Matrimonio de primera romance Capítulo 340

Mariano Magrina, siempre estaba inocente, rio y miró su Whatsapp en su presencia.

Cuando Yadira vio esto, cambió la cara.

Mariano hizo click en las publicaciones de Whatsapp y comenzó a escribir en la pantalla. Subió la foto que había tomado con Yadira agregando una frase de dar asco que decía, “Mi amor Mariano, ¡tienes una perfecta forma!”

Yadira no quería decir nada.

“Este hombre tan raro puede ser un imbécil.” Ella pensaba.

-¿No vas a decir nada? ¿No tienes ningún problema? Pues, ahora voy a publicarla -Mariano rio más contentamente por su silencio.

-¡Espera! -Yadira lo impidió gritando.

-¿Eh, no me dejas publicarla? -Mariano tenía su dedo estado encima del “publicar” pero sin hacerlo en realidad.

-¿Qué quieres? Podemos hablar en serio si tú tienes algo importante, ¿vale?- Frecuentemente, era la fábula que aparecía en las noticias en el Internet. En realidad, se la tomaba como una media celebridad, pero nadie sabía nada de ella si no le prestaba atención especial.

Mariano sabía tanto su nombre como el relación entre ella y Delfino, y además, había entrado en su casa a escondidas. Había de tener alguna intención.

-De acuerdo, venga, nos sentamos y hablamos en serio -Mariano se detuvo y puso su móvil detrás de él mismo mostrando que estaba serio.

Yadira estaba de pie a la puerta, y dijo, -Ponte la ropa.

“Aquí se ha instalado una cámara de vigilancia, no se atreve a hacer nada malo.” Ella sospechaba.

-Vale -Mariano la escuchó y lo asintió con la cabeza.

Luego, entró en la habitación de Yadira silbando.

Yadira no pudo hacer más que mirarlo entrar.

En comparación con ver un gusano mordido dentro de la manzana que estuviera comiendo, era de más asco dejar a un totalmente desconocido entrar en su habitación.

“¡Pase lo que pase, mañana tengo que trasladarme de casa!” Ella tomó esta decisión.

En menos de dos minutos, Mariano salió de su habitación.

Él, que llevaba una camiseta blanca y negra y un par de pantalones que podían cubrir sus cicatrices, actuó como que estuviera en su propia casa. Pero según este aspecto, se iba a creerlo como un chico alegre.

Mariano se sentó en el sofá sin escrúpulos y dijo, -¿Por qué sigues de pie a la puerta? Ven aquí y hablamos.-

-No, sigo así, es que me gusta estar en la puerta -Yadira no cerró la puerta y estaba de pie a la puerta sin ningún movimiento.

Parecía que Mariano se quedó suspenso, pero luego se apoyó en el sofá de manera confortable. Puso los dos brazos separados encima de la sofá al nivel de sus hombros.

Revisó atentamente toda la habitación como si estuviera buscando algo. Dijo, -¿Dónde está tu hijo? ¿Acaso se apropia de él tu marido después del divorcio?

Yadira cambió la cara al oír mencionar su hijo, lo preguntó, -¿Dime quién eres?

Salvo las personas más próximas, nadie más sabía nada sobre su hija, Raquel Dominguez.

-Eres prudente, ¿que te he dado miedo? -Mariano rompió a reír y se fijó en ella con mala intención.

-Eres una mujer que no tiene dinero y experimenta el divorcio. ¿Qué quiero en ti? -la miró de arriba abajo-. Bueno, de verdad eres guapa. ¿Y qué? ¿Piensas que yo te violey luego te mate?

Estas frases le dieron muchos terrores.

Sin embargo, lo extraño era que Yadira creyera que no iría a hacerlo.

Ella no dijo nada más que fijar los ojos en este hombre.

Mariano mostró la pena y dijo, -Pero no lo hago a las mujeres, siento darte la decepción.

Yadira rio de rabia, lo preguntó, -¿De dónde vienes?

De corazón, realmente pensaba que este hombre venía del manicomio.

-De Australia -él dijo seriamente.

“¿De Australia?” Yadira sospechaba.

La única vez en que ella viajó a este país fue después de quemar la villa de Delfino. Hizo el viaje con la ayuda de Severo Perez.

Recordó que la había dicho Mariano, "¿No me reconoces?”

Volvió a mirarlo en detalle. Podía ser por las mentalidades, y de verdad creía que lo había visto antes.

Cuando pensaba si se conocían, un sonido de pasos la interrumpió.

Una mujer dijo, -Aquí mismo, señor policía.

Yadira volvió la cabeza y vio a una anciana llevar la policía a dirigirse hacia ella.

La anciana la vio y la preguntó con cariño, -Señorita, ¿estás bien?

Yadira la conocía. Era la vecina que residía enfrente de su casa y las dos se saludaban cuando se encontraban a menudo.

La anciana vivía sola. Era normal que no supiera nada de Yadira porque casi no usaba el Internet. Le daba un trato de cariño especial porque Yadira vivía sola como ella, también por la misma tristeza de soledad.

-Abuela.- Yadira la llamó.

La anciana se acercó a ella. Vio al hombre, Mariano, sentado en el sofá, y la llevó a más lejos para hablar con ella, -¿Estás bien? Antes vi a alguien abrió la puerta y entró en tu casa. No he tomado atención. Pero cuando di un paseo, no vi tu coche Y cuando volví, ibas a entrar pero no pude llamarte a tiempo. Yo pensaba que fue un ladrón, así que llamé la policía...

Yadira mostró mucha emoción y le respondió, -Estoy bien, gracias por tu cariño, abuela.

-Pero ese hombre... -la anciana señaló al interior de la casa.

Yadira miró por dentro torciendo la cabeza y vio que Mariano estaba mirándola como que estuviera riendo pero en realidad, no.

Ella juntó los labios y afirmó, -No lo conozco.

***

En fin, la policía detuvo a Mariano.

Yadira también fue con ellos para hacer una declaración.

-¿Tu nombre?

-Mariano Magrina

-¿La profesión?

-Doctor en Psicología criminal. Acabo de volver de Australia y todavía no he comenzado a trabajar.

Cuando el policía oyó esto, paró de notar.

Mariano y Yadira hacían la declaración en el mismo salón porque sólo era de un caso de invasión generalmente ilegal de casa.

La narración de Mariano también le sorprendió a Yadira.

Yadira volvió su cabeza y echó una mirada a Mariano. Él también volvió su cabeza y arrojó pestañeos hacia ella como si supiera que ella estaba mirándolo.

El policía que se encargó de la declaración de Yadira también presenció esta narración. Paró de notar, se acercó y dijo algo en voz muy baja al oído del policía de al lado de Mariano.

Después, la expresión de este policía se puso un poco rara.

Afectó una tos y volvió a preguntar a Mariano, pero esta vez, con mucho más cortesía, -Señor Mariano, ¿por qué estaba en la habitación de la señora Yadira?-

-Es mi amiga y llevamos mucho tiempo sin vernos. Lo que ha pasado es una broma -Mariano rio y dijo fingiendo estar diciendo la verdad.

Yadira volvió la cabeza otra vez y le tiró una mirada de enojo.

Mariano la echó una mirada y mostró la foto que había tomado con ella antes al policía, explicó, -Mira, ella y yo somos amigos. Ella está enojada porque he vuelto del extranjero de repente sin informarla con antelación.

Mariano acentuó el “amigo” a propósito, asintió con la cabeza al policía pasándole un gesto de“ya sabes”.

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