Matrimonio de primera romance Capítulo 261

-Vale, ya lo tengo.-

Yadira lo dijo, pero ella misma sabía que aunque pasara algo, no molestaría a Noela y a Apolo Tapia.

*

Como había dicho Noela, Licia Dominguez acudió a ella poco después.

A la mañana siguiente, Yadira estaba desayunando cuando escuchó sonido del exterior.

Sin esperar a que ella se levantara y saliera, oyó un ruido de tacones acercándose.

No tardó en aparecer una mujer en la puerta del restaurante.

La mujer estaba vestida con un traje profesional y parecía muy capaz. La cara se parecía un poco a la de Delfino, incluso su temperamento, que era igual a la frialdad de Delfino.

Yadira había sabido que la mujer fue Licia Dominguez.

Licia se acercó mirando atenta a ella directamente, con sus ojos linces.

Un rato, ella dijo, -¿Eres Yadira Jimenez?-

No solo su temperamento se parecía a lo de Delfino, sino que también tenía la misma arrogancia que solo se encontraba en una familia de clase alta, y cuando hablaba, parecía tener una fuerte presencia.

Yadira ya estaba acostumbrada a la aura poderosa de Delfino, así que naturalmente no tenía timidez frente a ella.

Yadira la miró y dijo con un tono tranquilo, -Soy Yadira Jimenez.-

La mujer se sorprendió un poco, pero luego lo ocultó.

-Debes saber quién soy yo.- Ella todavía miró fijamente a Yadira, -Soy la hermana de Delfino, Licia Dominguez.-

Solo entonces se levantó Yadira, -Hola.-

Entonces ordenó a la criada como una anfitriona, -Sirve el café.-

-No es necesario.- Licia se limitó a levantar la mano para detener a la sirvienta y miró a Yadira con los brazos cruzados, -¿Sabes por qué vine aquí? Había oído antes de volver que fuiste tú quien empujó a mi abuelo por las escaleras.-

Yadira refutó directamente, -No lo empujé. Y este asunto sigue siendo objeto de investigación.-

-Vale.- Licia estaba impaciente por escuchar los argumentos de Yadira y la interrumpió, -Solo quería venir a ver qué tipo de mujer era la que afectó la reputación de mi hermano y hizo nuestra familia un desastre. Ahora tengo que ir al hospital y no tengo tiempo de hablar contigo.-

Ella y Delfino son realmente hermanos gemelos.

Licia terminó y se fue, y Yadira la acompañó a la salida de todos modos.

Cuando llegó al vestíbulo, Yadira vio a un asistente llamando, -Directora Licia.-

Había una maleta al lado del asistente.

Licia había acudido directamente a Yadira nada más regresar, sin siquiera dejar su equipaje.

En ese momento, el sonido de un coche frenando bruscamente sonó fuera.

Los dos miraron a la puerta. Delfino estaba allí.

Licia se acercó y se abrazó a Delfino, -Mucho tiempo sin verte. Delfino.-

Delfino acepta el abrazo de Licia.

Licia se limita a abrazarle ligeramente y le suelta.

Ella miró a Delfino. La burla en su tono era obvia, -Es cierto lo que dijo abuelo, te gusta mucho esa mujer. ¿Solo vine a verla y te apresuraste a volver, temiendo que la lastimara?-

Delfino ni siquiera la miró y se acercó a Yadira.

Él observó a Yadira por un momento, luego se puso delante de ella y le dijo a Licia, -¿No vas a ver al abuelo en el hospital?-

Licia levantó ligeramente la barbilla orgullosamente con los abrazos cruzados, -Ahora, ¿no me llevas allá?-

Delfino miró de nuevo a Yadira pero no dijo nada y siguió a Licia a la salida.

Mientras se dirigía a la puerta, Licia le devolvió la mirada a Yadira.

Fue una mirada significativa como si ella estuviera mirando a un mamarracho.

-¿No oyes lo que he dicho?- Delfino giró la cabeza, con esos ojos llenos de frialdad, -Has huido al extranjero durante más de una década para ignorarme. ¿Y ahora me estás diciendo qué hacer con mi vida y con mi mujer?-

Licia se estremeció al ver la mirada de Delfino. Su mirada le hizo sentir un escalofrío a ella. Ella entendía que el Delfino que tenía delante ya no era el niño que sonreía y la llamaba hermana cuando eran niños.

Licia tragó saliva y se tomó unos segundos para calmarse con un tono consultivo, -Vale, vamos a calmarnos. No he vuelto para pelearme contigo, ahora vamos al hospital...-

Delfino no lo apreció, -Baja.-

Licia se atragantó con sus palabras, pero conocía bien el temperamento de Delfino. A pesar de su disgusto, solo pudo tolerar y desabrocharse el cinturón de seguridad para salir del coche.

En cuanto se bajó del coche, el coche se fue inmediatamente.

Licia estaba muy enfadada.

El asistente condujo el coche y se detuvo junto a ella. Luego se bajó y le abrió la puerta respetuosamente, -Señorita Licia, por aquí.-

Licia miró mal al asistente, -¡No le cuentes a nadie lo que pasó de hoy!-

-Entendido.- El asistente asintió ligeramente.

-¡Ja!- Licia gruñó, ya le caía mal Yadira y ahora la odiaba aún más.

*

Cuando llegó al hospital, Licia se dio cuenta de que Delfino no la había esperado y había subido directamente.

Ella se ponía aún más enfadada.

A la puerta de la habitación del hospital de Alejandro Dominguez, vio a Horacio Dominguez.

Horacio la vio y sonrió, -Licia.-

-Papá.- Licia se acercó a Horacio y lo abrazó.

Horacio le dio una palmadita en el hombro, -Entra a ver a tu abuelo.-

Delfino se alzó a un lado y observó con frialdad cómo los dos protagonizaban su conmovedor reencuentro. Enganchó los labios, pero no sonrió.

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