Matrimonio de primera romance Capítulo 387

Noela acarició sus propios brazos y dijo:

-No me acostumbro en absoluto a la forma en que os tratáis el uno al otro: señor Delfino, señora Yadira.

Ella movió la cabeza.

-Incluso en las telenovelas no existe este tipo de argumento.

Yadira sonrió diciendo:

-Sin embargo, eso es normal, ya que ahora el señor Delfino y yo somos iguales que los desconocidos.

Noela se acordó de que Yadira había dicho que Delfino era muy listo y dijo:

-Delfino es tan inteligente que no parece ser un hombre.

Terminó de hablar Noela sin querer seguir conversando con Yadira sobre lo de Delfino, cambió del tema y dijo:

-Tengo unas fotos del pasado. Después, te las enviaré a ver si puedes recordar algo.

-¡Genial! -asintió con la cabeza Yadira-. ¡Gracias!

-¡No me des las gracias! Hace mucho tiempo nos conocimos y es normal que te ayude -contestó Noela agitando las llaves del auto en la mano.

-De verdad, ¿no necesitas que te lleve?

Yadira movió la cabeza y respondió:

-No. Sal primero.

Como Yadira no permitió que Noela le acompañara a casa, esta tuvo que irse primero.

Después de que Noela se marchó, Yadira tomó un taxi y se fue.

Al principio, Yadira quería volver directamente, sin embargo, como había un atasco en la carretera, el taxista cambió de ruta, por lo cual, ella iba a pasar por la Clínica Psicológica de Mariano Magrina.

Por lo tanto, bajó allí.

Tan pronto como ella entró, la recepcionista habló sonriendo:

-¡Buenas tardes! ¿Usted tiene cita?

-No. Vengo para buscar a alguien -terminó de decir Yadira y miró hacia adentro.

Fue su primera vez que llegó a la Clínica Psicológica de Mariano, cuya decoración era igual que la de la casa, la cual era muy acogedora y parecía bastante nueva.

La recepcionista se suspendió, pero en seguida preguntó con cortesía:

-¿Quién quería ver?

-Mariano -dijo Yadira.

Al oírla, la recepcionista cambió de mirada observando involuntariamente a Yadira.

-¿Busca al doctor Mariano? ¿Me podría decir cuál es su nombre por favor?

Aunque la recepcionista hablaba muy cortés, se podía sentir la indagación en sus palabras.

Antes, Mariano ya le había dicho a Yadira que su clínica era muy pequeña y que cuando ella estuviera libre, lo podía buscar.

Por el contrario, en ese momento, parecía que Mariano estaba muy ocupado y hacía falta hacer una cita para consultarle alguna enfermedad.

-Si está muy atareado, no pasa nada. No tengo nada urgente -contestó Yadira. Ella solo estaba de paso allí. Si Mariano se ocupaba, era mejor que se fuera.

Al escuchar lo que dijo Yadira, la recepcionista no dirigió ninguna palabra.

En aquel entonces, se escucharon unos pasos con unas voces.

Yadira se volvió y vio que Mariano salía fuera con otras dos personas.

A su lado, estaba una mujer de mediana edad con un adolescente.

Era probable que la madre hubiera llevado a su hijo para ver al psicólogo.

Mariano levantó la mirada, vio a Yadira y se quedó sorprendido. Luego, le dijo algo a la madre, mandó a su asistente que le acompañara a salir y se dirigió a grandes pasos hacia Yadira.

Se detuvo delante de ella diciendo preocupado:

-¿Por qué me buscas? ¿Te ha ocurrido algo?

Viendo la cara ansiosa de Mariano, la recepcionista se quedó atónita.

“¿Acaso el médico Mariano, joven y exitoso, no es soltero?” ella reflexionó.

Mariano rodeó el hombro de Yadira sin que ella dirigiera una palabra, diciendo:

-Vamos adentro.

Yadira no estaba acostumbrada a eso, así que, cuando entró en la oficina de Mariano, le quitó el brazo de su propio hombro.

A él no le importaba eso y le sirvió un vaso de agua tibia a Yadira.

-Gracias -dijo Yadira al recibir el vaso-. De hecho, solo te veo de paso.

Mariano le preguntó fingiendo que no le importaba lo que había hecho Yadira:

-¿Adónde has ido?

-He comido con una amiga -dijo Yadira, pero eso pareció una verdad a medias.

Como en aquel momento, Yadira casi no tenía amigos, Mariano acertó a la persona con quien había salido ella:

-¿Almorzaste con la señora Noela?

-Sí -contestó Yadira asintiendo la cabeza.

Yadira sostuvo el vaso mientras movía incesantemente sus dedos en él. Parecía que quería decir algo.

Mariano lo notó tranquilamente porque Yadira no fue capaz de mentir ni ocultar la emoción ante hombres en los que confiara.

Mariano se sentó frente a ella y le preguntó en tono relajado:

-¿Solo habéis comido? ¿No han paseado por la calle? Además, esta vez no os habéis encontrado con ningún paparazzi, ¿verdad?

Se lo interrogó, ya que antes Yadira le había contado que un paparazzi les había seguido a Noela y a ella cuando hacían compras.

Después de reflexionar mucho, Yadira le dijo:

-Mariano, hace tiempo que conoces al señor Delfino, ¿verdad?

Él se quedó asombrado y preguntó:

-¿Te han dicho algo?

Cuando Yadira oyó la pregunta franca de Mariano, ella no sabía cómo replicarle.

Él pareció bastante sincero.

Por lo tanto, Yadira creyó que ella era estrecha de miras al sospecharlo a Mariano.

Tan pronto como Yadira no le respondió, Mariano le preguntó serio:

-La señora Noela te ha contado algo, ¿verdad?

-Sí, me ha mencionado algo -dijo Yadira cerrando los labios.

Eso ya lo había adivinado Mariano, entonces, no le hizo preguntas sobre lo que había hablado Noela y solo le interrogó:

-¿Se lo crees?

-Pienso que no me ha mentido -contestó Yadira. En realidad, ella confiaba en Noela.

-Muy bien. Así que, ya no tenemos nada de preguntar -dijo Mariano sonriendo.

-Si te parece poder tener confianza en la señora Noela, sin duda ella es digna de ser confiada.

Lo que dijo Mariano hizo a Yadira más confusa.

A su juicio, cuando estaba con Mariano, no creía que él era su prometido, sino un amigo.

Además, aunque vivían juntos, solo parecían compañeros de casa y no sentían sexualidad.

Yadira le preguntó incrédula:

-¿De veras? ¿Eres mi prometido?

Al oír lo que dijo Yadira, Mariano no sintió ningún asombro y le habló en tono burlesco:

-¿Crees que nos llevamos como pareja?

-No -dijo Yadira moviendo la cabeza.

De repente, Mariano sonrió.

Luego, se levantó y le preguntó:

-¿Volvemos juntos después de un rato o te vas ahora? Si quieres regresar primero, te puedo llamar un taxi.

Por supuesto, Yadira supo que estaba cambiando de tema, pero creyó que su interrogación anterior fue de doble sentido.

Mariano fue la primera persona que vio después de despertarse, por eso, en ese momento él debía ser el hombre más conocido para ella.

Sin embargo, en aquel entonces, vagamente se dio cuenta de que él era la persona más complicada.

Mariano le dio una palmada a Yadira en el hombro y le dijo en tono de consuelo:

-No pienses demasiado. pase lo que pase, lo importante es vivir bien.

Yadira no dirigió más palabras y solo asintió con la cabeza.

-Te espero y regresaremos juntos.

De verdad, no tuvo nada que hacer en casa.

Mariano llamó a su asistente para que le preparara a Yadira una merienda y la dejó en el cuarto interior de su oficina.

Mariano tuvo enfermos toda la tarde sin cesar.

No obstante, Yadira solo pudo oír voces sin saber exactamente de qué estaban hablando.

Por el contrario, no tuvo curiosidad de saberlo, dado que eso era la privacidad de otros.

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