Xulio se fue para ayudar a Delfino a reservar un vuelo.
Después de que Delfino mirara en dirección a la cocina, llamó a Apolo.
-Si no me invitas a cenar y a tomar algo, cállate.- Apolo solo había conocido a Delfino por casualidad la última vez en el Club Dorado.
Delfino corrió de vuelta para hacerse cargo del Grupo Dominguez y le dejó tanto el Club Dorado como el Grupo Auge.
Pero también es un buen negocio, porque al fin y al cabo es un inversor con acciones.
Delfino había acostumbrado a ordenarlo mucho. Antes había tiempo para comer y beber juntos, pero ahora no lo encontraba si no había nada.
Apolo ya había cortado unilateralmente y en secreto la amistad con Delfino en innumerables ocasiones.
A Delfino no le importaba lo que dijera Apolo. En el pasado Apolo incluso le amenazaba cada vez con suicidio.
Delfino se dijo a sí mismo, -Voy a volar a País M esta noche. Lo más pronto que puedo volver es alrededor de tres o cuatro días. No estoy en la Ciudad Mar, pues ayúdame a cuidar de Yadira.-
Apolo era bueno en bromear, pero no se atrevió a colgar el teléfono de Delfino.
Se sorprendió y preguntó, -¿Qué haces a País M? ¿Para un viaje de negocios?-
Delfino dijo con voz profunda, -Tengo algo más. Cuida de Yadira por mí.-
-¡Bien!- Apolo preguntó, -¿Qué es exactamente tan grave y me pides que cuide de Yadira por ti? Hay algo que no me has dicho, ¿verdad?-
Apolo no era un desconocido y tenía una profunda amistad con Delfino, así que él no se anduvo por las ramas y le dijo directamente lo más importante, -Jaime y yo somos medio hermanos.-
-¿Qué?- la reacción de Apolo fue muy emocionada, -¿Qué demonios? ¿Me estás tomando el pelo? ¿No es Jaime el hijo de tu tía? Él es tu verdadero hermano, ¿y Fidelio?-
Había que decir que la mente de Apolo era muy difusa.
Delfino ignoró directamente su pregunta y dijo en su voz baja, -Por favor.-
-No seas tan educado conmigo que tengo miedo. Además, aunque no me confíes, solo basándome en la relación entre Yadira y Noela, tengo que cuidarla... -
-Vale.-
Después de que Delfino colgara el teléfono, volvió a mirar el informe de identificación de ADN sobre la mesa de café y, tras dejó el teléfono a un lado, se levantó para ir a la cocina.
En la cocina, Yadira estaba cortando pimientos verdes.
Delfino tenía un gusto fuerte. Yadira cocinaba para él raras veces ahora, así que cuando tenía la oportunidad, todavía intentaba satisfacer su gusto.
Los pasos de Delfino eran ligeros, se apoyó en la puerta y observó durante un rato. Al ver que Yadira terminaba de cortar los pimientos verdes, se acercó y tomó un plato para entregarlo.
Yadira estaba a punto de darse la vuelta para coger un plato cuando notó que le entregaban uno a su lado.
Lo cogió y giró la cabeza para mirar a Delfino, -¿Por qué has entrado?-
-Tengo hambre.- Delfino dijo con voz ligera.
Pero su mirada estaba fija en el cuerpo de Yadira.
-¿Por qué me miras cuando tienes hambre? Ve a esperar en el comedor, pronto estará listo.- dijo Yadira mientras ponía el codo contra él, para empujarlo fuera.
Delfino no se movió nada, alargando la mano y presionándole el hombro y solo dijo fríamente, -Quiero verte un poco más.-
Yadira se congeló. Este hombre era de repente tan directo, haciéndola sentir un poco incómoda.
Antes de que Delfino se fuera, Yadira empezó a inquietarse un poco.
-Llévate a Xulio contigo para ir a País M. Llevando muchos años contigo, es de confianza. No es mejor en el extranjero que en la Ciudad Mar... - de hecho, cuando estaba en el salón, quería decir este asunto.
Además, no había ningún motivo.
De hecho, habría sabido algo.
Delfino puso la maleta en su mano en posición vertical y soltó su mano para acercarse a Sonia, con un par de ojos oscuros como la tinta brillando con una luz aguda, como si conociera a Sonia bien, -¿Cuál es la razón que crees por la que he venido a buscarte específicamente?-
Delfino había venido a vivir con Sonia tras la muerte de su madre. Pero desde entonces Sonia nunca había tratado a Delfino como a un niño.
La mente de ningún adolescente podría ser tan profunda como la de Delfino.
A partir de ese momento, Sonia sintió que no conocía bien a este niño.
La expresión de Sonia se puso rígida por un momento y dijo, -Si no me lo dices, ¿cómo voy a saber a qué has venido? Has venido de la Ciudad Mar, ¿verdad? Debes estar cansado después de un vuelo tan largo. Ve a descansar primero y tu habitación está reservada.-
Cuando terminó, se dio la vuelta y ordenó a las criadas, -Ayudad a Delfino a coger su equipaje y acompañarle a su habitación para que descanse.-
Inmediatamente, un sirviente se acercó para ayudar a Delfino con su equipaje, -Señor, por aquí por favor.-
Delfino lanzó una mirada profunda a Sonia y se volvió para seguir al criado a su habitación.
La criada mandó a Delfino a su habitación y se fue. Delfino cerró la puerta, sacó su teléfono y se dispuso a llamar a Yadira. Cuando miró la hora, descubrió que ya eran las once.
Había una diferencia horaria entre País M y China y en ese momento era de noche en China en que Yadira probablemente ya estaba durmiendo.
Entonces Delfino no volvió a llamar a Yadira, en su lugar envió un mensaje de texto, -He llegado.-
Terminó de enviar el mensaje de texto y colgó el teléfono cuando sonó con la alerta de un nuevo mensaje.
Era Yadira quien le respondía, -¿Acabas de llegar? ¿Has comido ya? ¿Has visto a tu tía? ¿Qué vas a decir?-
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