Temprano por la mañana.
Yadira, quien estaba apoyada en la cabecera de la cama, se despertó repentinamente, solo para darse cuenta de que ya estaba amaneciendo.
Delfino no volvió anoche.
Se sentía un poco floja y un poco pesada.
Este sentimiento era como tener un cuchillo colgando sobre su cabeza y no podía cortarlo, lo que siempre la hacía temer.
...
Después de que Yadira se lavó la cara y se cepilló los dientes, bajó las escaleras. Un guardaespaldas se acercó para llevarla al comedor.
El comedor y la cocina están cerca, y tan pronto como entró, vio una figura alta que salía de la cocina con el desayuno.
Después de reconocer que el hombre era "Fidelio", se dio la vuelta y quiso irse. Pero inesperadamente el hombre ya había dicho -Cuñada, buenos días.-
Su voz es hermosa pero muy coqueta.
El guardaespaldas que estaba a un lado sacudió sus hombros. ¿El maestro está bromeando con su mujer?
Yadira estaba muy disgustada cuando lo vio. Realmente no sabía lo que hacía todos los días en la casa de su primo.
-Buenos días.- Se empujó las gafas y terminó de hablar con indiferencia, se volvió para mirar al guardaespaldas detrás de ella -¿No está tu maestro aquí?-
El guardaespaldas miró atentamente a Delfino, quien estaba inexpresivo, mintiendo sin cambiar su tono y expresión facial. -El maestro se ha sentido mal recientemente y está en el hospital.-
Yadira parecía una tonta, pero solo porque Salia la reprimió desde que era niña. No podía robarle el protagonismo a su hermano y hermana, por lo que ocultó su verdadera fuerza.
Una mentira tan obvia del guardaespaldas, por supuesto, no pudo engañarla.
Pero ella asintió con la cabeza. -Oh, ¿entonces puedo visitarlo?-
-No es muy conveniente recientemente.- El guardaespaldas siguió mintiendo como si hubiera preparado la respuesta.
Parecía que a Delfino no le agradaba nada y ni siquiera quería verla.
Delfino puso su desayuno en la mesa del comedor y dijo en tono casual -Vamos a desayunar.-
Ella no entendió. El hombre ayer seguía diciendo que estaba fea. ¿Por qué la molestó así hoy?
-Señora, deje que el maestro De..."Fidelio" le lleve a casa.- El guardaespaldas del lado dijo justo a tiempo.
...
Finalmente, "Fidelio" llevó a Yadira a la casa de Jiménez.
Porque se inclinó hacia ella y le susurró -La piel de mi cuñada está bastante bien...-
Tenía miedo de que él hiciera algo extraño, así que lo siguió en el coche.
En el coche estaba tranquilo, Yadira agarró con fuerza el cinturón de seguridad, miró hacia adelante con atención, y no le dio una mirada extra a "Fidelio".
Cuando Delfino la vio haciendo esto, el interés brilló en sus ojos negros.
Esta mujer recién casada es un poco fea, pero bastante decente.
Originalmente, solo quería burlarse de ella ayer, pero su reacción fue tan interesante que quiso seguir jugando.
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