Vale.- Licia estaba impaciente por escuchar los argumentos de Yadira y la interrumpió, -Solo quería venir a ver qué tipo de mujer era la que afectó la reputación de mi hermano y hizo nuestra familia un desastre. Ahora tengo que ir al hospital y no tengo tiempo de hablar contigo.-
Ella y Delfino son realmente hermanos gemelos.
Licia terminó y se fue, y Yadira la acompañó a la salida de todos modos.
Cuando llegó al vestíbulo, Yadira vio a un asistente llamando, -Directora Licia.-
Había una maleta al lado del asistente.
Licia había acudido directamente a Yadira nada más regresar, sin siquiera dejar su equipaje.
En ese momento, el sonido de un coche frenando bruscamente sonó fuera.
Los dos miraron a la puerta. Delfino estaba allí.
Licia se acercó y se abrazó a Delfino, -Mucho tiempo sin verte. Delfino.-
Delfino acepta el abrazo de Licia.
Licia se limita a abrazarle ligeramente y le suelta.
Ella miró a Delfino. La burla en su tono era obvia, -Es cierto lo que dijo abuelo, te gusta mucho esa mujer. ¿Solo vine a verla y te apresuraste a volver, temiendo que la lastimara?-
Delfino ni siquiera la miró y se acercó a Yadira.
Él observó a Yadira por un momento, luego se puso delante de ella y le dijo a Licia, -¿No vas a ver al abuelo en el hospital?-
Licia levantó ligeramente la barbilla orgullosamente con los abrazos cruzados, -Ahora, ¿no me llevas allá?-
Delfino miró de nuevo a Yadira pero no dijo nada y siguió a Licia a la salida.
Mientras se dirigía a la puerta, Licia le devolvió la mirada a Yadira.
Fue una mirada significativa como si ella estuviera mirando a un mamarracho.
-¿No oyes lo que he dicho?- Delfino giró la cabeza, con esos ojos llenos de frialdad, -Has huido al extranjero durante más de una década para ignorarme. ¿Y ahora me estás diciendo qué hacer con mi vida y con mi mujer?-
Licia se estremeció al ver la mirada de Delfino. Su mirada le hizo sentir un escalofrío a ella. Ella entendía que el Delfino que tenía delante ya no era el niño que sonreía y la llamaba hermana cuando eran niños.
Licia tragó saliva y se tomó unos segundos para calmarse con un tono consultivo, -Vale, vamos a calmarnos. No he vuelto para pelearme contigo, ahora vamos al hospital...-
Delfino no lo apreció, -Baja.-
Licia se atragantó con sus palabras, pero conocía bien el temperamento de Delfino. A pesar de su disgusto, solo pudo tolerar y desabrocharse el cinturón de seguridad para salir del coche.
En cuanto se bajó del coche, el coche se fue inmediatamente.
Licia estaba muy enfadada.
El asistente condujo el coche y se detuvo junto a ella. Luego se bajó y le abrió la puerta respetuosamente, -Señorita Licia, por aquí.-
Licia miró mal al asistente, -¡No le cuentes a nadie lo que pasó de hoy!-
-Entendido.- El asistente asintió ligeramente.
-¡Ja!- Licia gruñó, ya le caía mal Yadira y ahora la odiaba aún más.
*
Cuando llegó al hospital, Licia se dio cuenta de que Delfino no la había esperado y había subido directamente.
Ella se ponía aún más enfadada.
A la puerta de la habitación del hospital de Alejandro Dominguez, vio a Horacio Dominguez.
Horacio la vio y sonrió, -Licia.-
-Papá.- Licia se acercó a Horacio y lo abrazó.
Horacio le dio una palmadita en el hombro, -Entra a ver a tu abuelo.-
Delfino se alzó a un lado y observó con frialdad cómo los dos protagonizaban su conmovedor reencuentro. Enganchó los labios, pero no sonrió.
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