Matrimonio de primera romance Capítulo 276

Xulio no se atrevió a creer en sus propios oídos en absoluto.

Aunque Delfino ya había repetido dos veces, Xulio todavía no creía..

-Señor…-

Xulio quería confirmarlo de nuevo, pero Delfino levantó la mano lentamente indicándole que dejara de hablar.

Por eso hizo una pausa, luego dio media vuelta y se fue.

Apolo y Noela tuvieron algo desagradable antes, ahora Apolo volvió y casualmente vio a Xulio salir de la oficina de Delfino.

Aceleró el paso hacia Xulio, -¿Qué tal? ¿Han encontrado a Yadira?-

-Sí.- Xulio frunció el ceño y asintió con la cabeza.

-Oye, ya habéis encontrado a Yadira, ¿no os deja Delfino traerla de vuelta? ¿o va a traerla de vuelta en persona?- Viendo a Xulio fruncir el ceño y estar preocupado, Apolo preguntó con curiosidad.

-Ninguno de estos. Señor…- Xulio movió su cabeza.

Hizo una pausa, se le ocurrió una palabra que podía describir a Delfino.

-Creo que el señor es un poco anormal.-

-¿Anormal?- Apolo se le crisparon las comisuras de la boca.

-El señor ni nos pidió que recogiéramos a la Señora Yadira, ni se dispuso a recogerla. Sólo nos dejó que no la molestáramos.-

Al oír las palabras, Apolo también se quedó aónito como Xulio.

-¿Qué le pasa?- Preguntó.

Xulio movió la cabeza con una cara aturdida.

Siguió a Delfino durante tantos años, la mayoría del tiempo podía adivinar su idea.

Pero esta vez, Xulio no entendió en absoluto.

La opinión de Apolo era igual que el suyo.

Aunque Yadira salió del hotel, no relajó su vigilancia.

Ella vivió en aquel hospedería por la noche, pero durante el día, después de disfrazarse, fue calladamente a la cafetería, escogió una posición que estaba cerca de la ventana y pidió un vaso de jugo quedándose en ahí toda la tarde.

Su propósito era muy simple. Para a ver si los subordinados de Delfino ya la había encontrado. Consideró que según la capacidad de Delfino, al día siguiente podrían averiguar este hospedería que había reservado.

Sin embargo, guardó en la cafetería durante dos o tres días, hasta la habitación del hotel que había reservado llegó a su término un plazo automáticamente, todavía no vio los subordinados de Delfino aparecer.

‘‘¿Acaso los subordinados de Delfino todavía no encontraron el hotel?” Yadira pensó.

Pero cuando se le ocurrió esta idea, se lo negó.

“¡Es imposible! Delfino es capaz de ocultar su fuerza real durante tantos años, no falta esta capacidad.” Pensó.

Ella sacudió el jugo que frente a ella, se sentía inquieta.

‘‘Delfino no vino a buscarme, debo sentirse contenta. En cambio,, me siento un poco desesperada y triste.¿Acaso es como lo que dijo Severo?Pero,Pero aún no habían pasado unos años, ya no que quería abandonarme.’’ Yadira pensó.

Yadira frunció los labios y se quitó el postizo y la gorra que se utilizaban para disfrazarse, y luego salió de la cafetería.

Ella caminó alrededor de la puerta del hotel con propósito, y luego regresó al hospedería.

Después de cenar con los dueños del hospedería, Yadira regresó a su habitación.

Encendió la computadora e inició sesión el buzón, recibió el contrato electrónico de Fatima.

Echó un vistazo aproximadamente y no encontró ningún problema, por eso, le contestó un correo.

Yadira no estaba segura de si Delfino no quería buscarla realmente, por eso, a la mañana siguiente, compró un billete de avión para salir de Sydney.

Después de irse de Sydney, telefoneó a aquella pareja de ancianos, les preguntó con rodeos si había alguien de Nación Z que la hubiera buscado, pero la respuesta de la vieja pareja fue no.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera