Horacio fue golpeado por Delfino y vomitó varios bocados de sangre, sin poder decir ninguna palabra completa.
Abrió la boca y la sangre brotó desde su garganta.
-Delfino, no pelees más, lo matarás ... -Sonia dio un paso adelante para mantener a Delfino, pero fue arrojada de inmediato y cayó al suelo ferozmente.
Sonia se puso de pie, acariciando su pecho y se sentó, -Delfino, sé que estábamos equivocados, pero ...
Delfino de repente soltó a Horacio y volvió la cabeza para mirarla con frialdad, con una tristeza indescriptible en su voz, -¿Sabes cómo murió Arturo Lobo?
Al escuchar esto, las dudas brillaron en los ojos de Sonia, -El asunto de Arturo ... ¿no es un accidente?
Se volvió para mirar a Horacio, -Hermano, ¿hiciste lo de Arturo?
Horacio yacía en el suelo, con un aliento agonizante, y no tenía la energía para responder a Sonia en absoluto.
Sonia se cubrió la cara y lloró amargamente, -Nunca pensé en lastimar a Arturo, nunca quise lastimar a nadie, pero hicimos una cosa mal en ese entonces, y mentimos. Solo un paso es malo, y tenemos que cubrirlo por otros pasos malos.
Delfino no tenía intención de escuchar la confesión de Sonia aquí.
En este mundo, algunos errores podían ser perdonados. Pero había algunos errores que no podrían corregirse con toda la vida.
La vida de su madre, y la de Jaime.
Algunos pecadores estaban destinados a ser imperdonables.
Delfino se puso de pie y salió sin mirar atrás.
Abrió la puerta del sótano y vio que Xulio estaba afuera con los guardaespaldas.
Al ver salir a Delfino, saludaron respetuosamente, -Señor.
-Ayúdale a encontrar un médico, no lo dejes morir -dijo Delfino sin comprender.
Xulio respondió, -Sí.
Al momento siguiente, hubo un repentino golpe en el interior.
Delfino no volvió la cabeza. Cuando estaba de pie frente a él, Xulio miró hacia dentro y dijo, -La Sra. Lobo golpeó la pared y se suicidó.
No hubo un cambio obvio de expresión en el rostro de Delfino, solo una voz débil, -Ve a ver si está muerta.
Xulio sabía que la relación entre Delfino y Sonia había sido buena, pero no esperaba que sucediera lo de hoy.
Levantó la cabeza y miró a Delfino. Delfino estaba indiferente, sin ningún rastro de emoción en su rostro.
Un escalofrío recorrió su cuerpo y Xulio entró para ver si Sonia estaba muerta o no.
Luego, regresó al lado de Delfino, -Todavía estaba viva.
-No los dejes morir -después de que Delfino terminó de hablar, se fue.
La muerte era demasiado fácil para ellos.
Para Delfino, este tipo de venganza no pudo cubrir el odio en su corazón.
***
Delfino fue a otra habitación para tomar una ducha, se cambió de ropa y regresó a la habitación para encontrar a Yadira.
Sin embargo, cuando regresó a la habitación, descubrió que no había nadie en la habitación.
La tez de Delfino cambió. Con una expresión fría, dijo sin paciencia, -¿Dónde está Yadira?
El guardaespaldas respondió de inmediato, -La Sra. Yadira va a ver al Señor Alejandro.
Al escuchar eso, Delfino se dio la vuelta y fue al patio donde estaba el anciano Alejandro.
Ya era de noche y el clima estaba algo fresco.
Cuando Delfino pasó, vio a Yadira y a Alejandro sentados uno al lado del otro bajo los aleros.
Alejandro seguía siendo el mismo, sentado en una silla de ruedas con la cabeza inclinada y tenía la tez opaca y demencial.
Después de un tiempo, descubrió que todavía no podía dormirse, por lo que abrió los ojos y descubrió que Delfino todavía la miraba como antes.
Al ver a Yadira despertarse, los ojos de Delfino se entrecerraron peligrosamente.
Yadira tuvo que cerrar los ojos y hablar con él, -¿Vas a quedarte aquí todo el tiempo? ¿No vas a buscar a Jaime?
-Tomará la iniciativa de caer en esta trampa -después de que Delfino terminó de hablar, arqueó ligeramente las cejas-. Ahora puedes dormir.
-No puedo -Yadira respiró honda-. Cada vez pienso que Raquel todavía está en las manos de Jaime, no puedo dormir.
Ya había visto que Jaime era una persona pervertida, quien se volvió loco porque no le importaba nada.
Tan pronto como cerró los ojos, aparecieron en su mente varias escenas del abuso de Raquel por parte de Jaime.
Ni siquiera se atrevió a tener suerte en su corazón.
Delfino la vigiló con mucha fuerza estos días, aunque parecía ser muy cooperativa en tomar medicamentos y dormir para curar sus heridas, pero casi no podía dormir toda la noche.
A menudo cerraba los ojos en la oscuridad pero tenía la mente despierta pensando en Raquel.
Las manos de Delfino estaban tensas en la cama, pero su voz era extremadamente tranquila, -Te llevaré a ver una persona por la noche.
-¿Quién? -Yadira abrió los ojos.
-Lo sabrás por la noche.
***
A la hora de cenar, Yadira bajó a comer.
Cuando Yadira llegó al comedor, descubrió que ya había una persona en la mesa.
Una mujer.
Cuando la mujer los vio entrar a Delfino y Yadira, se puso de pie, sonrió y dijo, -Hola, soy Rosa Ibáñez.
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